Händel era un extranjero que había osado triunfar con su mvsica en Inglaterra. Cuando las cosas no le fueron tan bien, la crítica cayó sobre él como una jauría hambrienta, burlándose de sus obras, de su aspecto, de su acento etc. La situación era tan desesperada en 1741 que había considerado seriamente volver a Alemania. Pero un libreto de un oratorio cayó en sus manos; el autor era Charles Jennens, famoso libretista, que había hecho una hermosa composición sobre el Mesías usando textos del evangelio y de los salmos. El libreto tenía por título Messiah, es decir, Mesías y no El Mesías como se le conoce en español. Jennens estaba especialmente satisfecho de este trabajo y se lo entregó a Händel no sin reservas. Acuciado por su paupérrima situación, Händel compuso El Mesías en 24 días sin siquiera una vez salir de su casa, sin apenas comer y usando algún material ya compuesto. El oratorio se estrenó en Dublín en 1742 y fue acogido con un inmenso éxito, cosa que tardó en pasar en territorio inglés. El propio Jennens no estaba muy de acuerdo con lo que Händel había hecho con su texto: "Este oratorio de Händel me ha desilusionado; después de todo suena bien, aunque él me prometió que trabajaría un año entero en esta obra y la haría la mejor de todas sus composiciones. Jamás pondré los trabajos más sagrados en sus manos, para que abuse así de ellos". A pesar de todo esto, la obra terminó ganándose el aprecio de todo el público.Antes de empezar a estudiar la mvsica conviene aclarar un detalle muy particular de esta obra: El Mesías no fue nunca una composición cerrada. Händel reescribió muchos de sus números en función de las disponibilidades con las que contaría en cada interpretación: calidad de los solistas, número de instrumentistas etc. Por esto, hablaremos de varias versiones de cada número. Siguiendo el precedente de ópera Italiana, Händel escribió dos de tipos de recitativo, seco y acompañado, y usó arias da capo. Por otro lado está la tradición, un factor que pesa mucho a la hora de interpretar esta obra y que no siempre permite una lectura imparcial de la partitura. Por ejemplo, la instrumentación: la partitura original contiene partes para violines, violas, violonchelos, contrabajos, fagot, clave, órgano y trompetas y timbales en un par de números. En algunas interpretaciones hay constancia de que Händel usó oboes para doblar a los violines en los coros y que usó trompas para doblar a las trompetas, aunque no hay nada que certifique que hiciera esto en cada ocasión. También hay registros que indican que Händel diferenciaba al menos seis tipos de cantantes en sus conciertos, dos sopranos, un contratenor, una alto, un tenor y un bajo. Otro detalle es que todas las partes del coro eran cantadas por cantores hombres, con niños cantando las partes de soprano y contratenores cantando las partes de alto. A tenor de los documentos que quedan (facturas, programas, particellas etc.) podríamos decir que cada interpretación de este oratorio era un reestreno del mismo.La primera parte se divide a su vez en dos; la primera de ellas habla sobre las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento. Empieza con una Sinfonía con dos secciones grave-allegro que es en realidad una obertura a la francesa. A continuación, el tenor canta el recitativo acompañado (=acompañado) Comfort ye acompañado por las cuerdas y que da lugar a la primera gran aria de este oratorio, Ev'ry valley en el que las líneas melódicas dibujadas por el tenor y por la orquesta nos muestran claramente como se elevarán los valles y se bajarán las montañas ante la llegada del Mesías, cuando la gloria del señor sea revelada. Ese es el título del siguiente número, el coro And the glory of the Lord, en el que la tradición y algunas particellas encontradas sugieren que los violines y/o las sopranos deben ser doblados por oboes, convención esta que también se aplica al resto de los coros. Es un coro de tempo ternario y de una gran alegría y vivacidad, lejos de los pesados tempos que le imponen algunos directores. El bajo inicia entonces el acompañado Thus said the Lord, en el que tanto el cantante como los violines hacen temblar los cielos y la tierra con sus coloraturas en semicorcheas. Llega entonces otra de las perlas de este oratorio, el aria But who may abide; este es uno de los números que tiene múltiples versiones, recitativo para bajo, aria para bajo y aria para contratenor, siendo esta última la versión más común y la más bella, donde en una segunda sección, prestissimo, sentimos el fuego de la fragua acompañado por rapidísimas sucesiones de semicorcheas, que aúpan al contratenor a la nota más alta (mi) para preguntarse quién quedará en pie cuando Él aparezca. And he shall purify, basado en un dueto italiano de Händel, es el primer coro de este oratorio en el que los cantantes deben afrontar largas coloraturas de semicorcheas, superpuestas en un suave contrapunto. La alto entona entonces el recitativo Behold, a virgin shall conceive que da paso a su primer aria,O thou that tellest, una magnifica cavatina en tiempo ternario a la que responde el coro en igual tempo e igual melodía. Los violines lentamente tocan semicorcheas en notas graves para dar la sensación de oscuridad que desprende el texto del acompañado For behold, subrayado por la voz del bajo. Todas las cuerdas en unísono le acompañan en su siguiente aria, la tenebrosa The people that walked in darkness. Curiosamente esto desemboca en uno de los coros más alegres y conocidos de El Mesías, For unto us a child is born con las más largas y bellas agilidades por parte del coro.Empieza ahora la parte que habla del nacimiento del Mesías, y lo hace con una Sinfonía Pastoral, que tiene dos versiones, una larga y una corta. A continuación, un conjunto de cuatro recitativos, dos secos y dos acompañados, cantados por una voz de soprano; Händel, en sus conciertos, siempre confiaba este papel a un niño. En estas minúsculas piezas se cita el evangelio de San Lucas, la anunciación a los pastores, y se da pie al grandioso coro Glory to God, con cuerdas y trompetas. En la partitura original, Händel indica que las trompetas deben estar a cierta distancia y sonar preferiblemente suave. Curioso. La siguiente aria es para soprano y Händel la reservaba siempre para la única aparición de la soprano principal; se trata de la conocida Rejoice. Tiene dos versiones, una escrita en cuatro por cuatro (tiempo binario) y otra en doce por ocho (tiempo ternario) que seguramente tuvo que reescribir para una soprano menos hábil. Quizá el más hermoso de los textos es el confiado a la alto en el siguiente recitativo Then shall the eyes que da pie a mi aria favorita: He shall feed his flock. Esta aria también tiene dos versiones, una para alto y soprano (cada una canta un tramo del aria, nunca cantan juntas) y otra exclusivamente para soprano. Este aria tiene un carácter pastoral muy similar a la Sinfonía Pastoral con la que se habría este fragmento de la primera parte dedicado a la Natividad del Mesías. Está escrita en tiempo ternario y habla de que el Mesías cuidará sus ovejas como un pastor y las llevará en su pecho. El texto tiene su continuación en el último número de la primera parte, el excepcional coro His yoke is easy, una pieza con curiosísimas agilidades en la que las sopranos del coro cantan un si bemol agudo. Este es el último de los coros basados en un dúo italiano de Händel. Es sin duda el más difícil de esta primera parte debido a las continuas respuestas que todas las voces del coro se dan entre sí y a la orquesta, aparte de las complejidades rítmicas, subrayadas por un bajo continuo que, con un alegre caminar de corcheas, cierra esta primera parte con una sensación de alegría y ligereza como la que indica el texto.
SOBRE "OPERA CLUB"
ÓPERA CLUB es un emprendimiento que nace el 17 de noviembre de 1990 a partir de un programa emitido por Radio Cultura. Este programa tuvo características muy especiales que lo transformaron, casi de inmediato, en el de mayor audiencia en su género.
Por primera vez se trataba el tema operístico con un absoluto desapego a las formas tradicionales de acartonamiento y solemnidad. Quedó en claro desde un principio que se trataba de un programa de ópera y no de cantantes –de estos últimos se ocupaba la mayoría-. Procedimos a lo que nuestro locutor de entonces (Mario Keegan) dio en llamar “derribando mitos” -desmitificar leyendas, anécdotas o lisas y llanas mentiras que con los años se convirtieron en falsas verdades-. Seguimos muy de cerca toda la actividad musical de Buenos Aires y La Plata poniendo muy especial énfasis en la promoción de los intérpretes jóvenes que estaban haciendo sus primeras armas –en la mayoría de los casos a puro pulmón- aunque sin descuidar las grandes figuras nacionales e internacionales que nos visitaban. Por último, el formato horario de cuatro horas nos permitió tratar amplia y distendidamente diferentes temas en un sólo programa desarrollado a través una conversación sin planificación previa entre dos a cinco co-conductores.
Todo esto nos puso en el primer lugar durante poco más de diez años. Diversos problemas –fundamentalmente económicos y de necesidades de programación de la radio- nos fueron acortando la duración y concluímos transmitiendo una hora a la medianoche del sábado. De esta manera fuimos perdiendo, junto con audiencia, nuestras características distintivas.
A partir de septiembre de 2012 nos mudamos a Radio Amadeus Cultura Musical recuperando nuestro formato original e intentando, de a poco y con mucho esfuerzo de todo tipo, retomar nuestro puesto de liderazgo –tarea nada fácil, por otra parte-.
Comencé diciendo que ÓPERA CLUB es un emprendimiento que nace a partir de un programa de radio. Esto es porque no es sólo un programa de radio –o, mejor dicho, el programa es casi como un pretexto-, sino un modo de unir a los oyentes tras un objetivo superior en común. El verdadero protagonista del programa no son ni los cantantes ni la música, son los oyentes –sus destinatarios y razón de ser-. Es por eso que los llamados telefónicos o mails son fundamentales para la concreción de lo que sale al aire. La audición es una excusa para que nos comuniquemos, nos conozcamos y podamos realizar y armar el programa y las actividades en forma conjunta.
Siempre me ha preocupado la incomunicación y soledad que aquejan a nuestra sociedad de manera cada vez mayor desde la segunda postguerra. Esta idea de nuclearnos bajo un interés u objetivo común es, para mí, un medio para paliar este terrible mal. Para esto, además del programa –y en lo personal más importante- son las diversas actividades que hemos venido realizando –con menor o mayor frecuencia- durante los últimos veintitrés años: encuentros, charlas, recitales, conferencia-debates, intercambio de material y, fundamentalmente, exhibición de videos (hoy DVDs) de diversas funciones operísticas –recuerdo con especial cariño el ciclo multitudinario que realizamos en el Centro Cultural General San Martín colmando ampliamente la capacidad plena de la Sala AB-. También estas actividades se vieron notablemente disminuídas con la anteriormente citada decadencia del programa –al que están intrínsecamente unidas-.
En esta nueva etapa muchas son las esperanzas y muchos los proyectos. La idea de congregarnos bajo nuestro amor a la ópera es, vuelvo a repetirlo, sólo un pretexto para encontrarnos virtual o realmente, tanto en nuestra relación comunicador-oyente como en forma personal. Este sitio, el Facebook y, en un futuro muy próximo, el Twitter serán nuestras herramientas virtuales a utilizarse en forma dinámica. Queremos crear un foro de debate y discusión a través del que no sólo hablemos de lo que nos gusta sino que intercambiemos ideas sobre políticas culturales. Necesitamos ampliar horizontes y promover los valores estéticos y culturales en los que se basan las obras de arte. De esta manera, a través de estos valores y del intercambio de ideas, iremos creciendo como personas y ayudando a crecer a nuestro entorno. Recordemos que los grandes cambios se producen, en general, a partir de los pequeños cambios individuales.
En cuanto al programa en sí mismo, posee una dinámica que va haciéndose cada vez más participativa –ya hemos desarrollado algunos temas propuestos por ustedes y esperamos una participación cada vez mayor-, poseemos también una enorme discoteca –probablemente la más grande de nuestro medio- con una cantidad de grabaciones que está muy holgadamente en la cantidad de cinco cifras y que abarca desde los primeros cilindros hasta las últimas funciones efectuadas en el mundo –a veces el mismo día de la emisión-, presentamos a las grandes figuras que nos visitan y hacemos una fuerte promoción de lo que están preparando los distintos grupos que han aparecido fuera del marco de los teatros oficiales y que es en donde realmente se encuentra el futuro.
La ópera es el centro pero no nos cerramos en ella. Abarcamos también los demás géneros vocales (opereta, zarzuela, oratorio, canción de cámara, sinfónico-vocal) y estamos, aún tímidamente y en muy pequeñas dosis, abriéndonos a todo el espectro de la música clásica (o académica –término que no me gusta pero al que adhiere muchísima gente-) En cuanto al período de lo que difundimos, es amplísimo y sin reservas ya que vamos desde la música medieval hasta las últimas manifestaciones de vanguardia.
En síntesis, estamos buscando crecer a partir del debate y la interacción. Considero que la relación estática con un oyente pasivo ya no es aceptable y pertenece a un tiempo que ya fue –no estoy valorizando, sólo presentando un hecho-. El piso de este proyecto es el que estamos transitando. El techo quisiera creer que no tiene límites (una sede propia, una emisora....).
Entre todos podemos lograrlo. Esto intenta ser un verdadero Club y les pido que se unan. Les garantizo que el crecimiento y el gozo serán ampliamente satisfactorios.
Dr. Roberto Luis Blanco Villalba
UNA CREACION DE ROBERTO BLANCO VILLALBA
viernes, 26 de julio de 2013
EL MESIAS
Händel era un extranjero que había osado triunfar con su mvsica en Inglaterra. Cuando las cosas no le fueron tan bien, la crítica cayó sobre él como una jauría hambrienta, burlándose de sus obras, de su aspecto, de su acento etc. La situación era tan desesperada en 1741 que había considerado seriamente volver a Alemania. Pero un libreto de un oratorio cayó en sus manos; el autor era Charles Jennens, famoso libretista, que había hecho una hermosa composición sobre el Mesías usando textos del evangelio y de los salmos. El libreto tenía por título Messiah, es decir, Mesías y no El Mesías como se le conoce en español. Jennens estaba especialmente satisfecho de este trabajo y se lo entregó a Händel no sin reservas. Acuciado por su paupérrima situación, Händel compuso El Mesías en 24 días sin siquiera una vez salir de su casa, sin apenas comer y usando algún material ya compuesto. El oratorio se estrenó en Dublín en 1742 y fue acogido con un inmenso éxito, cosa que tardó en pasar en territorio inglés. El propio Jennens no estaba muy de acuerdo con lo que Händel había hecho con su texto: "Este oratorio de Händel me ha desilusionado; después de todo suena bien, aunque él me prometió que trabajaría un año entero en esta obra y la haría la mejor de todas sus composiciones. Jamás pondré los trabajos más sagrados en sus manos, para que abuse así de ellos". A pesar de todo esto, la obra terminó ganándose el aprecio de todo el público.Antes de empezar a estudiar la mvsica conviene aclarar un detalle muy particular de esta obra: El Mesías no fue nunca una composición cerrada. Händel reescribió muchos de sus números en función de las disponibilidades con las que contaría en cada interpretación: calidad de los solistas, número de instrumentistas etc. Por esto, hablaremos de varias versiones de cada número. Siguiendo el precedente de ópera Italiana, Händel escribió dos de tipos de recitativo, seco y acompañado, y usó arias da capo. Por otro lado está la tradición, un factor que pesa mucho a la hora de interpretar esta obra y que no siempre permite una lectura imparcial de la partitura. Por ejemplo, la instrumentación: la partitura original contiene partes para violines, violas, violonchelos, contrabajos, fagot, clave, órgano y trompetas y timbales en un par de números. En algunas interpretaciones hay constancia de que Händel usó oboes para doblar a los violines en los coros y que usó trompas para doblar a las trompetas, aunque no hay nada que certifique que hiciera esto en cada ocasión. También hay registros que indican que Händel diferenciaba al menos seis tipos de cantantes en sus conciertos, dos sopranos, un contratenor, una alto, un tenor y un bajo. Otro detalle es que todas las partes del coro eran cantadas por cantores hombres, con niños cantando las partes de soprano y contratenores cantando las partes de alto. A tenor de los documentos que quedan (facturas, programas, particellas etc.) podríamos decir que cada interpretación de este oratorio era un reestreno del mismo.La primera parte se divide a su vez en dos; la primera de ellas habla sobre las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento. Empieza con una Sinfonía con dos secciones grave-allegro que es en realidad una obertura a la francesa. A continuación, el tenor canta el recitativo acompañado (=acompañado) Comfort ye acompañado por las cuerdas y que da lugar a la primera gran aria de este oratorio, Ev'ry valley en el que las líneas melódicas dibujadas por el tenor y por la orquesta nos muestran claramente como se elevarán los valles y se bajarán las montañas ante la llegada del Mesías, cuando la gloria del señor sea revelada. Ese es el título del siguiente número, el coro And the glory of the Lord, en el que la tradición y algunas particellas encontradas sugieren que los violines y/o las sopranos deben ser doblados por oboes, convención esta que también se aplica al resto de los coros. Es un coro de tempo ternario y de una gran alegría y vivacidad, lejos de los pesados tempos que le imponen algunos directores. El bajo inicia entonces el acompañado Thus said the Lord, en el que tanto el cantante como los violines hacen temblar los cielos y la tierra con sus coloraturas en semicorcheas. Llega entonces otra de las perlas de este oratorio, el aria But who may abide; este es uno de los números que tiene múltiples versiones, recitativo para bajo, aria para bajo y aria para contratenor, siendo esta última la versión más común y la más bella, donde en una segunda sección, prestissimo, sentimos el fuego de la fragua acompañado por rapidísimas sucesiones de semicorcheas, que aúpan al contratenor a la nota más alta (mi) para preguntarse quién quedará en pie cuando Él aparezca. And he shall purify, basado en un dueto italiano de Händel, es el primer coro de este oratorio en el que los cantantes deben afrontar largas coloraturas de semicorcheas, superpuestas en un suave contrapunto. La alto entona entonces el recitativo Behold, a virgin shall conceive que da paso a su primer aria,O thou that tellest, una magnifica cavatina en tiempo ternario a la que responde el coro en igual tempo e igual melodía. Los violines lentamente tocan semicorcheas en notas graves para dar la sensación de oscuridad que desprende el texto del acompañado For behold, subrayado por la voz del bajo. Todas las cuerdas en unísono le acompañan en su siguiente aria, la tenebrosa The people that walked in darkness. Curiosamente esto desemboca en uno de los coros más alegres y conocidos de El Mesías, For unto us a child is born con las más largas y bellas agilidades por parte del coro.Empieza ahora la parte que habla del nacimiento del Mesías, y lo hace con una Sinfonía Pastoral, que tiene dos versiones, una larga y una corta. A continuación, un conjunto de cuatro recitativos, dos secos y dos acompañados, cantados por una voz de soprano; Händel, en sus conciertos, siempre confiaba este papel a un niño. En estas minúsculas piezas se cita el evangelio de San Lucas, la anunciación a los pastores, y se da pie al grandioso coro Glory to God, con cuerdas y trompetas. En la partitura original, Händel indica que las trompetas deben estar a cierta distancia y sonar preferiblemente suave. Curioso. La siguiente aria es para soprano y Händel la reservaba siempre para la única aparición de la soprano principal; se trata de la conocida Rejoice. Tiene dos versiones, una escrita en cuatro por cuatro (tiempo binario) y otra en doce por ocho (tiempo ternario) que seguramente tuvo que reescribir para una soprano menos hábil. Quizá el más hermoso de los textos es el confiado a la alto en el siguiente recitativo Then shall the eyes que da pie a mi aria favorita: He shall feed his flock. Esta aria también tiene dos versiones, una para alto y soprano (cada una canta un tramo del aria, nunca cantan juntas) y otra exclusivamente para soprano. Este aria tiene un carácter pastoral muy similar a la Sinfonía Pastoral con la que se habría este fragmento de la primera parte dedicado a la Natividad del Mesías. Está escrita en tiempo ternario y habla de que el Mesías cuidará sus ovejas como un pastor y las llevará en su pecho. El texto tiene su continuación en el último número de la primera parte, el excepcional coro His yoke is easy, una pieza con curiosísimas agilidades en la que las sopranos del coro cantan un si bemol agudo. Este es el último de los coros basados en un dúo italiano de Händel. Es sin duda el más difícil de esta primera parte debido a las continuas respuestas que todas las voces del coro se dan entre sí y a la orquesta, aparte de las complejidades rítmicas, subrayadas por un bajo continuo que, con un alegre caminar de corcheas, cierra esta primera parte con una sensación de alegría y ligereza como la que indica el texto.
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