SOBRE "OPERA CLUB"

ÓPERA CLUB es un emprendimiento que nace el 17 de noviembre de 1990 a partir de un programa emitido por Radio Cultura. Este programa tuvo características muy especiales que lo transformaron, casi de inmediato, en el de mayor audiencia en su género.

Por primera vez se trataba el tema operístico con un absoluto desapego a las formas tradicionales de acartonamiento y solemnidad. Quedó en claro desde un principio que se trataba de un programa de ópera y no de cantantes –de estos últimos se ocupaba la mayoría-. Procedimos a lo que nuestro locutor de entonces (Mario Keegan) dio en llamar “derribando mitos” -desmitificar leyendas, anécdotas o lisas y llanas mentiras que con los años se convirtieron en falsas verdades-. Seguimos muy de cerca toda la actividad musical de Buenos Aires y La Plata poniendo muy especial énfasis en la promoción de los intérpretes jóvenes que estaban haciendo sus primeras armas –en la mayoría de los casos a puro pulmón- aunque sin descuidar las grandes figuras nacionales e internacionales que nos visitaban. Por último, el formato horario de cuatro horas nos permitió tratar amplia y distendidamente diferentes temas en un sólo programa desarrollado a través una conversación sin planificación previa entre dos a cinco co-conductores.

Todo esto nos puso en el primer lugar durante poco más de diez años. Diversos problemas –fundamentalmente económicos y de necesidades de programación de la radio- nos fueron acortando la duración y concluímos transmitiendo una hora a la medianoche del sábado. De esta manera fuimos perdiendo, junto con audiencia, nuestras características distintivas.

A partir de septiembre de 2012 nos mudamos a Radio Amadeus Cultura Musical recuperando nuestro formato original e intentando, de a poco y con mucho esfuerzo de todo tipo, retomar nuestro puesto de liderazgo –tarea nada fácil, por otra parte-.

Comencé diciendo que ÓPERA CLUB es un emprendimiento que nace a partir de un programa de radio. Esto es porque no es sólo un programa de radio –o, mejor dicho, el programa es casi como un pretexto-, sino un modo de unir a los oyentes tras un objetivo superior en común. El verdadero protagonista del programa no son ni los cantantes ni la música, son los oyentes –sus destinatarios y razón de ser-. Es por eso que los llamados telefónicos o mails son fundamentales para la concreción de lo que sale al aire. La audición es una excusa para que nos comuniquemos, nos conozcamos y podamos realizar y armar el programa y las actividades en forma conjunta.

Siempre me ha preocupado la incomunicación y soledad que aquejan a nuestra sociedad de manera cada vez mayor desde la segunda postguerra. Esta idea de nuclearnos bajo un interés u objetivo común es, para mí, un medio para paliar este terrible mal. Para esto, además del programa –y en lo personal más importante- son las diversas actividades que hemos venido realizando –con menor o mayor frecuencia- durante los últimos veintitrés años: encuentros, charlas, recitales, conferencia-debates, intercambio de material y, fundamentalmente, exhibición de videos (hoy DVDs) de diversas funciones operísticas –recuerdo con especial cariño el ciclo multitudinario que realizamos en el Centro Cultural General San Martín colmando ampliamente la capacidad plena de la Sala AB-. También estas actividades se vieron notablemente disminuídas con la anteriormente citada decadencia del programa –al que están intrínsecamente unidas-.

En esta nueva etapa muchas son las esperanzas y muchos los proyectos. La idea de congregarnos bajo nuestro amor a la ópera es, vuelvo a repetirlo, sólo un pretexto para encontrarnos virtual o realmente, tanto en nuestra relación comunicador-oyente como en forma personal. Este sitio, el Facebook y, en un futuro muy próximo, el Twitter serán nuestras herramientas virtuales a utilizarse en forma dinámica. Queremos crear un foro de debate y discusión a través del que no sólo hablemos de lo que nos gusta sino que intercambiemos ideas sobre políticas culturales. Necesitamos ampliar horizontes y promover los valores estéticos y culturales en los que se basan las obras de arte. De esta manera, a través de estos valores y del intercambio de ideas, iremos creciendo como personas y ayudando a crecer a nuestro entorno. Recordemos que los grandes cambios se producen, en general, a partir de los pequeños cambios individuales.

En cuanto al programa en sí mismo, posee una dinámica que va haciéndose cada vez más participativa –ya hemos desarrollado algunos temas propuestos por ustedes y esperamos una participación cada vez mayor-, poseemos también una enorme discoteca –probablemente la más grande de nuestro medio- con una cantidad de grabaciones que está muy holgadamente en la cantidad de cinco cifras y que abarca desde los primeros cilindros hasta las últimas funciones efectuadas en el mundo –a veces el mismo día de la emisión-, presentamos a las grandes figuras que nos visitan y hacemos una fuerte promoción de lo que están preparando los distintos grupos que han aparecido fuera del marco de los teatros oficiales y que es en donde realmente se encuentra el futuro.

La ópera es el centro pero no nos cerramos en ella. Abarcamos también los demás géneros vocales (opereta, zarzuela, oratorio, canción de cámara, sinfónico-vocal) y estamos, aún tímidamente y en muy pequeñas dosis, abriéndonos a todo el espectro de la música clásica (o académica –término que no me gusta pero al que adhiere muchísima gente-) En cuanto al período de lo que difundimos, es amplísimo y sin reservas ya que vamos desde la música medieval hasta las últimas manifestaciones de vanguardia.

En síntesis, estamos buscando crecer a partir del debate y la interacción. Considero que la relación estática con un oyente pasivo ya no es aceptable y pertenece a un tiempo que ya fue –no estoy valorizando, sólo presentando un hecho-. El piso de este proyecto es el que estamos transitando. El techo quisiera creer que no tiene límites (una sede propia, una emisora....).

Entre todos podemos lograrlo. Esto intenta ser un verdadero Club y les pido que se unan. Les garantizo que el crecimiento y el gozo serán ampliamente satisfactorios.


Dr. Roberto Luis Blanco Villalba


UNA CREACION DE ROBERTO BLANCO VILLALBA

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sábado, 24 de octubre de 2015

UN IMPONENTE PROKOFIEFF HIZO QUE VALIERA LA PENA CONCURRIR

Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Director: Enrique Arturo Diemecke. Solistas: Lucille Chung - Alessio Bax (Pianos). Programa: Wolfang Amadeus Mozart: Concierto Nº 10 para dos Pianos y Orquesta en Mi bemol mayor, Kv. 365/316a. Serguei Prokofieff: Extractos de las dos Suites de la Música para el Ballet “Romeo Y Julieta”. Teatro Colón, 22 de Octubre de 2015.

  El Balance final de este concierto, me ratificó la impresión de que, afortunadamente, la Filarmónica está volviendo por sus fueros. La solidez mostrada en los fragmentos de “Romeo y Julieta” de Prokofieff, que si bien la venía interpretando completa como acompañamiento del Ballet Estable, no era así a comienzos de la temporada, cuando estaba programada solo para Este concierto, nos mostraron a Diemecke en su salsa, con pasajes de un lirismo y un vuelo absolutos e instantes de virtuosismo supremo del conjunto. Tal fue lo escuchado que, ¡Por fin!, no voló una mosca en el recinto, cero aplausos fuera de lugar, prácticamente cero toses y un sepulcral silencio de varios segundos hasta el comienzo de la catarata de aplausos que coronó la actuación. Ojalá tengamos unas cuantas noches mas en semejante nivel.

  El comienzo, nos trajo al escenario nuevamente a Alessio Bax, de cuya actuación solista para el Mozarteum ya me referí en crónicas pasadas. Esta vez lo hizo en  Compañía de su Esposa, Lucille Chung, Canadiense,  de obvia ascendencia Oriental, con la que abordó el Concierto Nº 10 para dos pianos de Mozart, redondeando la audición de obras Mozartianas de ese período, ya que Barry Douglas había abordado el Nº 14 en el Coliseo la noche anterior. En su ya clásica “Charla Explicativa”, esta vez al comienzo de la segunda parte, Diemecke comentó que la versión utilizada incluyó oboes y trompetas, “aún cuando no se supiese la procedencia de la misma, pero como quedaba mejor se la empleó”. Mas allá de semejante acto, a mi juicio temerario, tuvimos a un  Orgánico Orquestal grande en demasía para como se interpreta Mozart, y mas esta época de su producción, en la actualidad. Cuatro Contrabajos, veinte violínes, seis violas y cuatro violoncellos, ya son muchísimo. Y los “tempi” sonaron mas a Post-romanticismo que a Clasicismo. En cuanto al dúo solista, Bax reforzó mas mi convicción en el sentido de ser un correcto pianista, al que le falta aún un  mayor vuelo interpretativo, cosa que no sucedió con Chung, quien desde el vamos mostró mayor musicalidad, magnífico toque y pleno sentimiento. Aún así, gozaron del favor del público que retribuyó con sostenidos aplausos, los que fueron retribuidos con una electrizante versión a cuatro manos de “Libertango” de Piazzolla (Basta de Piazzolla, ¡por favor!), que hizo delirar a la concurrencia.


Donato Decina
Y UNA TARDE, LA OPERA AL ROMA VOLVIO

“La Traviata”: Opera en Tres actos y Cuatro Cuadros, basada en “La Dama de las Camelias” de Alexandre Dumas (H), Música de Giuseppe Verdi y Libreto de Francesco María Piave. Intérpretes: Rocío Cereceda (Violetta Valery), Fermín Prieto (Alfredo Germont), Fernando Grassi (Giorgio Germont), Nora Balanda (Flora Bervoix), Cristian Taleb (Gastón, Visconde de Letories), Juan Feico (Marques D’Obrigny), Alfredo Gonzalez Reig (Barón Douphol), Claudio Rotella (Dr. Grenville), Stephanie Rivas (Aninna), Angel Cerrichio (Giuseppe), Guido Evangelista (Criado de Flora), Tomás J.M. Bar (Comisionario), Martín Arísta, Roberto  Prado, Martín Tarditi, Diego Guerrero (Actores). Coro del Instituto Municipal de Música de Avellaneda, Director Armando Garrido, Regie: Boris, Escenografía: Hugo Ciciro, Iluminación: Oscar M., Vestuario: María Vucetich  (basado en selección de Trajes pertenecientes al Teatro Argentino de La Plata), Orquesta Sinfónica Municipal de Avellaneda, Director Musical: Dante Ranieri. Teatro Roma de Avellaneda, 18 de Octubre de 2015.

  Pasaron dieciocho meses para que la lírica retornara a lo grande a la gran sala del sur del Gran Buenos Aires.  Y para este acontecimiento, se eligió uno de los tres títulos mas taquilleros que registra el Roma en su historial. Si bien en mi memoria atesoro el recuerdo de la función de “Rigoletto” que marcó los festejos del Centenario de la misma, como la que mayor concurrencia tuvo (año 2004), seguida por una versión de Concierto de “La Sonambula” de Bellini en el 2001, como adhesión a la celebración del “Año Bellini”, “La Traviata”, está ahí nomás. Téngase en cuenta que en los tres casos debieron agregarse sillas en los pasillos, tal la concurrencia de público a la función de días Domingo, que es la que mayor convocatoria tradicionalmente tiene. El Intendente Jorge Ferraresi, quién esta semana disputará la posibilidad de su reelección al frente del Ejecutivo Comunal en los comicios del próximo Domingo, decidió a comienzos del año pasado, encarar la restauración de la sala y la remodelación de parte del edificio del ya mas que centenario Coliseo, y al reabrirlo, dispuso que en esta temporada de reapertura la totalidad de los espectáculos ofrecidos sean totalmente gratuitos. Se discutirá la conveniencia o no de la medida, lo cierto es que la sala presentaba un gran lleno, no total para mi sorpresa, pero apreciable concurrencia al fín. Factores, muchos. Si bién el único Domingo del mes en que era posible el espectáculo era este (El anterior fue “feriado largo” y el próximo van los comicios), el hecho de que se conmemoraba el “Día de la Madre”, pudo haber afectado. Súmese a ello que al momento de transcurrir la función, se disputaba a pocas cuadras de allí  el Clásico Racing-Boca, con  lo cuál, el horario de finalización de la Opera haría desconcentrar al público a pocos minutos de la finalización del encuentro, y entonces, la posibilidad de falta de medios de locomoción para quienes no disponen de vehículos, y a altas horas de la noche,  pudo haber acobardado a mas de uno. En fin, detalles de los que deberá tomarse nota, para aprender y pensar hacia el futuro.

  La sala está absolutamente restaurada. Sus paredes han recuperado el color original de la inauguración. Los frescos conservan su esplendor, y lo mas importante,  es que la acústica no se ha visto afectada en modo alguno, tal lo apreciado al finalizar la función. Mas aún, cuando el foso ha sido ampliado un metro hacia delante de la línea de platea, por lo que los trabajos han sido bien realizados. La obra mas fuerte se ha dado en supresión de oficinas ubicadas al ingresar al Foyer, para ampliar los sanitarios,  y dotarla de instalaciones para discapacitados en los mismos. La mudanza a nueva sede del Instituto Municipal de Música,  situada ahora en el “Centro Cultural Antonio H. Caruso”, posibilitó que los ambientes linderos que ocupaba anteriormente (integrantes del mismo conjunto arquitectónico), fueran sumados a pleno al Roma, por lo que se han construido, Seis camarines de Artistas protagónicos, mas dos amplios Camarines de conjuntos para Mujeres y Hombres, respectivamente (Sean estos Coristas, Bailarines o Actores). En todos estos casos, las instalaciones cuentan con Baños,  Duchas y Aire Acondicionado. Una Galería de Arte se ubica al ingresar a ese sector del edificio. Arañas de muy buen gusto iluminan el espacio, el que contiene además en el segundo piso una sala de ensayos con piano,  y para el primer piso, una sala de ensayo para danza, en ambos casos con aire acondicionado. 
  Otras novedades sumamente salientes están dadas por la ampliación de cargos dentro del orgánico de la Orquesta Sinfónica Municipal, la que ha sumado instrumentistas de Cuerdas, Bronces y Percusión, como así también, el hecho de que el Coro del Instituto Municipal de Música se vio reforzado en voces de todas las cuerdas, al menos para esta producción, cuyos rendimientos comentaré unas líneas mas adelante.

  La parte musical, recayó en la conducción de Dante Ranieri, quien ya la hiciera este mismo año para la producción de este mismo titulo por el Ensamble Lírico-Orquestal, que viéramos y comentáramos en este blog. Los cantantes principales, también participaron en ella, y sus desempeños también los comentaré mas abajo.
  Se encomendó la puesta en escena del espectáculo, al hijo mas querido de la casa. Decir Boris, es decir Teatro Roma. En el ambiente lírico  argentino,  solo se conoce esa simbiosis. ¿Qué mas  puede decirse de alguien que le ha entregado al Roma horas memorables de música,  mas toda su pasión y toda su creatividad?. Cuantas figuras, algunas de ellas que luego de presentarse allí comenzaron carreras de renombre, han pasado gracias a la intervención de Boris por el escenario. Entonces nada mas merecido para El, que tener la posibilidad de ser el responsable visual de la  primera Opera ofrecida tras la reapertura.

  Su visión de “La Traviata”, básicamente sigue siendo la misma que en su primera puesta del Roma, solo que ajustada y enriquecida en algunos detalles visuales. Veamos. Primer Acto: Gastón “incita” a Alfredo, mediante algún empujoncito a que se le “declare” a Violetta, en la previa a “Un dí felice etérea”, los movimientos de masas son los mismos, solo que a la hora de la partida se muestran “entonados”, gracias a la labor del champagne. El mejor recurso está dado en el “Sempre líbera”, donde Violetta se quita el vestido al exclamarlo, quedando “En Enagua” y sintiéndose así “libre”. El primer cuadro del segundo acto es clásico en su marcación, dando refuerzo en lo actoral y aquí sí, los cantantes debieron dar lo mejor de sí mismos para sostener la tensión de la trama. En el segundo cuadro (Fiesta en Casa de Flora), se vio un efectivo recurso y es que el momento final del coro de “Piquillo el matador”, quien se quita la máscara del toro que embiste es el mismísimo Alfredo, quien de esa forma se integra a la fiesta. Ya en el juego de cartas el Barón Douphol le arrojará el guante a Alfredo en la mesa de juego,  y este se lo devolverá al finalizar el acto luego que ambos protagonicen una escena de pugilato interrumpida por Giorgio Germont, abriéndose paso entre la concurrencia, para de esta forma comenzar su intervención vocal. La parte mas risueña, si se quiere, estuvo dada por la irrupción de una “patrulla del orden”, la que se lleva a toda la concurrencia detenida en una verdadera “razzia”, y al ver al jefe de la “Patrulla”, reconocemos a Armando Garrido, el Director del Coro,  quien se lleva “detenidos” a sus dirigidos.  Lo mejor, sin dudas, es el tercer acto, donde la dramaticidad está llevada a su máxima expresión, comenzando con la participación muda de Gastón consolando a Violetta , y casi como en un descuido, le deja en el cofrecito los veinte luises que Aninna contará como resto del dinero que aún queda, y reforzada al final del “Addio del Passato”,  cuando Violetta quema con la ayuda de la llama tenue del candelabro que la ilumina,  la carta de Giorgio Germont, acentuando así la impresión de que “todo terminó”. Sabemos que Boris es así, genuino, auténtico. Tómelo o déjelo. Podrá decirse que es exagerada la cantidad de gente en escena en los dos grandes cuadros, y que por los dispositivos visuales desplegados, no le permitieron desarrollar a pleno las escenas de masas a las que tan afecto es. Pero lo que de ninguna manera hay dudas, es su lectura a pleno de la historia,  y su fidelidad a la idea que tiene. Hay todo un trabajo (que es lo que finalmente se plasma) y, en mi caso, me termina convenciendo, para calificarla como una muy buena labor. Hay un crecimiento y se nota.

  La iluminación, corrió por cuenta de Oscar M (así figura en los créditos, pero entiendo que se trata de Oscar Moralli, jefe de Iluminación del Roma), muy correcta, pero mucho mas meritoria en el tercer acto, en que dio en el punto justo para enmarcar la escena.

  La escenografía de Hugo Ciciro fue austera, práctica, al servicio de agilizar los cambios de escena. Debo señalar que deben cuidarse algunos detalles, como por ejemplo, cubrir con tela o revestir en madera la grada por la que se desplazan los interpretes al fondo de escenario. No parece apropiado el que se perciban las estructuras tubulares que la sostienen, en una escena que se desarrolla a comienzos del siglo 19.

  El vestuario seleccionado y acondicionado por María Vucetich, es de época aproximada entre finales de siglo 18 y casi comienzos del 19, muy bien elegido en todos los casos,  y un bellísimo vestido de su autoría personal,  que la protagonista luce en el primer acto, en satín de un blanco refulgente, lo que provoca un magnífico impacto visual inicial.

  Vamos a las voces. Rocío Cereceda asumió una vez mas el rol de Violetta. Necesitó acomodarse al comienzo, hasta el “E Strano”, y de ahí en mas fue creciendo con el correr de la función. Buena voz en punta, sólida emisión, agudos muy seguros y bien vertidos. Buena carga dramática desde el segundo acto hasta el final. Conmovió en el “Addio…”, para redondear una convincente actuación. Fermín Prieto se mostró mucho mas contundente que en la citada versión de comienzos de año en el Auditorio de Belgrano. Se lo escucho con una notable mejoría vocal,  y entregó sus medios con absoluta generosidad. Boris pudo adosarle una mejor prestación actoral. Fue el joven romántico y rebelde. Una de sus mejores actuaciones de los últimos tiempos. Fernando Grassi ratificó su gran momento. Compuso un Giorgio Germont en toda la línea, desde lo actoral a lo vocal, hasta mostrarnos a un padre atormentado por todo el daño que la ha provocado a Violetta  y a su propio hijo. Cristian Taleb fue un muy buen Gaston, tanto actoral como vocalmente hablando. Fue el compinche de Alfredo,  y el piadoso sostén de Violetta al comienzo del acto final. Nora Balanda fue correcta Flora, aunque me hubiera gustado un mayor lucimiento actoral. Claudio Rotella, fue un buen Dr. Grenvielle, aunque deberá cuidar la potencia de su emisión, sobre todo en el último acto, en donde debe ser mas “secreto”. Stephanie Rivas, compuso a una maravillosa Aninna, fiel a su ama hasta el final. Tanto Alfredo Gonzalez Reig (Barón Douphol) como Juan Feico (Marques D’Obrigny), lucieron en buena forma y dieron realce a sus respectivos roles. Párrafo aparte constituye el que por fin se hayan elegido buenos elementos para los otros tres roles co-primarios, los que estuvieron a la altura de la función. A veces un “La Cena E Pronta”  mal expresado,  tira abajo la labor del resto. Afortunadamente, este no fue el caso.

  Armando Garrido logró que el Coro del Instituto Municipal de Música de Avellaneda por fin  haya brindado la mejor actuación de su historia. Absolutamente ajustado, a tiempo, balanceado en voces que cantaron con unas ganas que contagió a toda la concurrencia. Mis sinceras felicitaciones.

  Dante Ranieri condujo con sabiduría a la Sinfónica de Avellaneda, la que entregó una muy buena prestación. Plena comunicación con el palco escénico. “Tempi”  de muy buena dinámica, sonido muy pulcro. Tal vez un poco mas lenta que la del Auditorio de Belgrano, pero al servicio de las voces y el coro, como para que nada quedase librado al azar. Muy digna función.

  El empeño de todos rindió frutos, y así el Roma vivió con alegría su “vuelta a la vida Operística”. Celebrémoslo, y que vengan, muchísimas mas.


Donato Decina

miércoles, 14 de octubre de 2015

BUENO, PERO NO DESLUMBRANTE

Mozarteum Argentino: Presentación de Alessio Bax (Piano). Obras de Beethoven, Mussorgsky, Rachmaninoff y Kreisler. Teatro Colón, 06 de Octubre de 2015.

  En el contexto general, Alessio Bax (quién el 22 próximo se presentará con la Filarmónica junto a su esposa Lucille Chung) demostró ser un buen pianista, tanto como cuando acompañara a Joshua Bell en la última visita de Este último a la Argentina. De todas formas, luego de haber escuchado las obras que seleccionó para la primera parte del programa,  la impresión que dejó es la de un buen interprete pero con repertorio muy liviano. Veamos: el inicio tuvo una correcta interpretación de la “Claro de Luna” de Beethoven. Correcto toque, pureza de sonido, pedal justo. Si vamos al fondo, interpretación muy superficial. Luego, una adaptación de Serguei Rachmaninoff de “Hopak” de “La Feria de Sorochinsky” de Mussorgsky. Seguimos en la misma línea, corrección, buen toque, justeza. Y uno empieza a esperar mas.  Siguió con dos preludios del propio Serguei Rachmaninoff, el Nº5 del Op. 32 en Sol mayor y el también Nº 5, pero del Op. 23, en Sol menor. Aquí, al menos, hubo una mayor intencionalidad, algo mas de ímpetu, siguió luciendo muy buena técnica, sonido redondo, pero al menos en mi caso, seguí esperando un plus, que hasta ese momento no aparecía. La primera parte culminó con dos transcripciones de Rachmaninoff, de los dos valses mas populares de Fritz Kreisler: “Pena de Amor” y “Alegría de Amor”, que las puedo aceptar como Bis, pero de mi parte jamás para cerrar la primera mitad de un concierto. Como se ve, uno pide mayor compromiso.

  La segunda parte, mitigó al menos un poco, las carencias, cuando abordó “Cuadros de una Exposición” de Modest Mussorgsky.  Aquí hubo algo mas de compromiso, mucho entusiasmo, pasajes de pleno lirismo (El Viejo Castillo y Tullerías), entrega (Bydlo), mayor fuerza (Baba Yaga), Picardía (Ballet de los Pollitos), profundidad (catacumbas), Grandeza (La Puerta de Kiev). Fue una versión bien servida, con plena técnica, mucha justeza, pero sín un plus de talento que me permita afirmar que fue una versión de alto vuelo, lo que de ninguna manera ocurrió.  Bises, dos, mientras el público iniciaba la desbandada, aprovechando que a las 21,25 hs. había terminado,  y era lindo momento para ir a cenar, una obra para Mano Izquierda de Scriabin  y la Danza Húngara Nº1 de Brahms, casi como que al tener “Cuadros” su gran versión orquestal, gracias al genio de Ravel, necesitaba Bax, al menos, otro bis de Orquesta para cerrar.


Donato Decina

viernes, 9 de octubre de 2015

Thomas Hampson: "Sin música y literatura cometemos un suicidio cultural"

"Estoy en un punto de madurez absoluta. Tengo experiencia, saber y energía para retos nuevos"

Diario de Mallorca 08.10.2015 | 01:31
El barítono Thomas Hampson, ayer en el Hotel Barceló Formentor.
El barítono Thomas Hampson, ayer en el Hotel Barceló Formentor. guillem bosch

Thomas Hampson

  • Cantante

    Una discografía con más de 150 títulos, un premio Grammy, carisma escénico y calidad vocal, y giras mundiales avalan la carrera del que está considerado el barítono más importante de Estados Unidos.
    Hoy actuará en el ‘Formentor Sunset Classics’, el ciclo que desde hace tres años se desarrolla en Formentor
Gabi Rodas Palma
"Si no ofrecemos a los jóvenes música y literatura cometemos un suicidio cultural", señaló ayer en Formentor uno de los barítonos contemporáneos más reconocidos del momento por su carisma escénico y su calidad vocal, Thomas Hampson (Estados Unidos, 1955).

"El encuentro en la poesía y la música es lo más importante que podemos ofrecerles", subrayó este "apasionado" del canto, convencido de que "nada se relaciona con la cultura más específicamente que la palabra escrita y la música".

La presencia de Hampson en la isla, la primera en su carrera, se enmarca en la tercera edición del Formentor Sunset Classics, ciclo que este año también programó al pianista chino Lang Lang y en anteriores entregas a a Daniel Barenboim, Zubin Mehta o la diva Kiri Te Kanawa. En el concierto, que tendrá lugar hoy en el hotel Formentor a las 19,15 horas, el barítono actuará acompañado de sa Simfònica, bajo la dirección de Felipe Aguirre, para abordar un programa con dos partes diferenciadas: la primera centrada en piezas de ópera clásica de Mozart, Verdi y Jules Massenet; y la segunda con canciones de operetas de Franz Léhar y temas de musicales de Leonard Bernstein y Cole Porter.

"Elegir un programa cuando se tiene un repertorio tan amplio es a menudo harto difícil", confesó el artista de Elkhart (Indiana), quien ha apostado por una selección musical con la que "llegar directamente al público" a través de las "historias" que cuentan los personajes que encarnará en cada una de las diez canciones, que funcionan como "un retrato de los personajes".

"Me resulta divertido" combinar en una misma gala extractos de óperas del XVIII con clásicos de Porter de principios del siglo XX. "Tiene su dificultad pero son compatibles", agregó. "Entre las operetas y las canciones más de comedia hay una diferencia en su expresión musical. En la comedia –explicó– la compenetración entre la música y la letra de la canción es muy cercana y trata temas más mundanos mientras que en la opereta la relación es más profunda con temas que van más alla de nuestra vida cotidiana. Son compatibles pero son distintas en esencia", subrayó.

El cantante explicó la ausencia de música española en el que será su único recital en este país en 2015: "Canto mucho en España y me encanta venir. Hablo italiano, francés, alemán –muy bien– e inglés, pero no el español. No canto en español, y lo digo con tristeza porque el repertorio de la canción española es muy extenso y maravilloso".

Un repertorio que conoce bien, a través de los jóvenes que trabajan en la Fundación Hampsong, creada por él mismo en 2003 y que emplea el arte de la canción para promover el diálogo y el entendimiento intercultural.

Habitual en las principales óperas de Estados Unidos y Europa y con más de 150 discos grabados, Hampson, con 60 años y un Grammy en su haber, aseguró que se siente "en un punto de madurez absoluta".

"Tengo experiencia, el saber y al mismo tiempo la energía y el atrevimiento para hacer cosas nuevas. Disfruto mucho de ello y la verdad es que no veo límites en mis posibilidades", se sinceró un cantante que ha sido incluido recientemente en la Academia Americana de las Artes y Ciencias.

Uno de sus próximos retos lo acometerá en marzo de 2016, cuando viaje por primera vez a China para su debut con la Orquesta Filarmónica de China con Zhang Guoyong y la Orquesta Sinfónica de Shanghai y Long Yu. Su agenda también incluye conciertos en Alemania, Polonia, Países Bajos, Austria y Nueva York, donde cantará Das Led von der Erde (La canción de la tierra) con la Filarmónica de esta ciudad y Alan Gilbert. El barítono también llevará sus conocidos recitales lieder al Wigmore Hall en Londres, Konzerthaus en Viena, Laeiszhalle en Hamburgo, Festival Heidelberger Frühling y Festival Schubertiade.

Elogios a Plácido Domingo

Hampson también tuvo palabras de elogio para Plácido Domingo, "uno de los cantantes más importantes del siglo XX", un artista "sin parangón" que ha establecido "estándares a nivel de actuación tanto por su cantidad como por su calidad" que "inspiran a los cantantes de la actualidad y seguirá haciéndolo a generaciones futuras".

"Le admiro profundamente aunque a veces desearía que no cantara mi repertorio", bromeó Hampson, "amigo y colega" de una persona "excepcional" y con un "gran sentido del humor", Domingo, que "abre caminos, como una estrella fugaz que deja una estela tras de sí y que nosotros vamos siguiendo. Debería fomar parte del patrimonio de la humanidad
".


LA MAYOR SORPRESA DE LA TEMPORADA

Festival Internacional de Buenos Aires en el Teatro Colón: “Macbeth”. Basado en la Opera homónima de Giuseppe Verdi,  en adaptación de Brett Bailey y Fabrizio Cassol. Interpretes: Compañía “Three World Bunfight” (Owen Metsileng [Macbeth], Nobulumko Mngxekeza [Lady Macbeth], Otto Maidi [Banquo] y Coro), Conjunto de Cámara conformado por miembros de la Orquesta Estable del Teatro Colón, Director y Encargado del Diseño de Sonido: Premil Petrovic, Iluminación: Felice Ross, Producción: Bárbara Mathers.

  Que no quepa duda alguna que hasta ahora, esta producción de Macbeth del F.I.B.A.,  ha sido el mayor logro de la gestión Lopérfido.  Al poco tiempo de asumir la Dirección General del Teatro (Con retención del cargo de Director General del F.I.B.A., que ya ejercía), anunció la aparición de un abono que incluiría un espectáculo de Danza (La Trilogía Neoclásica III), un concierto del “Colón Contemporáneo”, un espectáculo del C.E.T.C. y la integración del F.I.B.A. con el Colón, simbolizado en esta adaptación del “Macbeth” Verdiano. Recuerdo que con Roberto Blanco Villalba dijimos (luego que los infaltables “Corrillos” dieran integrada esta propuesta al abono de Opera, cosa que terminó siendo “teléfono descompuesto”) que en este enfoque era absolutamente válida la inclusión de la propuesta, y mas, dentro del anunciado nuevo abono. Pues bien, luego de haber visto el espectáculo, debo reconocer que tanto Yo como muchos otros conocidos (de los que verdaderamente saben),  quedamos absolutamente shockeados ante la fuerza de la propuesta, la atmosfera brutal que la envolvió, la categoría de las voces elegidas, la impresionante adaptación musical de Fabrizio Cassol, que respetó la esencia de Verdi, que re-orquestó algunos fragmentos en ritmos africanos sin alterar la intencionalidad de esos pasajes,  y logró que de ningún modo ello moleste al espectador/oyente. En cuanto a la dramaturgia, Brett Bailey mantuvo el texto original de la ópera en italiano, pero  en las traducciones se leía el texto diseñado por el adaptador, de acuerdo a su propuesta, el que se leía en un castellano “aporteñado”, tal como sucedió en la puesta de “Cavallería” e “I Pagliacci” de José Cura, Este mismo año. La adaptación es que los integrantes de una compañía lírica, encuentran en el Municipio de Goma (Hoy República Democrática de Congo, antes Zaire y antes Congo Belga), los trastos, vestuario y partituras de Otra Compañía que setenta años antes ofreciera en ese lugar una representación de Este título de Verdi. Ello da pie para que, con esos elementos los artistas  decidan ofrecer su propia visión de la Opera,  “Aggiornándola” a tiempo real,  y ambientándola sobre el lugar en el que estaban. Así tenemos a  Banquo caracterizado como General, Macbeth como un ascendente Coronel,  y a su Esposa ambicionándolo todo desde una lavandería a la que ha concurrido y en la que en su palangana de lavar se ve la espuma compácta que va disolviéndose, casi como aquello de “que baje la espuma para ver lo que hay en el fondo”.  Todo comienza y culmina con “Patria Opressa”. Semejante coro no puede menos que graficar que pasan,  el colonialismo, los  dictadores tiranos, los intentos totalitarios, los colectivismos,  y sin embargo,  la vida para el común de la gente no cambia. La Explotación aún sigue. Podrán encontrarse Macbeth y su Esposa en la Lavandería,   y comenzar a partir de “Nell di della Vittoria” y “Sappia la sposa mía”, preparar un cobarde golpe contra Banquo, con una durísima escena desde “Studia il Passo”, sostenida por una orquestación compacta,  la que pudo percibirse con una adecuada amplificación. Tragicómica fue, de no ser por el dramatismo que encerró ese pasaje, la escena del brindis, en donde poco mas que Lady Macbeth y su Esposo bailaban sobre los cadáveres calientes que el golpe produjo. Y los dislates siguen,  y el drama va vertiginosamente creciendo. Macduff es un muñeco al que una voz femenina del coro le va dando vida, y así, volviéndose sobre su sombra, Macbeth militar entonará el “Pietá, rispetto, amore”, verá morir en sus brazos a su mujer, temblará  ante la profecía de las brujas (y de solo saber que la foresta se mueve),  y,  finalmente, El mismo también será derrocado y ejecutado por la espalda, porque la corista ya ha tomado la apariencia de Macduff.

  Brent Bailey, conformó un sólido relato, en donde pudo dar con toda la opresividad de la atmósfera, magníficamente graficada. Los cantantes todos,  son de una excelencia abrumadora. Pero seamos justos, la Pareja central, conformada por Owen Metsileng  como el Protagonista y Nobulunko Mngxekeza como la ambiciosa y despótica Esposa, no pudo ser mejor elegida. Actuación, línea de canto, sobre todo en la mujer, expresividad. Fueron la pareja. En las versiones que he visto en vivo, jamás encontré un dúo protagónico de semejante nivel.  Tanto Otto Maidi como Banquo, como el resto del coro son formidables. El primero con nobles recursos vocales,  y el resto con un afiatamiento envidiable. La escena, prácticamente resuelta entre un sobre-escenario (por aquello de “El Teatro dentro del teatro”, al fin y al cabo es la representación de la versión de la historia), y el coro dispuesto sobre las gradas, cual tragedia griega. De vez en cuando hay tres voces femeninas que aparecerán juntas en diferentes momentos con trajes masculinos y las caras cubiertas por máscaras. Ni mas ni menos que los factores de poder. Los que hacen negocios al amparo de las tiranías, con los archiconocidos resultados.  Como se verá, sólidas denuncias, con mucho fundamento, magníficamente resueltas en la escena. Musicalmente hablando, la adaptación sostiene magníficamente la dramaturgia y  Premil Petrovic, sostuvo el trabajo de Cassol, a partir de una muy solvente conducción de las fuerzas de la estable que compusieron el conjunto musical, sostuvo el discurso, y mantuvo un ida y vuelta permanente con las voces. Justísima fue la amplificación tanto para el conjunto, como para el reducido coro, el que se escuchó  impecablemente.  Todo envuelto en una magnífica iluminación de Felice Ross, que creo los ámbitos apropiados para el desarrollo de la trama, ahondando aun mas el clima de opresividad narrado en la historia.  Al integrarse los protagonistas al coro en el final, el “Patria Opressa” sonó desgarrador. Semejante mazazo,  nos hizo salir bajo shock,  y pensando mucho, mucho……


Donato Decina

jueves, 1 de octubre de 2015



MULOVA Y LABEQUE SE “FLOREARON”

“Nuova Harmonía 2015”: Actuación del dúo Viktoria Mulova (violín)-Katia Labeque (Piano). Programa: Wolfang Amadeus Mozart: Sonata para Violín y Piano en La mayor KV. 525; Robert Schumann: Sonata para Piano y Violín en La menor, Op.105; Toru Takemitsu-Arvo Part: “Distance de Fee”-“Fratres”; Maurice Ravel: Sonata para Violín y Piano Nº2. Teatro Colón, 28 de Setiembre de 2015.

  Pocas veces he tenido la oportunidad de escuchar en vivo a un dúo como Este, integrado por dos excepcionales instrumentistas, con un sonido tan bello y noble, con tanta calidad interpretativa, y con un repertorio tan bien seleccionado. Viktoria Mulova y Katia Labeque, desarrollaron un programa en donde las sutilezas, los timbres, las intensidades y las sonoridades, abundaron. Y en donde la exquisitez y el buen gusto sobrevolaron permanentemente el ámbito del Colón. La sesión se inició con una muy pulcra versión de la Sonata Kv. 525 de Mozart,  vertida con “Tempi” muy intenso y con una exposición plena de justeza, para luego continuar con una muy intensa versión de la Sonata para Piano y Violín , Op.105 de Schumann. Mulova es una violinista muy refinada,  de técnica insuperable. Labeque es una exquisita pianista, siempre interesada en la búsqueda de la plena sonoridad. Da la sensación que estuviese en la búsqueda del sonido “perfecto” para cada obra. Juntas construyeron,  a pleno entendimiento mutuo,  una primera parte decididamente magnífica, con versiones impecables de ambas obras.

  Y si la primera parte fue magnífica, la segunda fue de plena excelencia. En primer lugar, por la sabia decisión de ambas de alterar el orden en que estaba anunciado el programa, colocando al comienzo “Distance de Fee” de Toru Takemitsu,  para integrarla en un todo con “Fratres” de Arvo Part. Son obras tan simlares, que conforman una unidad de estilo, de sonido, en donde la influencia de Mesiaen y Debussy en ambas quedó puesta de manifiesto a lo largo de la interpretación, alcanzando una verdadera cumbre interpretativa, la que arrancó una genuina ovación del público.

  Y para el cierre, una bellísima interpretación de la Sonata para Violín y Piano Nº 2 de Maurice Ravel. Obra dedicada al Célebre compositor de Jazz Wlliam Handy (Recordado por su “Saint Louis Blues”, inmortalizado por Louis Armstrong), su espíritu “Blusero” sobrevoló permanentemente la sala del Colón en manos de ambas instrumentistas, dando por resultado una versión plena del “swing” que la obra contiene. Hubo lugar para un bis, y si no hubo mas,  fue por la actitud de un sector del publico que amen de aplaudir a destiempo entre movimiento y movimiento en Mozart y Schumann (lo que motivo que Mulova solicitara al Comienzo de la segunda parte que no aplaudieran entre Takemitsu y Part), que las toses arreciaran también en esos instantes,  y que al finalizar Ravel comenzaran a retirarse aun con las interpretes recibiendo el aplauso sostenido del resto de la concurrencia. La obra elegida fue de la música popular del Brasil, “Rosa”,  del legendario “Pixinguinha”, en donde se pudo seguir apreciando cada una de las cualidades que narramos a lo largo de esta crónica.


Donato Decina
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