BASHKIROVA, SIEMPRE
EN MUY BUENAS “JUNTAS”
Mozarteum Argentino:
Actuación del Jerusalem Chamber Music Festival, Piano, Dirección Musical y
Artística: Elena Bashkirova. Músicos Invitados Edición 2016: Chen Halevi
(Clarinete), Mihaela Martin (Violín), Frans Helerson (Violonchelo). Programa:
Ludwig Van Beethoven: Trío “Gassenhauer”, Op. 11 en Si bemol mayor, para
Clarinete, Violonchelo y Piano. Paul
Hindemith: Cuarteto para Clarinete, Violín, Violonchelo y Piano. Bela Bartok:
“Contrastes”, Sz.111, BB116 (Para Violín, Clarinete y Piano). Franz Peter
Schubert: Trío Nº1 en Sí bemol mayor, para Violín, Violonchelo y Piano, D.898.
Teatro Colón, 13 de Junio de 2016.
Una vez mas se
presentó en el Colón para el Mozarteum Argentino Elena Bashkirova. Ahora su agrupamiento
lo efectúa bajo el nombre de Jerusalem Chamber Music Festival (Festival de
Música de Cámara de Jerusalem), que pareciera ser el nombre definitivo (que
refiere mas a evento musical que a nombre de bautismo para una agrupación de
esa índole). Mas allá que de inmediato
acudan a mi memoria, los nombres de anteriores músicos invitados que se
presentaran junto a la pianista rusa en las dos visitas anteriores (Sobre todo
la primera, con nombres como los de Michael Sanderling o Gerard Causse ), la virtud
de Bashkirova, en su rol de Directora
Artística, es la de saber rodearse de buenos y muy efectivos interpretes que le
dan el “ropaje” con el cuál nunca defraudará al auditorio en el que se
presente. También, justo es decirlo, tiene mucha inteligencia al momento de
formular los programas que se abordarán. Siempre se hallarán en las propuestas,
obras de compositores clásicos, con
algún creador contemporáneo consagrado y la oportunidad de presentar a algún
compositor desconocido, El o La que se nos terminarán revelando como hábiles
creadores. Esta visita vino de la mano de propuestas sobre la base del formato
de los dos primeros tópicos mencionados en el párrafo anterior. Así tuvimos el
placer de escuchar el Trío “Gassenhauer” de Beethoven, obra de su primer
período de composición, muy “mozartiana” en las formas, en donde el israelí
Chen Halevi, se reveló como un muy buen clarinetista, dominador de los climas,
silencios y momentos de mayor energía que la obra contiene. También, a un
refinadísimo violonchelista llamado Frans Helmerson, oriundo de Suecia, e
integrante y miembro fundador del Michelangelo String Quartett, dueño de un
portentoso sonido y capaz de extraerle hasta el sonido mas imperceptible a su
instrumento. Junto a Ellos, Bashkirova se desenvolvió con suma corrección,
actuando como columna vertebral de la interpretación, casi un gran apoyo, logrando plasmar en mi opinión una muy buena
versión de la obra.
Para cerrar la
primera parte, se tuvo la magnífica oportunidad de escuchar el Cuarteto para
Violín, Violonchelo, Clarinete y Piano de Paul Hindemith, compuesto en 1938, comenzada su composición
en Alemania, continuada en la primera etapa de exilio en Suiza y estrenada
finalmente en Estados Unidos. En esta oportunidad, se pudieron apreciar las
cualidades interpretativas de la violinista rumana Mihaela Martín (también
miembro fundadora del Michelangelo String Quartett), dueña de un dominio
absoluto de su instrumento y de plena justeza en cada intervención. La obra,
plena de momentos de carga emotiva, lució plena en contrastes y matices,
logrando (sobre todo los interpretes de
cuerda) llegar al punto justo de interpretación. Halevi,
una vez mas, tuvo refinada intervención y Bashkirova, mas allá de que su
intervención fue correcta, tuvo la virtud de ensamblar a cada uno de los
músicos y que estos entregaran lo mejor de sí mismos.
El comienzo de la
segunda parte fue dedicado a la magistral “Contrastes” de Bela Bartok, en la
que fundamentalmente Martín y Halevi lograron mostrar con exactitud la real
dimensión de la obra que sonó “bien Bartok”, Bashkirova una vez mas obró como
apoyo, balanceando por completo al conjunto, logrando con ello una muy limpia
interpretación.
El cierre le cupo a
una magnífica versión del Trío Nº 1 de Schubert, en donde la experiencia de los
interpretes de cuerda (sumado a ello a los años de trabajar juntos), llevó a un
nivel de excelencia a la versión ofrecida, y aquí también Bashkirova, fundamentalmente en
el segundo movimiento, también tuvo excelencia en su intervención, por lo cuál,
todos redondearon una faena magnífica.
La nota llamativa la
brindó el público, que siguió respetuosamente en silencio todo el
programa, pero que no está habituado a
este tipo de sesiones camarísticas y, por ello, no respondió con la efusividad
habitual a la hora del aplauso. Entonces, solo el público de las localidades
altas sostuvo el batir de palmas y
motivó dos nuevos llamados a escena a los músicos, el último también con Halevi
presente, pero, lamentablemente, no alcanzó para lograr un bis que harto merecían.
Donato Decina