SOBRE "OPERA CLUB"

ÓPERA CLUB es un emprendimiento que nace el 17 de noviembre de 1990 a partir de un programa emitido por Radio Cultura. Este programa tuvo características muy especiales que lo transformaron, casi de inmediato, en el de mayor audiencia en su género.

Por primera vez se trataba el tema operístico con un absoluto desapego a las formas tradicionales de acartonamiento y solemnidad. Quedó en claro desde un principio que se trataba de un programa de ópera y no de cantantes –de estos últimos se ocupaba la mayoría-. Procedimos a lo que nuestro locutor de entonces (Mario Keegan) dio en llamar “derribando mitos” -desmitificar leyendas, anécdotas o lisas y llanas mentiras que con los años se convirtieron en falsas verdades-. Seguimos muy de cerca toda la actividad musical de Buenos Aires y La Plata poniendo muy especial énfasis en la promoción de los intérpretes jóvenes que estaban haciendo sus primeras armas –en la mayoría de los casos a puro pulmón- aunque sin descuidar las grandes figuras nacionales e internacionales que nos visitaban. Por último, el formato horario de cuatro horas nos permitió tratar amplia y distendidamente diferentes temas en un sólo programa desarrollado a través una conversación sin planificación previa entre dos a cinco co-conductores.

Todo esto nos puso en el primer lugar durante poco más de diez años. Diversos problemas –fundamentalmente económicos y de necesidades de programación de la radio- nos fueron acortando la duración y concluímos transmitiendo una hora a la medianoche del sábado. De esta manera fuimos perdiendo, junto con audiencia, nuestras características distintivas.

A partir de septiembre de 2012 nos mudamos a Radio Amadeus Cultura Musical recuperando nuestro formato original e intentando, de a poco y con mucho esfuerzo de todo tipo, retomar nuestro puesto de liderazgo –tarea nada fácil, por otra parte-.

Comencé diciendo que ÓPERA CLUB es un emprendimiento que nace a partir de un programa de radio. Esto es porque no es sólo un programa de radio –o, mejor dicho, el programa es casi como un pretexto-, sino un modo de unir a los oyentes tras un objetivo superior en común. El verdadero protagonista del programa no son ni los cantantes ni la música, son los oyentes –sus destinatarios y razón de ser-. Es por eso que los llamados telefónicos o mails son fundamentales para la concreción de lo que sale al aire. La audición es una excusa para que nos comuniquemos, nos conozcamos y podamos realizar y armar el programa y las actividades en forma conjunta.

Siempre me ha preocupado la incomunicación y soledad que aquejan a nuestra sociedad de manera cada vez mayor desde la segunda postguerra. Esta idea de nuclearnos bajo un interés u objetivo común es, para mí, un medio para paliar este terrible mal. Para esto, además del programa –y en lo personal más importante- son las diversas actividades que hemos venido realizando –con menor o mayor frecuencia- durante los últimos veintitrés años: encuentros, charlas, recitales, conferencia-debates, intercambio de material y, fundamentalmente, exhibición de videos (hoy DVDs) de diversas funciones operísticas –recuerdo con especial cariño el ciclo multitudinario que realizamos en el Centro Cultural General San Martín colmando ampliamente la capacidad plena de la Sala AB-. También estas actividades se vieron notablemente disminuídas con la anteriormente citada decadencia del programa –al que están intrínsecamente unidas-.

En esta nueva etapa muchas son las esperanzas y muchos los proyectos. La idea de congregarnos bajo nuestro amor a la ópera es, vuelvo a repetirlo, sólo un pretexto para encontrarnos virtual o realmente, tanto en nuestra relación comunicador-oyente como en forma personal. Este sitio, el Facebook y, en un futuro muy próximo, el Twitter serán nuestras herramientas virtuales a utilizarse en forma dinámica. Queremos crear un foro de debate y discusión a través del que no sólo hablemos de lo que nos gusta sino que intercambiemos ideas sobre políticas culturales. Necesitamos ampliar horizontes y promover los valores estéticos y culturales en los que se basan las obras de arte. De esta manera, a través de estos valores y del intercambio de ideas, iremos creciendo como personas y ayudando a crecer a nuestro entorno. Recordemos que los grandes cambios se producen, en general, a partir de los pequeños cambios individuales.

En cuanto al programa en sí mismo, posee una dinámica que va haciéndose cada vez más participativa –ya hemos desarrollado algunos temas propuestos por ustedes y esperamos una participación cada vez mayor-, poseemos también una enorme discoteca –probablemente la más grande de nuestro medio- con una cantidad de grabaciones que está muy holgadamente en la cantidad de cinco cifras y que abarca desde los primeros cilindros hasta las últimas funciones efectuadas en el mundo –a veces el mismo día de la emisión-, presentamos a las grandes figuras que nos visitan y hacemos una fuerte promoción de lo que están preparando los distintos grupos que han aparecido fuera del marco de los teatros oficiales y que es en donde realmente se encuentra el futuro.

La ópera es el centro pero no nos cerramos en ella. Abarcamos también los demás géneros vocales (opereta, zarzuela, oratorio, canción de cámara, sinfónico-vocal) y estamos, aún tímidamente y en muy pequeñas dosis, abriéndonos a todo el espectro de la música clásica (o académica –término que no me gusta pero al que adhiere muchísima gente-) En cuanto al período de lo que difundimos, es amplísimo y sin reservas ya que vamos desde la música medieval hasta las últimas manifestaciones de vanguardia.

En síntesis, estamos buscando crecer a partir del debate y la interacción. Considero que la relación estática con un oyente pasivo ya no es aceptable y pertenece a un tiempo que ya fue –no estoy valorizando, sólo presentando un hecho-. El piso de este proyecto es el que estamos transitando. El techo quisiera creer que no tiene límites (una sede propia, una emisora....).

Entre todos podemos lograrlo. Esto intenta ser un verdadero Club y les pido que se unan. Les garantizo que el crecimiento y el gozo serán ampliamente satisfactorios.


Dr. Roberto Luis Blanco Villalba


UNA CREACION DE ROBERTO BLANCO VILLALBA

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lunes, 15 de septiembre de 2014

EN EL COLISEO, COMO EN EL TURF, UN SOLO GRITO: “¡CAPUÇON VIEJO NOMAS!”



Nuova Harmonía 2014. Concierto a cargo de la Orquesta Sinfónica de Lucerna, Director: James Gaffigan; Solista: Renaud Capuçon (Violín). Programa: Carl María Von Weber: Obertura de “Oberón”, Félix Mendelsohn Bartholdy: Concierto para Violín y Orquesta en Mi menor Op. 64, Antonin Dvorak: Sinfonía Nº 6 en Re mayor Op. 60. Teatro Coliseo, 12/09/14.

  En esta temporada en la que la novedad saliente es la nueva gestión encarada, con renovación de plana mayor y conducción artística luego de 28 años ( desde la legendaria “Italiana 86”, pasando por los dos abonos de “Harmonía” y llegar así a esta “Nuova Harmonía” de abono único), la que ha reformulado la propuesta del presente ciclo con el transcurrir de la misma, con un relanzamiento de venta de abonos para lo que resta del corriente año y cambio en la programación (al igual que Mozarteum, no se podrá contar con el concurso de la anunciada agrupación sinfónica de China y en su reemplazo se contará con el concurso de una agrupación proveniente del Estado Kazajo), llegamos al que tal vez sea el punto mas prominente del ciclo de este año, con la presentación de Renaud Capuçon, el extraordinario Violinista Francés, al que conociéramos junto a Gauthier, su hermano Violoncellista,  en los recordados Festivales de Martha Argerich en el Colón, muy jóvenes ambos, hace ya mas de ¡Una Década!. Aquí llegó como solista en el marco de una gira que realiza por Estas latitudes la “Orquesta Sinfónica de Lucerna”, bajo la guía de su muy joven titular (35 años), el Norteamericano  James Gaffigan. Sobran los testimonios del crecimiento artístico de este singular concertista. Videos, grabaciones, transmisiones que se ven por canales de cable de sus actuaciones ya sea en rol de solista, junto a su hermano, junto a Martha Argerich o la Venezolana Gabriela Montero. Junto a grandes orquestas y grandes directores, en fin,  sobran los recuerdos. Por eso la justificada expectativa, que merecía un marco de público aún mayor al que de por sí hubo y, si las fechas lo hubieran permitido, en un ámbito que no puede ser otro que el del Teatro Colón. A veces los tiempos son tiranos, y se muy bien que en lo que a Nuova Harmonía se refiere,  sus actuales jóvenes directivas, las Sras, Elisabetta Riva y Marta Viera Pires, han sacado buen provecho de Esta experiencia y Esta circunstancia para mejorarla a futuro. El Teatro Coliseo  tiene una buena acústica, aunque variable según el lugar donde uno este ubicado, para sacar mejor provecho. Es inmejorable en conciertos de cámara y de agrupaciones de menor magnitud a la visitante. En cambio,  cuanto se hubiera ganado en apreciación para un solista de semejantes quilates en la sala del Colón.

  A una semana vista,  y escuchado en el Colón por Carolin Widman y la Filarmónica de Dresde, Esta versión se  presta a la inmediata comparación,  y el resultado ha sido superlativo desde todo punto de vista. Por musicalidad, afinación, entrega, lirismo, calidad del acompañamiento, ya que Gaffigan estuvo preciso, dinámico y atento a todos los detalles y hasta por instrumento (Capuçon es depositario del legendario Guarnieri que perteneciera a Isaac Stern, ahora adquirido por la Banca Suiza), no se tenga duda alguna que perdurará en mucho tiempo en la memoria auditiva de quienes asistimos a esta velada y, en mi caso,  no recuerdo una interpretación de tanto voltaje de Esta obra en muchísimo tiempo. Llamativo fue, que a pesar de los insistentes llamados a escenario del público batiendo sus palmas, Capuçon decidió no ofrecer bis alguno, tal vez por aquello de lo bueno si breve…….

  Yendo ahora al perfil de la agrupación visitante, vino al Coliseo con un orgánico muy reducido (tal vez algunos músicos mas que alguna de las agrupaciones que existen en el Gran Buenos Aires o el Interior de Ntro. País), pero lo que no se puede dejar de resaltar es la calidad, ajuste y maravilloso sonido que ofrece, típico del centro Europeo, y que logra que el nivel sea de excelencia. Gaffigan es un conductor muy competente, tiene pasta, una solida formación adquirida en los Conservatorios de Nueva Inglaterra y de la Universidad de Houston y premio Gerorg Solti de Dirección Orquestal, lo que le valió ingresar a circuitos Europeos de segundo orden, al igual que en los Estados Unidos. Ganó amplia reputación como Director de Opera y Conciertos, lo que le permitió llegar a la titularidad de esta Orquesta hace tres años.  La versión ofrecida de la Obertura de “Oberón” de Von Weber, solo puede calificársela de excelente, por dinámica, musicalidad y esa chispa que la partitura requiere y que el Director mantuvo latente a lo largo de la interpretación.

  En cuanto a la obra de fondo, me sorprendió gratamente la elección de la sexta sinfonía de Antonin Dvorak, la menos frecuentada del grupo de la últimas cuatro sinfonías del compositor Bohemio, ya que las cinco iniciales se abordan de tanto en tanto y de ellas la primera,  solo fue una vez interpretada en el Colón en la integral de Diemecke con la Filarmónica.  Si bien la versión tuvo intensidad y entrega, se notó la mayor ausencia de instrumentistas de cuerda en el orgánico y, en cuanto a Gaffigan, no alcanzó una cuota de mayor expresividad para llegar al fondo y extraer el color que tiene tan maravillosa partitura. Loable fue el desempeño de las cuerdas y los vientos, y, en el caso de las primeras,  con un empeño increíble en esa coda final que exige brazos al por mayor para lograr una interpretación sentida.

  Hubo tiempo para bises, la clásica Danza Húngara Nº 5 de Brahms, en donde el único percusionista mostró la ductilidad de ejecutar timbal y triángulo, y, para grata sorpresa de los presentes, el cuarto movimiento de la infrecuentada Suite “Americana” de Dvorak, que en mi caso nunca escuché en vivo en 31 años de oyente, vertida con mucho sentimiento y lirismo, cuya inclusión mucho agradeceremos.


Donato Decina

martes, 9 de septiembre de 2014

CON MUCHO AMOR PROPIO




Orquesta Sinfónica Nacional, Director: Carlos Vieu. Solista: Marcelo Balat (Piano). Programa: Luís Gianneo: “El Tarco en Flor”, Robert Schumann: Concierto para Piano y Orquesta Op.54, Dimitri Shostakovich: Sinfonía Nº 6. Auditorio de Belgrano, 05/09/14.

  Con mucho de amor propio por parte de todos, es decir, Director Invitado, Solista y Músicos, que ponen lo mejor de sí mismos al servicio del espectador. Esa es. a mi juicio, la mejor síntesis que puedo ofrecerles de la impresión que me causó el Concierto de la Sinfónica Nacional en Belgrano el pasado Viernes. Y es así, porque con condiciones adversas, falta de presupuesto, ensayos muy ajustados a veces,  éxodo de instrumentistas de valía a los es muy difícil reemplazar, solistas que cancelan, lo escuchado ahí fue creciendo con el correr de la noche para convertirse en una faena muy buena.

 Carlos Vieu fue el Director convocado para la ocasión, para un programa en el que se incluyeron obras que permitirían el lucimiento, Y supo aprovecharlas.

  La sesión comenzó con una digna versión de “El Tarco en Flor”, la hermosa pieza orquestal de Don Luís Gianneo. A pesar de alguna pifia y algún desacople inicial, con el correr de la interpretación se pudo apreciar detalles, lirismo y una magnífica intervención del sector de Violoncellos en el inicio de la parte final.

  Luego fue el turno del Concierto para Piano y Orquesta de Schumann, con el concurso de Marcelo Balat como solista. Pianista estable de la Orquesta y notable solista, hacía tiempo que no lo podía apreciar y aquí lo encontramos maduro, con una musicalidad sin fisuras, buen solido y técnica irreprochable. Vieu guió  a la Nacional  en forma notable,  con buen feeling con el solista. Un pequeño desacople en la parte final del último movimiento, en nada empañó la actuación, Balat mostró serenidad y aplomo ante esa situación y encauzó el final de modo formidable. Un pequeño fragmento de Schumann como sentido bis coronó su labor.

  La parte final tenía la expectativa de escuchar al Director en la Sexta sinfonía de Shostakovich. Y realmente salí gratamente sorprendido. Fue una versión plena de enjundia, aun cuando para mi gusto el “tempi” fue un poco mas lento de lo habitual, es decir, no fue “Alla Rusa”.  Aún así, el conjunto mostró cohesión, sonido muy bueno, intervenciones decisivas de solistas como Patricia Da Dalt en Flauta y Sandra Acquaviva en Flautín Píccolo y sectores como  Corno Ingles y Clarinete que aportaron magníficamente lo suyo. Vieu sostuvo el pulso de la obra, mantuvo el equilibrio, contuvo a la percusión y enfocó tanto la parte dramática como la histriónica de la obra de manera acertada, luciéndose en el balance general.

  Mas allá de las limitaciones que he descripto, la Nacional está viva, goza de muy buena salud y cuenta con un buen conductor invitado y el amor propio de sus integrantes que mantienen la llama viva día a día


Donato Decina

ESE MARAVILLOSO SONIDO





Mozarteum Argentino: Presentación de la Orquesta Filarmónica de Dresde, Director: Michael Sanderling. Solista: Carolina Widmann (Violín). Programa: Jorg Widmann: “Con Brío”, Félix Mendelsohn Bartholdy: Concierto para Violín y Orquesta Op. 64, Johannes Brahms: Sinfonía Nº 1 en Re Menor Op. 68. Teatro Colón, 02/09/14.
  Que maravilloso es escuchar a una orquesta europea, como en este caso la Filarmónica de Dresde, con ese típico color “mate” y ese mórbido sonido, con una cuerda sencillamente gloriosa y en un programa a medida para resaltar esas cualidades. Ese es el resultado de esta visita.  Ahora bien, para profundizar esta crónica, debo decir que por lo demás, el saldo es tal vez un poco deficitario. ¿Por qué eso?.  Porque en la elección del repertorio no hubo mayor compromiso. Porque “Con Brío” de Jorg Widmann, con la que se inició la velada, si bien es una reflexión sobre Beethoven y toma como punto de partida el “Con Brío” de la Séptima sinfonía y algunos pasajes de la octava ( que son “citados” por  el compositor), en el discurso propiamente dicho se muestra en formas de composición absolutamente superadas hoy por hoy y, a pesar de una prolijidad e intensidad en la escritura, no muestra nada que no haya sido mencionado, ni expresa alguna búsqueda de algo diferente, con lo cuál la expectativa con la que quien escribe concurrió a escucharla, se vio rápidamente diluida. Si analizamos la actuación de Carolin Widmann en el Concierto Op. 64 de Mendelsohn, encontramos a una interprete que fue de menor a mayor, iniciando su actuación con un sonido llamativamente “sucio”, que fue cambando con el transcurrir de la obra y a una Orquesta sabiamente conducida por Sanderling, al fin y al cabo instrumentista El también (A quien admiramos en el Coliseo [con el Colón cerrado] junto a los “Jerusalem Chamber Players” en la inolvidable primera visita del conjunto capitaneado por la Bashkirova) , que en todo momento tuvo seguimiento “en detalle” de la partitura. Y tuvo, si,  mayor lucimiento en el bis, cuando acometiendo un fragmento de Ysaye,  demostró su valía interpretativa y su técnica impecable. Si bien se nota en el podio la falta de una presencia como la del lamentablemente desaparecido Don Rafael Frühbeck de Burgos, quien la condujo como titular en la anterior visita también en el Coliseo, a semanas de la reapertura del Colón, tuvimos a un concentradísimo Sanderling en una acertada lectura de la Primera de Brahms en donde a falta de una mayor profundidad interpretativa,  tuvimos al menos la posibilidad de deleitarnos con el magnifico y homogéneo sonido del conjunto visitante y a un estupendo concertino en el célebre solo de violín del segundo movimiento. Hubo lugar para un solo bis y muy mezquino, la segunda parte de la Obertura de “Guillermo Tell” de Rossini, a partir, lógicamente, de la celebre fanfarria de trompetas. Al menos el glorioso sonido emparejo las carencias.


Donato Decina  

UNA NOCHE “CASI MEXICANA”





Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Director: Enrique Arturo Diemecke, Solista: Pablo Diemecke (Violín), programa: Astor Piazzolla: “Tangazo”, Carlos Chávez: Concierto para Violín y Orquesta, Silvestre Revueltas: “La Noche de los Mayas”, Teatro Colón, 04/09/14.

  Fe de Erratas: En mi comentario anterior sobre la Filarmónica, mencioné el “Requiem Alemán” de Brahms y anuncié erróneamente al “Grupo de Canto Coral” y al “Orfeón de Buenos Aires”, ambos conducidos por Nestor Andrenacci, como intervinientes, cuando en realidad, como me lo recordó mi colega y cantante Margarita Pollini , quien allí intervino en esta última de sus facetas, que fueron la “Asociación Coral Lagun Onak” y el “Cámara XXI” conducidos por Miguel Angel Pesce, los que actuaron. Queda hecha la aclaración.

  Y Diemecke, salió, saludó a los primeros atriles, al público, pegó su acrobático saltito al podio, sentó a la orquesta con su clásico gesto de torero, se dispuso a atacar el “Tangazo” de Piazzolla, cuando de repente una voz en “Off” anunció que por aprobación en la Legislatura de la Ciudad de un proyecto del Legislador Enzo Pagani, se nombraba a Enrique Arturo Diemecke, “Artista Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires”. Entre sus considerandos, se le otorga por “sus aportes desde el año 2004 en materia de difusión de  compositores argentinos y latinoamericanos, no solo en Buenos Aires, sino en otros continentes” (Nota del Cronista: viene al país desde 1999). A renglón seguido el propio Pagani acompañado por Hernán Lombardi, Ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, ingresaron al escenario para entregar el merecido testimonio en medio de la ovación del público hacia uno de sus artistas mas queridos, quien muy emocionado lo recibió. Justiciero reconocimiento que no hace mas que ratificar lo que venimos sosteniendo en esta página y en el programa junto a Roberto Blanco Villalba, es hora que este trabajando mas tiempo aun entre Nosotros y ya es momento de pensar en giras internacionales, dado el excepcional momento que vive el conjunto. Al que le quepe el sayo……

  Aún cuando en palabras del Director la inclusión de “Tangazo” de Piazzolla en la primer parte del programa,  junto al Concierto para violín y Orquesta de Carlos Chavez, obedecía a completar una visión musical descriptiva del “Sufrimiento” (Por la Ciudad en Piazzolla, por Frida Kahlo y un sentimiento no correspondido, en el caso del Compositor Mexicano), cuesta igualmente entender la inclusión de la primera. Mas cuando debe ser la partiura del Argentino que mas merodeó los atriles del Colón desde 1984. Casi la recuerdo como una bandera musical para la recién recuperada democracia, que en ese año cuando “Pacho” O’Donnell tomo la inolvidable decisión de sacar a la calle a tocar a las Orquestas del Colón y Ariel Ramírez hacía lo mismo con las del lamentablemente desaparecido “Centro de Divulgación Musical”, “Tangazo” era interpretada hasta el cansancio  y hasta el común del publico exigía una nueva interpretación de la misma a modo de bis. Creo que se podían haber incluido mejores obras, algunas de compositores argentinos olvidados y otros injustamente ignorados, que merecerían mayor suerte,  y podían describir lo que Diemecke buscaba. Y justamente, la muy buena interpretación “desnudó” la precariedad de la composición, que no pasa de relleno para programas fuera de abono, ni siquiera de bis de concierto regular.

  En Chavez, Pablo Diemecke, hermano del Director, demostró el porque esa familia es considerada una verdadera “Dinastía Musical”. Formados por Emilio,  su Padre , con intervenciones como Concertino en muchas de las agrupaciones en las que su hermano fue Director Titular. Solista en escenarios de relevancia como el “Carnegie Hall” y radicado en Canadá, Pablo Diemecke es dueño de un sonido robusto, afinación inmaculada (que diferencia con la Widmann 48 hs. antes), y una capacidad interpretativa superlativa. Cualidades éstas,  que permitieron su lucimiento en una obra tan intrincada como la de Chávez que tiene pasajes de marcada intimidad, tanto como de inusitada bravura. Enrique Arturo, mientras tanto, entregaba un acompañamiento fuera de serie, obteniendo otra vez, al igual que dos semanas antes con Ray Chen,  un trabajo de equipo formidable. Al ser una obra que no muestra “pirotecnia virtuosistica”, el público reaccionó con un aplauso tibio e insignificante, injusto para una faena de semejante calibre,  y privó al solista injustamente del bis que por lejos merecía.

 
 Para el cierre, el Director se reservó una de las obras mas brillantes de Silvestre Revueltas, un compositor mexicano que vivió entre 1899 y 1940, que la realizó para  musicalizar un filme que lleva el nombre de este trabajo: “La Noche de los Mayas”, la historia de la tribu a la que llega un hombre blanco, se enamora de una indígena del grupo, compite por Ella en una justa en la que vence, pero no consuma su propósito ya que la joven se inmola para evitar caer en manos de un blanco. Cuatro números forman parte del trabajo y Diemecke la entregó con un cuidado absoluto, con matices, rotundo trabajo del sector de percusión, bronces ajustadísimos, vientos de excepción, con destaque de Claudio Baríle en Flauta,  y cuerda de mucha calidad, convirtiendo a la versión en una labor de resultado optimo, al que se llega después de tres escalones previos: Octava de Bruckner el primero, “Los Planetas” el segundo, “Una Sinfonía Alpina” el tercero y Esta “Noche de los mayas”, con la que se completaron las cuatro entregas consecutivas para una seguidilla de logros, premio incluido, que recordaremos en muchísimo tiempo.

Donato Decina

Comunicado de Prensa:
Con profundo pesar los artistas del Teatro Colón nos sentimos hoy obligados a comunicar y hacer público el maltrato y abandono que padecemos por parte de quienes deberían brindarnos las condiciones mínimas indispensables para desarrollar nuestra labor profesional.
Pese a contar actualmente el Teatro con el presupuesto más alto de su historia, vemos con preocupación, como año a año se reduce la programación de sus cuerpos artísticos, alcanzando hoy la producción propia uno de los niveles más bajos que se haya visto desde su creación.
El nivel de malestar de sus artistas es, por el contrario, altísimo: el Teatro Colón nos está ofreciendo hoy las peores condiciones de trabajo de la región. En ellas debe incluirse el desgastante maltrato institucional (y ocasionalmente hasta el maltrato personal)
Es nuestro deber advertir que se están creando las condiciones para la repetición de conflictos que aun no se han resuelto:
-En 2011 el G.C.B.A hizo pública la creación de una Comisión de Carrera con el fin de comenzar a resolver la problemática laboral del Teatro, pero pese a haberse trabajado intensamente durante casi 2 años, no se implementó carrera alguna. Sólo se arribó a algunas mejoras paliativas y coyunturales.
- En los últimos 22 meses (casi dos años) el salario artístico tipo ha sufrido una pérdida en el poder adquisitivo del 23%.
Por la índole de alguna de aquellas fugaces mejoras, la merma de producción programada afecta adicionalmente el salario de los artistas, también así la creciente presión impositiva del Estado Nacional.
Hace años que, por respeto al público, los artistas soportamos maltratos e ineficiencia de gestión y la incapacidad de resolución de cada reclamo que hemos presentado tendiente a recuperar nuestros niveles de producción históricos.
Debemos reafirmar que no existe correlación entre la exigencia planteada institucionalmente y la retribución percibida. Tampoco entre nuestra jerarquía profesional y el trato autoritario y provocador que se nos dispensa. (actitudes prepotentes y ofensivas, sanciones, sumarios y cesantías de colegas)
Antiguos problemas tampoco han mejorado: al no poder gozar de una jubilación digna, los artistas mayores deben recurrir a abogados para aferrarse a sus trabajos mediante recursos de amparo y medidas cautelares, en lugar de estar descansando después de tantos años de duro trabajo. A los que no obstante ello optaron por un retiro voluntario confiando en una evolución salarial previsible, también se los está castigando, por lo antes expuesto.
En numerosas oportunidades hemos presentado propuestas y ofrecido colaborar en la búsqueda de las soluciones que nos permitan trabajar y concentrarnos en nuestra actividad. Sólo hemos recibido silencio y desinterés, que hoy ya son leídos por los artistas de la casa como llanas provocaciones.
Desde hace 11 meses venimos alertando reiteradamente y por escrito sobre la tensión y angustia imperantes, pero no vemos modificación alguna en las actitudes de quienes deberían ser los principales interesados en que su personal no se sienta maltratado.
Definitivamente, en este clima de malestar no se puede producir plenamente ni arte ni belleza.
Por esto hoy los artistas del Teatro Colón le decimos ¡BASTA AL MALTRATO!.
Queremos un teatro de calidad, abierto a la sociedad y con mayor producción propia, sueldos dignos y trato respetuoso e indiscriminado a sus artistas que han ganado sus cargos a través de competitivos concursos internacionales de antecedentes y oposición.
Cuerpos Artísticos del Teatro Colón
Septiembre 2014

viernes, 5 de septiembre de 2014

VERTIDOS CON SENTIMIENTO Y PARA NADA FLEMATICOS


Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Director: Enrique Arturo Diemecke. Solistas: Ray Chen (Violín), Coro de Niños del Teatro Colón, Director: César Bustamante. Programa: Benjamín Britten: Concierto para Violín y Orquesta Op. 15. Gustav Holst: “Los Planetas”, Op. 32. Teatro Colón 21/08/14.

  Una vez mas,  armado con mucha inteligencia y a la medida del Director. Enrique Arturo Diemecke, estructuró este programa de acuerdo a su gusto musical con obras inglesas que no responden a la tradicional veta “flemática”, sino todo lo contrario, expresan una veta “post-romántica”, que el Director expuso con mucho sentimiento, personalidad, ajuste orquestal impecable y el concurso para la primera obra de un joven y excepcional solista como lo es Ray Chen, un joven de 25 años , oriundo de Taiwan, con formación adquirida en su país y perfeccionamientos en Australia y Estados Unidos, dueño de una técnica formidable, con afinación, robusto sonido y musicalidad impecable.  Su intervención fue intensa, con decisivo vuelo en los pasajes mas dramáticos. Britten, no dió concesión alguna en Esta obra y Chen y Diemecke, respondieron a la exigencia con un  trabajo de equipo formidable, al que por supuesto la Filarmónica contribuyó con sólida labor.

  Ya en la segunda parte, Diemecke y los Filarmónicos acometieron con esa obra impresionante que es “Los Planetas” de Gustav Holst. Nunca este cronista ha escuchado en vivo una versión con tal intensidad, profundidad y brillo. Así transcurrieron la fuerza arrolladora de Marte, la tranquilidad y transparencia de Venus, la vertiginosa carrera en Mercurio, la emocionante entrega de Orquesta y, en particular,  el Director en Júpiter (al punto que este último termino con su rostro cubierto de lágrimas), la pesante carga en Saturno, la fantasía pura en Urano y el misticismo de Neptuno. Con respecto a este último fragmento, se anunció la intervención en el orgánico orquestal de César Bustamante, también Director del Coro de Niños del Colón, interviniente en la Obra, desde el Organo. Evidentemente algún percance ocurrió, ya que en el medio del comienzo en “pianísimo” de Neptuno, se oyó un acorde “accidental” del instrumento, que “ensució” la audición, justo además, cuando el Coro estaba por comenzar su participación en la obra. Evidentemente este tema, es el verdadero talón de Aquiles en los conciertos de Diemecke. Sabido es que el Coro Estable exige un plus económico  ya que para ensayar con Filarmónica lo hacen en horarios diferentes a los de sus ensayos de Opera, por lo cuál los Directivos del Colón se niegan a ello. El no hacerlo, hace que los abonados de Filarmónica tuvieran que tolerar la intervención del desajustado “Coral Femenino de San Justo” en el programa “Debussy” de 2012 o este año mismo, cuando para “Un Requiem Alemán” se recurrió a la unión de dos de los coros capitaneados por Néstor Andrenacci como lo son el “Orfeón de Buenos Aires” y el “Grupo de Canto Coral”, los que sin perjuicio de su correcta actuación, no tienen la homogeneidad y el trabajo del Coro Estable ( a propósito,  se rumorea que harán esta obra el año próximo con Barenboim en el festival del año que viene como ¿parte del abono de Opera?) . Y aquí ocurrió lo mismo. Holst convoca a Coro Femenino y coro de Niños para Neptuno. El Colón programó solo coro de Niños que, como se sabe, sus integrantes solo perciben un viatico como actuación, pero mas allá de lo correcto de la misma, cargando en sus mochilas la pesada misión de sonar como Coro de Mujeres Adultas y de Niños a la vez, no pasó de un sonido apenas audible. Una verdadera pena, porque lo único que se logró fue que la obra, y Esta versión, no tuvieran el remate que a todas luces merecía la interpretación perfecta que se perfilaba. Es hora que se redistribuyan los recursos, a veces mal gastados, para que las cosas salgan como se debe. Y en este caso, Diemecke y la Filarmónica lo merecían con creces.


Donato Decina

UNA PROPUESTA INNOVADORA QUE EL PUBLICO SOLO COMPRENDIO SOBRE EL FINAL DEL CONCIERTO



“Colón Contemporáneo”: Actuación del “Keller Quartet” (Hungría). En programa: Obras de Johann Sebastian Bach y György Kurtag. Teatro Colón: 19/08/14.

Una vez mas el “Colón Contemporáneo” que ofrece una propuesta audaz y renovadora. La presencia del húngaro “Keller Quartet”, capitaneado por András Keller desde el primer violín y conformado por otros tres interpretes de indudable jerarquía, para ofrecernos una propuesta que sintetiza, pasado, presente y vigencia en la fórmula musical. Unir obras de Johann Sebastian Bach, tomando de El los Contrapuntos I, II,III,IV,VI,IX,XI y XVIII (inconcluso) y los Cánones XV,XIV y XI de esa monumental obra llamada “El Arte de la Fuga”, para intercalarlos con “Six Moments Musicaux”, “Secreta”, “Aus der Ferne V”, “Officium Breve” y “Ligatura” (esta última para dos violines que obró como cierre de la velada) de György Kurtag, acaso el compositor de mayor vigencia hoy en Hungría, trabajos estos que muestran su creación desde 1989 a 2011, alguno de ellos obra dedicada a la agrupación visitante,  de la que también formó parte como instrumentista, buscando resaltar la vigencia de Bach y su consecuencia en la obra de Este último. Debo resaltar que en ambos estilos la contundencia interpretativa del grupo fue abrumadora. Pocas veces se ha escuchado un barroco camaristico tan nítido y transparente, con cuerdas de sonido maravillosamente fresco. Y tan contundente también han sido las obras de Kurtag, las que van de la calma mas reflexiva a la violencia mas salvaje, sin que ello afecte la comprensión de las mismas. La idea era que las obras fueran un solo bloque en cada una de las dos partes en que la sesión fue dividida. El público asistente no logró captar la propuesta durante gran parte de la noche,  ya que en la primera mitad y el “Officium Breve” con que se inició la segunda, aplaudió entre obra y obra, sin percatarse que el cuarteto seguía sentado y no respondía a los aplausos, porque pretendía interpretar todo “de un tirón”. Para colmo de males, un griterío proveniente del sector de “rotonda de danza” del Teatro, que motivo que el propio García Caffi abandonara su palco para imponer disciplina, afectó la audición de los “Six Moments Musicaux”, aunque sin perjuicio de ello en mi caso, pude rescatar la grandeza de la propuesta de Kurtag. Solo con el inconcluso Contrapunto XVIII de Bach, se pudo dar paso a “Ligatura” para dos violines del Húngaro, para finalmente comprender todos,  el sentido que los visitantes habían querido darle a la noche. Y esto no fue problema de comunicación en el programa como muchas veces reclamamos en Este ciclo. Acá casi nadie leyó  previamente la pretensión que esta Propuesta encerraba.


Donato Decina

DI DONATO, VOZ, SOLTURA Y “DIPLOMACIA”



Mozarteum Argentino: Actuación de Joyce Di Donato (Mezzosoprano), acompañada por David Zobel (Piano). En programa: Obras de Haydn, Hasse, Häendel. Bellini, Rossini y Santoliquido. Teatro Colón: 20/08/14.
  Y Joyce Di Donato regresó al escenario del Colón, una vez mas por convocatoria del Mozarteum. Si en la anterior oportunidad su presencia sembró mas dudas que certezas, aquí las segundas quedaron absolutamente desvirtuadas con su nueva actuación. La elección del repertorio, sin dudas, fue mucho mas acertada que en aquella ocasión, aunque por un instante pareció que la historia volvería a repetirse, con un arranque en la cantata “Ariadna en Naxos” de Haydn en la que no se la notó plenamente convincente.  Rápidamente quedó desterrada la idea, cuando anunció de viva voz que la seguidilla siguiente de obras conformaba un segmento que Ella misma tituló “Drama Queens”, con Arias y fragmentos de “Marc Antonio e Cleopatra” de Hasse y nuestras mas conocidas “Giulio Cesare” y “Ariodante” de Händel, en la que hizo gala de buen gusto, fraseo, entonación, afinación, estilo y actuación, convenciendo en cada fragmento de punta a punta,  en lo que terminó resultando el momento mas pleno de la noche. La segunda parte del recital nos mostró a una interprete  proponiendo al auditorio un “precalentamiento” con “Dopo l’oscuro nembo” de la prácticamente desconocida entre nosotros “Adelson e Salvini” de Vincenzo Bellini, que Di Donato ofreció con solvencia, para luego acometer con simpatía y frescura dos de las mas reconocidas canciones con el genio de Rossini “Beltá Crudele” y “La Danza”, en donde esta última interpretación logró hacer estallar en aplausos rotundos a la concurrencia. Significativa fue la inclusión del muy poco frecuentado Francesco Santoliquido,  compositor italiano que viviera entre 1883 y 1971, con un ciclo de canciones de su autoría “I canti della será” de 1908, en la que Di Donato fue ideal interprete, dejando traslucir todos los estados de ánimo que cada canción trasunta. Así, melancolía, amor, tristezas y alegrías fueron expuestas de manera rotunda. El cierre, para terminar de meterse al público en el bolsillo, no sin antes efectuar algunas de sus clásicas y diplomáticas “Zalamerías” con respecto a Buenos Aires, su cultura y su público “Colonero”, y el actuar dentro de este ciclo tras la intervención de Daniel Barenboim y quedarse un día mas entre Ntros. para ver en teatro a Mischa Barishnikov y Willem Defoe, corrió por cuenta de “Naqui all’afano” y el rondó final de “La Cerenentola”, caballito de batalla de su repertorio, que cerró una inmejorable impresión para esta actuación. Párrafo aparte, la solvencia en todo el recital de David Zobel con un acompañamiento inmejorable desde el piano, dejando mejor impresión respecto de la muy  “lavada” que nos dejara en el recital del 2012. Hubo bises,  como el final de “Zelmira” y “Duerme Negrito Duerme”, que sellaron el definitivo romance con el público.

                                                                           Donato Decina

sábado, 30 de agosto de 2014

UN ESPECTACULO CONTUNDENTE Y SIN FISURAS




Buenos Aires Lírica: “Don Giovanni”: Dramma Giocoso en dos actos música de Wolfang Amadeus Mozart y Libro de Lorenzo Da Ponte Puesta en Escena: Marcelo Lombardero, Dispositivos escénicos y Escenografía Virtual: Diego Siliano, Vestuario: Luciana Gutman, Iluminación: Horacio Efrón. Intérpretes: Nahuel Di Pierro (Don Giovanni), Iván García (Leoporello), Oriana Favaro (Doña Anna), María Victoria Gaeta (Doña Elvira), Cecilia Pastawski (Zerlina), Santiago Bürgi (Don Ottavio), Mariano Fernández Bustinza (Masetto), Hernán Iturralde (El Comendador). Director de Orquesta: Pedro Pablo Prudencio. Director del Coro: Juan Casasbellas. Coreografías: Ignacio González Cano. Teatro Avenida, 22/08/14.

  Este espectáculo pasará, sín dudas, por mucho tiempo en el recuerdo y quedará la marca, por mucho tiempo también, de ser la mayor realización de Buenos Aires Lírica en lo que va de su trayectoria. El fruto de todo esto es el ingenio inagotable de Marcelo Lombardero, cuyo reconocido talento es capaz de transpolar la historia de “Don Giovanni” a Ntros. días, haciéndola creíble y convincente, sin que ello signifique sacrificar un ápice el fondo de la historia de Da Ponte y, mucho menos, la música de Mozart, la que luego de esta puesta se nos revela mas vigente que nunca. Un sólido equipo acompañó esta aventura, comenzando por el sorprendente diseño multimedia de Diego Siliano, perfecto desde todo punto de vista, la magnífica realización de vestuario de Luciana Gutman, con un juego de matices y colores soberbio,  y la impecable iluminación de Horacio Efrón. La idea se basa en la alegoría del poder. Un hombre de hoy (Don Giovanni), con pinta, dinero, posición, con los libertinajes de hoy: mujeres, sexo, droga, poder. ¿Nos vamos asombrar por ello?. Yo creo que no. Rotunda es por ejemplo,  la muestra que ofrece un edificio ubicado a exactas ocho cuadras de la sala. La triste discoteca puesta al desnudo por la denuncia de una joven, que no hace mas que hacer realidad todo lo que Marcelo Lombardero cuenta en su concepción de la historia. Asumámoslo. La versión al día de hoy, pasa por estos carriles. Que nada nos sorprenda y que nadie se haga el distraído. Las innovaciones en las puestas no irritan cuando son hechas con semejante inteligencia. Cosas peores vemos, por ejemplo, en algunos de los trabajos “de primer mundo” (parafraseando al insigne Galaico Germán Bao Babio), que Sábado a Sábado proyectamos en Ntro ciclo de videos de “Luz y Fuerza”. Esto, ni por asomo, pasa por allí. Para redondear un trabajo de semejante magnitud, se convocó a un grupo de cantantes que cuentan con el perfil pedido por el “Regisseur”. Que cuentan con voz adecuada, capacidad actoral y figura para cada rol. Que tienen la sabiduría para gesticular cada punto y cada coma del texto, dando la imagen justa a cada momento. A tanto llegó la compenetración que Lombardero les exigió a cada uno. Y también, la gratísima sorpresa de una magnífica Dirección de Orquesta de Pedro Pablo Prudencio, para una conjunto que sonó ágil, con “tempi” exacto y un pulso que jamás decayó con el correr de la función. Nahuel Di Pierro, fue “El” protagonista. Con una voz estupenda, presencia, desenfado y actuación arrolladora. Iván García, bajo venezolano, fue el contrapeso ideal,  por figura, actuación y línea de canto, como un magnífico “Leoporello”. Oriana Favaro dio vida a su “Doña Anna” con voz fresca, soberbia actuación  y muy buen decir. Actoralmente, hace creíble su “Mentira” y sabe atesorar su “secreto”, es decir, su real pasión por el protagonista. María Victoria Gaeta, compuso magníficamente a “Doña Elvira”, siempre enamorada fiel de “Don Giovanni”, ratificando el excelente momento que atraviesa en su carrera. Cecilia Pastawski dio vida a una Zerlina  muy pizpireta, que coquetea permanentemente con su frescura y su atractivo físico, logrando someter a Masetto y queriendo siempre explorar a que territorio quiere llevarla Don Giovanni. Tiene voz fresca y actuación convincente, recordándonos que mantiene los valores que nos llevaron a destacarla en la recordada “Otra Vuelta de Tuerca” de Britten de Juventus Lyrica. Santiago Bürgi, fue una de las grandes revelaciones de la noche, con un “Don Ottavio” permanente protector de su prometida, que quiere llegar a toda costa al fondo del asunto, creyendo a pies juntillas el relato de su amada. Su “Dalla sua pace” fue estupendo y una de las grandes ovaciones de la noche. Mariano Fernández Bustinza compuso a un creíble y torturado “Masetto”, nada ingenuo, que sabe que para mantener a su mujer le debe seguir el tren en la fábula. Voz correcta y noble. Hernán Iturralde fue “El Comendador”. El interprete perfecto, por voz, prestancia escénica, línea de canto y muy buen decir. Perfecta fue la actuación del coro, una vez mas magníficamente preparado por Juan Casasbellas y muy bien resueltas las coreografías de Ignacio González Cano, con todo el juego de seducción, excitación y placer, que plantea la concepción escénica del espectáculo. Que como se vé es un espectáculo “íntegro” de punta a punta, con sólido trabajo en equipo, dando vida a un “Don Giovanni” al que se lo recordará, sin dudas, por mucho tiempo.


Donato Decina

lunes, 18 de agosto de 2014

BUENA RESPUESTA PARA UN PROGRAMA MUY DIFICIL






Orquesta Sinfónica Nacional, Director: Darío Domínguez Xodo. Solista: Xavier Inchausti (Violín). Programa: Bela Bartok: Concierto para Violín y Orquesta Nº 2. Paul Hindemith: Sinfonía “Matías el Pintor”. Auditorio de Belgrano, 15/08/14.

En una semana con mucha actividad (Colón con Festival Barenboim y Filarmónica, Coliseo con “Nuova Harmonía” presentando a la “Capella Istropolitana” de Bratislava), le cupo a la Sinfónica Nacional cerrar la programación fuerte de la misma.  Al llegar nos encontramos con el nuevo personal de sala del Auditorio de Belgrano tratando a algunos espectadores como si fueran neófitos para entrar a la sala, solo que algunos, como Yo, vamos nada mas que hace 32 años. En fin, escuchar “apague su celular, lo vamos a ubicar, no se puede grabar ni filmar” (sic)……, pero lo que no avisaron, ni Prensa de la Nacional tampoco, es que “Last Round” de Osvaldo Golijov había sido suprimida del programa sín mediar explicación alguna. Otra vez la obra nacional se suprime, saquen conclusiones y la gente del Ministerio de Cultura (que por fin esta vez se esmeró con programas de mano muy bien editados, diagramados y presentados), tomar nota de estas desprolijidades.


 La sesión se inició con un Xavier Inchausti inspiradísimo interpretando con la Orquesta el segundo de los conciertos para violín y orquesta de Bela Bartok, que acometió de memoria. Obra intrincadísima, con severas dificultades planteadas al solista, que el interprete las fue resolviendo con sencillez y modo admirable. Se nota ya el avance que Xavier está teniendo en su técnica, evidente fruto de su aprendizaje en Madrid con esa notable violinista y docente Argentina que es Ana Chumachenco. Inchausti ha adquirido un sonido corpóreo y caudaloso, que traspasa a la Orquesta misma, escuchándoselo de manera impecable hasta en las últimas filas de la sala. La Orquesta fue conducida con acierto por Darío Domínguez Xodo, actual titular de la muy joven y pujante Sinfónica de Florencio Varela y a quien recordamos muy especialmente como Asistente de Dirección de la Estable del Argentino de La Plata. Su trabajo fue creciendo con el correr de la sesión, alcanzando cumbre en el final de la Sinfonía “Matías el Pintor” de Paul Hindemith, con una exposición del “tutti” orquestal impecable. Esta página tiene muchos vericuetos no siempre debidamente explorados. Hubiese preferido un “tempi” mas lento, que hubiera permitido una mayor claridad de exposición a algunos sectores de la masa orquestal como los bronces, por ejemplo, que sonaron muy encimados. Tal vez la carencia de algún ensayo adicional hizo que las cosas corrieran por ahí, aunque en modo alguno desmereció la labor del joven Director.


Donato Decina
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