ROBERTO LUIS BLANCO
VILLALBA
(1951-2016)
DEFINITIVAMENTE
LEYENDA
Queridos Lectores: Superado ya el impacto que provocó la
partida de Roberto, la que no por ser posible sorprende de igual manera por el
fulminante desenlace, me impone ahora la tristeza de despedirlo desde Este
espacio por el creado y para el que fui convocado a colaborar y en el que en
los últimos tiempos escribí mis crónicas cubriendo el espacio escrito de
cobertura de espectáculos, ya que no era su animo el mejor como para sentarse a
una PC y comentar desde allí El también.
No voy a hacer semblanza biográfica. Roberto
las haría de los demás, pero no la propia. Vayamos entonces al que era favorito
de todos Uds. Campechano, frontal, sin
anestesia. Mi segunda pareja lo definió como un “sincericida” a bocajarro
frente a frente y El, divertido, aceptó de muy buena gana la definición.
Mordaz, ácido, sin concesiones, dueño de una descomunal discoteca con la cuál
de no haber mediado sus dramáticos problemas de salud, alcanzaban para hacer
por lo menos treinta años mas el “Opera
Club”, su hijo natural, su criatura, pese a su soltería por decisión (el otro
hijo, adoptivo este, era “Liebchen”, su
caniche, adoptado definitivamente ahora por su hermano Carlos y el resto de su
Familia). Generosidad múltiple, amigo de sus amigos. Nunca hizo uso de su
espacio y de su cargo de programador de Radio Amadeus para difundir la música
que El componía y que solo Nosotros, sus colaboradores junto a sus
incondicionales amigos difundimos, acaso por primera vez al aire en su programa
homenaje, para, al menos en mi caso, dejarme deslumbrado y pensar como era
posible que no se conociera y que ni siquiera hubiera existido una tratativa
para interpretarla en Ntro. Medio. Pasiones,
muchas: Callas, Georghiu, Alagna, Gedda, Schock, Maazel, Hampson Domingo
(incluso cantando roles de Barítono), Solti, Toscanini y siguen las firmas.
Desde los dieciocho años ejercía la crítica. Ahora sin El el vacío es muy
profundo. Profesional hasta la medula, apasionado, necesitaba estar en todos
los detalles y reservarse para si mismo la última palabra. Sabemos que los
Sábados a la noche no serán lo mismo sin su voz y humildemente digo que lo que
Roberto Falcone y Yo pretendemos en esta serie de programas que a invitación
del Dr. Adolfo Critto, titular de la licencia de Radio Amadeus, hacemos a modo
de homenaje, es seguir manteniendo la esencia que Roberto le impuso al programa. Sus hermanos
nos han permitido utilizar el título con esta condición. Lo merece y por
derecho propio, Roberto definitivamente es leyenda.
Donato Decina
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