jueves, 27 de octubre de 2016

DESDE EL IMPRESIONISMO A LA ACTUALIDAD

Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Director: Enrique Arturo Diemecke. Solistas: Marcela Roggeri-Jean-Phillippe Collard (Duo de Pianos). Anssi Karttunen (Violonchelo). Programa: Francis Poulenc: “Concierto para Dos Pianos y Orquesta” en Re menor. Pascal Dusapin: Concierto para Violonchelo y Orquesta (“Celo”) (Primera audición Argentina). Maurice Ravel: “La Valse” (Poema Coreográfico para Orquesta).  Teatro Colón, 20 de Octubre de 2016.

  Continuando en el nivel superlativo que enmarcó la presentación de la semana anterior, la Filarmónica descolló en el escenario del Colón abordando un programa íntegramente francés de comienzo y final del siglo veinte. Dos compositores de excepción y una figura del panorama actual para regordeárnos en la audición.

  La noche se inició con una fantástica versión del Concierto para dos pianos y orquesta de Francis Poulenc. He tenido la suerte de escucharla en diversas versiones (Sainz-Bergaglio; Lechner-Tiempo; Dabul-Massone; Argerich-Hubert), ninguna alcanzó la intensidad y el color que tuvo esta. Con una Marcela Roggeri de toque de plena frescura y un Jean-Phillippe Collard como sostén del discurso, cumplimentándose ambos para una faena excelente. La Orquesta también tuvo su lucimiento, con un Diemecke que continuó en la misma dirección que nos había mostrado la semana anterior en “Cuadros de una Exposición”, riqueza de matices, canto orquestal, sutilezas y dialogo permanente con los solistas.  Los sostenidos aplausos tuvieron recompensa con otro dúo de Poulenc que motivó aún mas a la concurrencia.

  Una de las visitas importantes de este año es la de Anssi Kartunen, violonchelista finés especialista en siglo veinte, también Director de Orquesta (uno de sus mas recientes trabajos en materia de Dirección fue “Kraft”, la monumental obra de Lindberg que conociéramos también este año en el Colón). Ha estado ofreciendo trabajos de Pascal Dusapin en el C.E.T.C. y, ahora, en este abono en la sala grande, tuvimos el privilegio de escucharlo en el Concierto para Violonchelo y Orquesta del mismo compositor (El que lleva el mote de “Celo”). Obra intensa, parte de una exploración a partir de un timbre sonoro  hacia la búsqueda de un sonido definitivo. La Orquesta concurre casi como en apoyo al solista y allí se desarrolla esta interesante idea. Excelente entendimiento Solista-Director-Conjunto, Técnica magnífica del solista y detalles muy interesantes a lo largo de toda la obra. Una pequeña obra dedicada a un asistente al concierto fue el bis ofrecido.

  La “cereza del postre” fue la inmensa versión de “La Valse”, muy rica en matices y detalles y plena de colorido orquestal. Estupendamente ajustada y llena de vida, para redondear un trabajo de exquisita factura.


Donato Decina

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