viernes, 22 de julio de 2016



MUSICA ARGENTINA ESTUPENDAMENTE PROGRAMADA

Orquesta Nacional de Música Argentina “Juan de Dios Filiberto”, Director: Luís Gorelik. Solista: Marcela Méndez (Arpa). Programa: Juan Carlos Zorzi (1935-1999): “Adagio Elegíaco” (In Memoriam Gilardo Gilardi-1963). Alberto Ginastera (1916-1983): “Glosas sobre un tema de Pau Casals” (versión 1977 para Orquesta Ampliada). Concierto para Arpa y Orquesta, Op. 25. CCk, Sala Argentina, 13 de julio de 2016.

   Un interesante programa presentó Esta agrupación consagrada al repertorio Nacional, sea Este Clásico o Popular. Hablar de dos compositores muy representativos, consagrados ambos a bucear en Ntras. Raíces y Ntra. Identidad, y además, Maestro (Ginastera) y Alumno (Zorzi), los que fueron reseñados de manera muy interesante por el Director, ya que faltaron programas de mano, y por ello Luís Gorelik, voz en cuello (no funcionó el micrófono), comentó cada obra seleccionada y las etapas que los creadores elegidos atravesaban al momento de componerlas.

  Para el tipo de actividad que la agrupación realizó hasta hace unos meses atrás, el hecho que Gorelik haya sido seleccionado como Director Titular de la misma es un inmenso privilegio para quienes la integran. También distinguir, entre otros, a Rafael Gíntoli como concertino y a Mario Fiocca en Viola, significa una jerarquización mayor del organismo. Bienvenidos sean todos estos avances.

  Y esto se refrendo en las interpretaciones, las que mantuvieron un nivel de excelencia que mucho se agradece. El Concierto, llevado a cabo en la muy cálida sala Argentina del CCK, se inició con la Obra de Zorzi, dedicada a Gilardo Gilardi (su principal formador), compuesta (como Gorelik señaló) casi de un tirón sobre dos temas principales de la “Sinfonía Cíclica” de Gilardi, que el Compositor y Director se hallaba preparando para su estreno absoluto. Escrita para Orquesta de Cuerdas, fue objeto de una versión muy emotiva.

  Luego vino el turno de las “Glosas obre un Tema de Pau Casals”. Aquí el Director explicó que se trataba del estreno de la revisión hecha por Ginastera sobre el original para Orquesta de Cuerdas, dotándola de una mayor orquestación, con lo que se favorecieron muchos efectos tímbricos. El original fue compuesto en 1974, para recordar el primer aniversario del fallecimiento de Casals, y estrenado en San Juan de Puerto Rico, sede de los festivales que llevan el nombre del gran músico Catalán. Esta revisión fue realizada a  pedido de la Orquesta Sinfónica Nacional de Washington y su entonces titular Mtislav Rostropovich, con lo que aquí se entrelazaron unas cuantas coincidencias, ya que Aurora Nátola (segunda Esposa de Ginastera) era alumna de Casals y cultivaban una gran amistad, intensificada a partir de unirse Esta a Ntro. Compositor. Rostropovich, obviamente dada su condición de Violoncellista, también estuvo fuertemente vinculado a Casals. Washington, ciudad en la que se produjeron encargos a Ginastera como “Beatrix Cenci”, una vez mas le pedía un trabajo y, uniendo todo esto, Ginastera le ofreció al gran interprete Ruso, esta reelaboración para cumplir con el pedido. La obra, basada en temas catalanes, tiene como punto de partida el recuerdo de la imagen de Casals viendo los atardeceres en las Playas Portorriqueñas con la vista fija en el mar. De allí todas las llamadas musicales, sonidos que simulan el canto de los pájaros, recuerdos entre sueños al dormitar por instantes, un nocturno que es muy introspectivo, y un vértigo final que lleva a una feliz explosión musical. Todo ello fue expuesto admirablemente por la Orquesta que se lució en la interpretación, la que no tuvo fisura alguna y que fue estupendamente recibida por la concurrencia.

  El final vino de la mano del Concierto para Arpa y Orquesta, op. 25, compuesto para el gran Nicanor Zabaleta. Obra que continua con la etapa nacionalista de la producción de Ginastera, aparece íntimamente ligada a su Op. 23, las inmensas “Variaciones Concertantes” para Orquesta. La ocasión permitió conocer a Marcela Méndez, una arpista de la que no tenía Yo antecedente alguno,  y que me sorprendió gratamente pues se reveló dominadora del instrumento, dueña de un refinadísimo sonido, musicalidad absoluta y una exquisita técnica. Gorelik redondeó una extraordinaria faena, con un acompañamiento en el que en ningún momento sobrepasó al sonido de la arpista, la que hizo lo suyo sin amplificación alguna,  y un conjunto con muy buena respuesta, con momentos de brillo y lucimiento.

  Todo esto no hace mas que decir que valió muchísimo la pena concurrir al CCK. Preparados de esta forma,  con un muy buen conjunto orquestal y muy buena guía, se impone decir que recomiendo abiertamente concurrir a sus conciertos. Descubrirán a intérpretes de muchísimo valor.


Donato Decina

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