martes, 19 de julio de 2016

DIE SOLDATEN


AL FIN LEVANTO LA PUNTERIA

TL FIN LEVANTO LA PUNTERIA
eatro Colón: “Die Soldaten”, en dos actos. Libreto y Música de Bernd Alois Zimmermann, basado en la obra homónima de Jakob Lenz. Elenco: Marie: Susanne Elmark. Charlotte: Julia Riley. Condesa de La Roche: Noemí Nadelmann. Desportes: Tom Randle. Stolzius: Leigh Melrose. Wesener: Frode Olsen. El Joven Conde de la Noche: Santiago Ballerini. Eisenhardt: Gustavo Gibert. Madre de Stolzius: Eugenia Fuente. Anciana Madre de Wesener: Virginia Correa Dupuy. Capitán Pirzel: Nazareth Aufe. Capitán Mary: Alejandro “Meerapfel. Capitán Haudy: Luciano Garay. Tres Jóvenes Oficiales: Carlos Ullán, Santiago Burgi, Iván Maier. Coronel Obrist, Conde de Spanheim: Christián de Marco. Sirviente de la Condesa de la Noche: Alejandro Spies. Joven Alférez: Mariano Crosio. Oficial Ebrio: Leandro Sosa. Tres Capitanes: Gabriel Vacas, Román Modszelevsky, Edgardo Zecca, y demás roles co-primarios a cargo de bailarines y percusionistas. Orquesta Estable del Teatro Colón, Director de Orquesta: Baldur Brönnimann. Diseño de Escenografía e Iluminación: Enrique Bordolini. Diseño de Vestuario: Sofía Di Nunzio. Coreografía: Carlos Trunsky. Diseño y Realización de Video: Marco Furnari, Espacialización de la Banda Sonora: Mauro Zannoti. Dirección Escénica: Pablo Maritano. Teatro Colón, 15 de Julio de 2016.

  Mas allá de algún aspecto que puede ser perfectible, el balance general que deja este estreno anunciado como Iberoamericano de “Die Soldaten” de Bernd Alois Zimmermann, marcará para el plano doméstico en esta temporada hasta ahora escuálida, el que puede ser el comienzo de un ascenso, o algo así como levantar en algo la puntería en cuanto a calidad de realización, voces y prestación de la Orquesta Estable se refiere.  Obra de difíciles aristas, fundamentalmente en cuanto lo musical, lo que también llevará a la interconexión con lo escénico,  llega a Ntros. (y a Iberoamérica) con cincuenta y un años de atraso, y si nos llevamos también por la experiencias con estrenos mas recientes de obras con complejidades casi similares como “Kraft” de Magnus Lindberg ( a treinta y tres años de su estreno), que requieren de desplazamientos de músicos que se van desdoblando en la interpretación de diferentes instrumentos, la síntesis de ambas obras es que las dos responden a parámetros ya superados, con orquestaciones ahora menos ampulosas y, sobre todo, mucho poder de síntesis al momento de narrar la historia (independientemente del lenguaje musical que se utilice). El valor que este estreno tiene, entonces, es el de mostrarnos como se componía en una época, en la que los compositores, y Zimmermann en particular, necesitaban de una inmensa masa orquestal para poder  expresarse.  Si bien el total de música de “Die Soldaten” se expresa en alrededor de una hora y cuarenta y cinco minutos, los medios empleados son los de una orquesta frondosa, la que llevará por momentos a una fuerza sonora inmensa (al menos lo escuchado en la función que comento), para graficar una historia en la que una muchacha siguiendo el mandato paterno, deja a su novio para vincularse con un oficial militar (lo que supuestamente la llevará a una vida mas acomodada), pero con el transcurrir de la obra irá manteniendo vínculos mas carnales no solo con ese oficial, sino que también lo hará con otros mas. El novio abandonado irá en pos de Ella, pero mas allá de alistarse el también como militar,  y de servir a los oficiales que cortejaron a la protagonista, llegará a la desesperación a tal punto de auto eliminarse y, en lo que a la protagonista se refiere, escapará de ese laberinto en el que se metió, para degradarse de forma tal que culminará mendigando desesperadamente,  en un estado tal en el que no reconocerá a su propio padre al pedirle limosna en la calle, y Este de igual forma tampoco se percatará que es  su  hija, de la que algo quisiera saber , la que le está pidiendo.  Toda esta trama ocurre bajo  trasfondo de una guerra, y por supuesto, la ambientación en la Francia ocupada por el Nazismo funciona a la perfección. Pablo Maritano dispuso de dos paneles divididos en tres niveles de compartimentos en donde va transcurriendo toda la historia y la progresión de la vida de la protagonista, la conveniente iluminación de estos compartimentos nos ubicará en tiempo y espacio. El fuerte componente sexual que el libreto tiene, quedó expuesto de manera inteligente, insinuando mas que exhibiendo, luego de las puestas sobrecargadas de “Beatrix Cenci” y “Dido y Eneas” y mostrando de manera magistral algunas criaturas como la Abuela de la Protagonista, la Madre del frustrado novio o los diálogos entre hermanas que tiene la protagonista. La parte menos favorable es que para llevar a cabo esto en un escenario como el del Colón, los compartimentos superiores no fueron apreciados por los espectadores de las localidades superiores, que perdieron parte de la narración visual de la escena, llama la atención, que siendo Enrique Bordolini el realizador (formado en la casa), que ese detalle no se halla tenido en cuenta. En lo musical, Baldur Bronnimann, presentó un trabajo prolijo, con muchísima potencia en los “Forte”. Tuvo correcta conexión con las voces, pero no hubo lugar para mas cosas. Parte de los movimientos escénicos fueron expresados por Coreografías y una vez mas Carlos Trunsky mostró su valía. Movimientos precisos, expresividad y lucimiento.  Yendo ahora a lo vocal, Susanne Elmark fue una efectiva protagonista que salió airosa del desafío con una buena voz, bien timbrada y con una actuación sin desmayos. Julia Riley como Charlotte supo sacarle jugo al papel, mostrando a una hermana mayor que se desespera por la suerte que la protagonista  va corriendo.

Correctos Frode Olsen como el padre y Noemi Nadelmann como la Condesa de La Roche, pero en cambio Tom Randle como Desportes, Leigh Melrose como el sufrido y atribulado Stolzius, Alejandro Meerapfel como el Capitan Mary, Luciano Garay como el Capitan Haudy, Virginia Correa Dupuy, como la anciana madre de Wesener (o sea la abuela de la protagonista) y Alejandro Spies como el Sirviente de la Condesa de La Roche, se llevaron junto a la protagonista los laureles de meritorias actuaciones. Los demás roles estuvieron bien expuestos, a la altura de semejante desafío.

  Se ha tenido un estreno de mejor calidad  con respecto a algunos anteriores, aunque sín superar a “Requiem” de Oscar Strasnoy, que es lo mejor (Nacional y Contemporáneo) que se haya estrenado últimamente. Se salió de manera airosa. Esperamos mejores realizaciones a futuro.
                                    

Donato Decina

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