miércoles, 15 de junio de 2016

¿ Y “DIDO Y ENEAS” DE PURCELL DONDE QUEDO?

Teatro Colón, Temporada lírica 2016, “Dido y Eneas” Opera en un prólogo y tres actos de Henry Purcell con libreto de Nahum Tate,  basado en el Libro IV de la Enéida de Virgilio, en revisión de Attilio Cremonesi. Dirección escénica y coreografía: Sasha Waltz. Dirección Musical: Cristopher Moulds. Escenografía: Thomas Schenk - Sasha Waltz. Iluminación: Thilo Reuther. Vestuario: Christine Birkle. Orquesta Akademie für Alte Musik  Berlín. Coro Vocalconsort Berlín. Intérpretes: Dido: Aurore Ugolin (canto), Yael Schnell-Michal Mualem (Danza). Eneas: Reuben Willcox (Canto),  Virgis Puodziunas (Danza). Preparador de Eneas Luc Dunberry – Alfonso Pérez Torres (Danza). Belinda: Debora York (Canto), Sasa Queliz (Danza). Segunda Mujer: Celine Ricci (Canto) María Marta Colusi (Danza). Narrador: Peggy Grelat Dupont (Danza). Hechicera: Fabrice Mantegna (Canto), Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola-Gyung Moo Kim (Danza). Marinero (Primera Bruja): Sebastian Lipp (Canto), Takako Suzuki (Danza). Espíritu  Segunda Bruja): Michael Bennett (Canto), Jiri Bartovanec (Danza). Ascanio: Sophia Sandig (Danza). Teatro Colón, 10 de Junio de 2016.

  Decididamente no hubo “Dido y Eneas”. Lo que hubo es un espectáculo de danza basado en música de Henry Purcell, con epicentro en “Dido y Eneas”, creado por Sasha Waltz, con muchos números de Orquesta, interpretados por una correcta formación alemana, la Akademie für Alte Musik de Berlín, correctamente conducidos por Christopher Moulds y un buen coro, el Vocalconsort de Berlín que además de cantar y actuar, debe danzar, por momentos hacerlo en ropa interior y moverse en forma desordenada por exigencias de la puesta. Correctos bailarines que deben hacer “acquadance” en una pecera gigantesca ( a la que no le falta el climatizador) y que se va vaciando a medida que los bailarines la abandonan, se secan dejando al descubierto  sus cuerpos desnudos de espaldas al público. y  cantantes que  mientras actúan  son doblados por bailarines (que son los verdaderos interpretes del trabajo)  expuestos en situaciones como las que afrontan los protagonistas vocales, los que deben cargar por mitades con la totalidad del vestuario de coro y bailarines como “Ekekos” de Ntra. Puna. La insólita decisión de “travestir” los roles de la Hechicera y las Brujas a voces masculinas. Fragmentos Orquestales de otras obras del Compositor Inglés, que se intercalan con la Opera en sí (y no sé si a ésta se le efectuaron cortes), una clase de danza en el medio de la acción, declamada en Francés y sin subtitulado alguno. Momentos de danza contemporánea con improvisación sin música que provocan baches insalvables. Una monumental inversión que si se la hubiera presentado como parte de algún festival teatral o de danza, hubiere tenido su lugar adecuado, pero que decididamente está fuera de lugar en un abono de opera. Al menos para los tradicionales  abonados del Colón. A los otros, sean estos figurones o cholulos, les da lo mismo,  y solo de esta forma se entiende la ovación que provocaron, mientras que tímidamente desde otros sectores, el público de siempre hacía brotar murmullos de desaprobación. Haberla ofrecido fuera de abono como el “Macbeth” Sudafricano del año pasado, hubiera significado un acierto. No como espectáculo de abono. Y en lo vocal, las voces estuvieron a tono con la medianía del trabajo. No hay que agregar nada mas. Tal vez alguna vez volvamos a ver un “Dido y Eneas” con todas las dela ley.


Donato Decina

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