miércoles, 15 de junio de 2016

BASHKIROVA, SIEMPRE EN MUY BUENAS “JUNTAS”

Mozarteum Argentino: Actuación del Jerusalem Chamber Music Festival, Piano, Dirección Musical y Artística: Elena Bashkirova. Músicos Invitados Edición 2016: Chen Halevi (Clarinete), Mihaela Martin (Violín), Frans Helerson (Violonchelo). Programa: Ludwig Van Beethoven: Trío “Gassenhauer”, Op. 11 en Si bemol mayor, para Clarinete,  Violonchelo y Piano. Paul Hindemith: Cuarteto para Clarinete, Violín, Violonchelo y Piano. Bela Bartok: “Contrastes”, Sz.111, BB116 (Para Violín, Clarinete y Piano). Franz Peter Schubert: Trío Nº1 en Sí bemol mayor, para Violín, Violonchelo y Piano, D.898. Teatro Colón, 13 de Junio de 2016.

  Una vez mas se presentó en el Colón para el Mozarteum Argentino Elena Bashkirova. Ahora su agrupamiento lo efectúa bajo el nombre de Jerusalem Chamber Music Festival (Festival de Música de Cámara de Jerusalem), que pareciera ser el nombre definitivo (que refiere mas a evento musical que a nombre de bautismo para una agrupación de esa índole).  Mas allá que de inmediato acudan a mi memoria, los nombres de anteriores músicos invitados que se presentaran junto a la pianista rusa en las dos visitas anteriores (Sobre todo la primera, con nombres como los de Michael Sanderling o Gerard Causse ), la virtud de Bashkirova,  en su rol de Directora Artística, es la de saber rodearse de buenos y muy efectivos interpretes que le dan el “ropaje” con el cuál nunca defraudará al auditorio en el que se presente. También, justo es decirlo, tiene mucha inteligencia al momento de formular los programas que se abordarán. Siempre se hallarán en las propuestas,  obras de compositores clásicos, con algún creador contemporáneo consagrado y la oportunidad de presentar a algún compositor desconocido, El o La que se nos terminarán revelando como hábiles creadores. Esta visita vino de la mano de propuestas sobre la base del formato de los dos primeros tópicos mencionados en el párrafo anterior. Así tuvimos el placer de escuchar el Trío “Gassenhauer” de Beethoven, obra de su primer período de composición, muy “mozartiana” en las formas, en donde el israelí Chen Halevi, se reveló como un muy buen clarinetista, dominador de los climas, silencios y momentos de mayor energía que la obra contiene. También, a un refinadísimo violonchelista llamado Frans Helmerson, oriundo de Suecia, e integrante y miembro fundador del Michelangelo String Quartett, dueño de un portentoso sonido y capaz de extraerle hasta el sonido mas imperceptible a su instrumento. Junto a Ellos, Bashkirova se desenvolvió con suma corrección, actuando como columna vertebral de la interpretación, casi un gran apoyo,  logrando plasmar en mi opinión una muy buena versión de la obra.

   Para cerrar la primera parte, se tuvo la magnífica oportunidad de escuchar el Cuarteto para Violín, Violonchelo, Clarinete y Piano de Paul Hindemith,  compuesto en 1938, comenzada su composición en Alemania, continuada en la primera etapa de exilio en Suiza y estrenada finalmente en Estados Unidos. En esta oportunidad, se pudieron apreciar las cualidades interpretativas de la violinista rumana Mihaela Martín (también miembro fundadora del Michelangelo String Quartett), dueña de un dominio absoluto de su instrumento y de plena justeza en cada intervención. La obra, plena de momentos de carga emotiva, lució plena en contrastes y matices, logrando (sobre todo  los interpretes de cuerda) llegar al punto justo de interpretación.  Halevi,  una vez mas, tuvo refinada intervención y Bashkirova, mas allá de que su intervención fue correcta, tuvo la virtud de ensamblar a cada uno de los músicos y que estos entregaran lo mejor de sí mismos.

  El comienzo de la segunda parte fue dedicado a la magistral “Contrastes” de Bela Bartok, en la que fundamentalmente Martín y Halevi lograron mostrar con exactitud la real dimensión de la obra que sonó “bien Bartok”, Bashkirova una vez mas obró como apoyo, balanceando por completo al conjunto, logrando con ello una muy limpia interpretación.

 El cierre le cupo a una magnífica versión del Trío Nº 1 de Schubert, en donde la experiencia de los interpretes de cuerda (sumado a ello a los años de trabajar juntos), llevó a un nivel de excelencia a la versión ofrecida,  y aquí también Bashkirova, fundamentalmente en el segundo movimiento, también tuvo excelencia en su intervención, por lo cuál, todos redondearon una faena magnífica.

  La nota llamativa la brindó el público, que siguió  respetuosamente en silencio todo el programa,  pero que no está habituado a este tipo de sesiones camarísticas y, por ello, no respondió con la efusividad habitual a la hora del aplauso. Entonces, solo el público de las localidades altas  sostuvo el batir de palmas y motivó dos nuevos llamados a escena a los músicos, el último también con Halevi presente, pero, lamentablemente, no alcanzó para  lograr un bis que harto merecían.


Donato Decina

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