LA SORPRESA FUE
ESCUCHAR AL MEJOR NEUHOLD
Orquesta Sinfónica Nacional: Director: Gunther Neuhold.
Solista: Alexandre Da Costa (Violín). Programa: Max Bruch: Concierto Nº 1 para
Violín y Orquesta. Gustav Mahler: Sinfonía Nº 1 en Re mayor “El Titán”. CCK, Sala
Sinfónica, 15 de Junio de 2016.
Querido lector, si además de seguir estas crónicas musicales
en éste blog, Ud. es oyente avezado y seguidor de Ntro. programa radial,
siempre habrá escuchado de boca de Roberto Blanco Villalba y la mía propia, que las características del Austríaco Gunther
Neuhold como conductor orquestal, son las de un interprete de gélido
temperamento y de ideas muchas veces escasas. Ahora bien, la experiencia que
viví el pasado Jueves en la Sala Sinfónica del CCK , nos mostró que hay obras
con las que evidentemente está consustanciado, en las que juega un peso mayor,
en donde no importa que la orquesta este en pleno proceso de transformación
(Sala nueva, en pleno ajuste de su acústica,
y renovación por concurso de muchos de sus cargos [inclusive de solistas
de muchas familias de instrumentos]), para desafiarla,
afrontando una de las obras capitales de todo el repertorio para gran
orquesta, y salir muy bien parado en su
empresa. Esto es lo que ocurrió, ya que el saldo que dejó la interpretación
ofrecida de la Primera de Mahler, es que
tuvo todos los ingredientes que la partitura tiene, atmósfera heroica, el
rescate emotivo del ambiente campesino austríaco que el segundo movimiento
tiene, la exacta marcación de la música Klezmer en el tercero. No importa si
hubo desacoples y pifias en el primer movimiento, si lo que sobrevino después fue
que el conjunto fue acomodándose y lo que se escuchó en todo momento fue
Mahler. Otro elemento que quiero destacar es que el “tempi” que Neuhold empleó
es un poco mas veloz del de otros conductores, sin que ello haya significado
sacrificar el fondo, cosa que de ninguna manera ocurrió. En todo momento el
espíritu de la obra sobrevoló el auditorio y de allí que valoro y mucho esta
versión ofrecida, la que fue por demás interesante.
El inicio tuvo la
presentación del Violinista Canadiense
Alexandre Da Costa, quien ofreció el Concierto Nº 1 de Bruch. Aquí la
tónica fue la misma que en la sinfonía de Mahler, “tempi” ágil y muy dinámico,
pero con muy amplio sonido, mucha prolijidad, buena técnica, lo que hizo que la
versión tuviera vértigo y vivacidad. La carencia, a mi juicio, es la falta de
una mayor musicalidad, la que hubiera redundado de manera beneficiosa en el
resultado final de la interpretación.
El público quiso mas,
y lo logró con un bis poco habitual. A dúo con el Violonchelista solista de la
Sinfónica, José Antonio Araujo, una obra de Jimi Hendrix muy vivaz que “levantó” a la
concurrencia. No necesitó, romper el
violín y quemarlo….., ¡Afortunadamente!
Donato Decina
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