viernes, 17 de junio de 2016

LA SORPRESA FUE ESCUCHAR AL MEJOR NEUHOLD

Orquesta Sinfónica Nacional: Director: Gunther Neuhold. Solista: Alexandre Da Costa (Violín). Programa: Max Bruch: Concierto Nº 1 para Violín y Orquesta. Gustav Mahler: Sinfonía Nº 1 en Re mayor “El Titán”. CCK, Sala Sinfónica, 15 de Junio de 2016.

  Querido lector,  si además de seguir estas crónicas musicales en éste blog, Ud. es oyente avezado y seguidor de Ntro. programa radial, siempre habrá escuchado de boca de Roberto Blanco Villalba y la mía propia,  que las características del Austríaco Gunther Neuhold como conductor orquestal, son las de un interprete de gélido temperamento y de ideas muchas veces escasas. Ahora bien, la experiencia que viví el pasado Jueves en la Sala Sinfónica del CCK , nos mostró que hay obras con las que evidentemente está consustanciado, en las que juega un peso mayor, en donde no importa que la orquesta este en pleno proceso de transformación (Sala nueva, en pleno ajuste de su acústica,  y renovación por concurso de muchos de sus cargos [inclusive de solistas de muchas familias de instrumentos]), para  desafiarla,  afrontando una de las obras capitales de todo el repertorio para gran orquesta,  y salir muy bien parado en su empresa. Esto es lo que ocurrió, ya que el saldo que dejó la interpretación ofrecida de la Primera de Mahler,  es que tuvo todos los ingredientes que la partitura tiene, atmósfera heroica, el rescate emotivo del ambiente campesino austríaco que el segundo movimiento tiene, la exacta marcación de la música Klezmer en el tercero. No importa si hubo desacoples y pifias en el primer movimiento, si lo que sobrevino después fue que el conjunto fue acomodándose y lo que se escuchó en todo momento fue Mahler. Otro elemento que quiero destacar es que el “tempi” que Neuhold empleó es un poco mas veloz del de otros conductores, sin que ello haya significado sacrificar el fondo, cosa que de ninguna manera ocurrió. En todo momento el espíritu de la obra sobrevoló el auditorio y de allí que valoro y mucho esta versión ofrecida, la que fue por demás interesante.

 El inicio tuvo la presentación del Violinista Canadiense  Alexandre Da Costa, quien ofreció el Concierto Nº 1 de Bruch. Aquí la tónica fue la misma que en la sinfonía de Mahler, “tempi” ágil y muy dinámico, pero con muy amplio sonido, mucha prolijidad, buena técnica, lo que hizo que la versión tuviera vértigo y vivacidad. La carencia, a mi juicio, es la falta de una mayor musicalidad, la que hubiera redundado de manera beneficiosa en el resultado final de la interpretación.

  El público quiso mas, y lo logró con un bis poco habitual. A dúo con el Violonchelista solista de la Sinfónica, José Antonio Araujo, una obra de Jimi  Hendrix muy vivaz que “levantó” a la concurrencia.  No necesitó, romper el violín y quemarlo….., ¡Afortunadamente!   


Donato Decina

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