INTELIGENCIA HASTA
PARA PROGRAMAR LOS BISES
“Nuova Harmonía”: Concierto a Cargo de la Orquesta Sinfónica
de Bamberg, Director: Jonathan Nott, Solista: Maciej Pikulski (Piano).
Programa: Ludwig Van Beethoven: Obertura “Egmont” Op. 84, Sinfonía Nº 6 en Fa
mayor “Pastoral”. George Gershwin: Concierto en Fa para Piano y Orquesta.
Teatro Colón: 28 de Mayo de 2016.
Si de partidos de
truco se tratase, debería decir que este era el bueno (al mejor de tres) con
respecto a mi opinión sobre Jonathan Nott, el Director Ingles que este año se
despide de la titularidad de la Orquesta
Sinfónica de Bamberg a la que llegó para suceder a Horst Stein. Si la primera
visita (en el Coliseo), que muy floja, a tal punto que en mis columnas de
entonces para la página de Operayre para la que Yo escribía, titulé mi crónica
“Cuando con ser prolijo no alcanza), un par de años después retornaron Orquesta
y Director, una vez mas al Coliseo, y
aquí, una interesante versión de la 4ª
de Bruckner (Que no llegó ni por asomo a compararse con la de Diemecke de la
semana anterior), me otorgó una visión mas positiva. Esta tercera era en el
marco del Colón y, mas allá de la deserción de Rudolf Buchbinder por motivos
personales, ya sabíamos quien era Maciej Pikulski (su reemplazante) y, sumado a
ello, la invitación personal efectuada por la gente de Nuova Harmonia, me
decidieron a sacrificar gran parte del programa radial de esa noche ( gracias
Roberto Blanco Villalba que aún no del todo repuesto asumiste el gasto de esas
tres horas de transmisión), para asistir a la velada.
La apertura estuvo
conformada por una prolija lectura de la Obertura “Egmont” de Beethoven. Si
bien la orquesta mantiene el sonido y el color “mate” europeo, careció a mi
juicio de la profundidad suficiente, algo que en Nott parece constante. En
cambio se lo vió mucho mas cómodo acompañando el Concierto en Fa de Gershwin,
en el que Maciej Pikulski tuvo un meritorio desempeño al salvar esta parte de la
gira de la Orquesta por la situación antes mencionada. Tuvo buen toque,
personalidad, dosis de “Swing”, que la obra tiene y mucho. Aquí también la
triada Orquesta-Director-Solista, tuvo mucho que ver ya que hubo un muy buen
trabajo en equipo que se notó sobremanera,
mas allá de una trompeta solista que me hizo rememorar a cuando
temblábamos en esos pasajes durante los abonos de muchas agrupaciones
argentinas hace mas de treinta años. Pikulski tuvo su momento de lucimiento,
para honrar al Colón en su misión primera que es la de Teatro Lírico, y recordarnos también su faceta de magnífico
acompañante de voces (Sus presencias junto a José van Dam y a Renee Fleming así
lo atestiguan), abordando la paráfrasis de Franz Liszt sobre el cuarteto “Bella
Figlia dell’Amore” de “Rigoletto” de Verdi, haciéndolo de manera magnífica.
La obra de fondo fue
la “Pastoral” de Beethoven, en donde si bien persistieron las características
interpretativas de Nott, hubo momentos de mayor “canto” orquestal, con
lucimiento de los vientos de la Orquesta en el segundo movimiento y desde la
descripción de la tormenta hasta el final, pudieron apreciarse a pleno las
cualidades de la agrupación visitante. Nott entregará la posta el 31 de
Diciembre para hacerse cargo de la Suisse Romande y la Sinfónica de Tokio. Es
de esperar que la Orquesta, que supo tener batutas titulares como Rowicki y
Stein, entre otras, elija un sucesor acorde a su reputación.
Los bises fueron los
mas originales y lo mejor escuchado en la noche, una magnífica versión (de las
mejores que haya escuchado en vivo) de la Obertura de “Las Bodas de Fígaro”,
plena de matices y vivacidad y un fragmento de la Suite “Romanesc” de Gyorgy
Lygeti, en donde el Concertino se destacó en una formidable actuación solista,
como así también el diálogo entre los dos cornos en el escenario con los dos
fuera de escena, para culminar la noche de la mejor manera. El fallo fue
empate. Estamos a mano con Nott ( uno por uno es negocio), que supo emparejar y
destacarse sobre el final de esta actuación.
Donato Decina
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