UNA GALA INOLVIDABLE
CON EL DEBUT QUE FALTABA (¿LA SOLISTA O EL DIRECTOR?)
Mozarteum Argentino: Actuación de la Orchestra dell’
Accademia Nazionale di Santa Cecilia (Roma, Italia), Director: Sir Antonio
Pappano. Solista: Beatrice Rana (Piano), Daniele Rossi (Órgano) Programa:
Giuseppe Verdi: Sinfonía de la Opera “Luísa Miller”, Piotr Illich Tchaicovsky:
Concierto para Piano y Orquesta Nº 1 en Sí bemol menor, op. 23, Camille Saint
–Säens: Sinfonía Nº 3 en Do menor, Op.78 “Con Órgano”. Teatro Colón, 11 de Mayo
de 2016.
Luego del fallido
que resultó la polémica tercera actuación en Ntro. medio de Joyce Di Donato,
volvió el Mozarteum de las grandes realizaciones, patrocinando una nueva visita, después de muchos años, de la Orchestra dell’ Accademia Nazionale di Santa Cecilia de Roma, la que
después de sus anteriores presentaciones con Daniele Gatti , y mucho tiempo antes con Lorin Maazel, lo hizo ahora
bajo el mando de Sir Antonio Pappano, quien desde hace diez años ostenta la titularidad del organismo. Debemos
decir una vez mas que gracias al Mozarteum, hemos podido apreciar a una
figura de primer nivel internacional, de
las que faltaba una presentación en el escenario del Colón, al que ahora le
cabe la responsabilidad de convocarlo para alguna producción operística. Si
para tal fin se pudo lograr el concurso de Riccardo Muti (Por
suerte, ya que desde el año pasado hace ópera solamente como el último Toscanini, es decir, en
versión de concierto), es muy plausible lograrlo con Pappano, mas allá que su
agenda esté a tiempo completo y que se deban esperar para ello algunos años.
Por ahora el público “Colonero”, le
agradece al Mozarteum el que lo hayamos podido conocer y disfrutar en Concierto.
En merito del
Director Británico ( de ascendencia Italiana), debo decir que en estos diez
años supo mantener la calidad
incuestionable del organismo, al que luego de haberlo escuchado, como también lo hice con la
Orquesta del Teatro Alla Scala di Milano, no dudo en decir que es hoy por hoy
la mejor Orquesta de la Península. Cuerda de Excepción, buenos vientos y
bronces y notable y equilibrada sección de percusión, para que el resultado de
la velada haya sido de una formidable calidad.
La apertura fue con
una maravillosa versión de la “Sinfonía” (Obertura) de “Luisa Miller”, acaso
una de las mas hermosas partituras que Giuseppe Verdi escribiera para un pleno
lucimiento de la Orquesta. Pappano trazó,
a partir de la decisiva intervención de las cuerdas, una exquisita
filigrana de sonido transparente y pleno
de belleza. El resto del conjunto mostró solvencia y cohesión. Tal vez desde la
concertación por parte de Renato Palumbo de la “Maledetta”, que yo no escuchaba
un Verdi expuesto con tanta claridad.
Y luego, el deslumbramiento. Anoten este nombre: Beatrice
Rana (Casi como cuando “Il Postino” decía Beatrice Russo). 23 años. Hace 5 que
lograba la “Competencia de Montreal”, y
hace 3 Medalla de Plata y Premio del Público en la competición “Van Cliburn”.
Además de Pappano, ya ha sido dirigida
por Mehta, Pinnock, Nezet-Seguin, Slatkin, Luísi y los Sud-Americanos Orozco
Estrada y Harth Bedoya, entre Otros. Hay pasta, talento, muy buena técnica y
una fuerte personalidad, como para acometer una obra harto conocida y
magistralmente difícil, y demostrar la capacidad de lograr una versión
que no pasó para nada desapercibida. Tuvo la inteligencia para dar su toque personal, dar
un “tempi” distinto en el momento justo, logar plena sonoridad que no significa
“aporreo” y una profundidad absoluta a su intervención. A la par, Pappano hizo
un acompañamiento magnífico. Dio el
punto justo de sonoridad a la agrupación y, entre ámbos, lograron un momento verdaderamente arrollador
en la exposición de la coda.
La previsible ovación que desató semejante
actuación, tuvo su retribución en una transcripción de Franz Liszt de un
momento de Robert Schumann, expuesto de manera exquisita. Vuelvo a repetir, y creo no equivocarme,
anoten este nombre: Beatrice Rana.
La segunda parte
encontró a un Pappano a gusto en la
intensa interpretación de la Sinfonía “Con Órgano” de Camille
Saint-Säens, en donde Daniele Rossi,
profesor de su instrumento en la “Accademia” y solista de vasta trayectoria
internacional, se nos mostrara en magnífica forma, acentuando pasajes a través
de sus intervenciones en el primer movimiento, con momentos de sutileza y
exquisitez., logrando Pappano luego , de
todo el conjunto, un arrollador discurso
en el segundo, con una coda vibrante que
logró el reconocimiento unánime de todos
los asistentes.
Para el primer bis,
Pappano demostró conocer la importancia de la plaza de Buenos Aires, al manifestar que sabía de la
predilección del público por Puccini , y de la recordada estancia de Maestro en
Ntra. Ciudad en 1905 (de hecho fui testigo a posteriori del momento en que
Daniel Varacalli Costas [Jefe de Publicaciones del Colón] le entregó un
ejemplar del libro que escribiera con mi querido colega Gustavo Otero, sobre
esa visita ,y la historia de la composición del himno “Dios y Patria” que el
Director Británico recibió con profundísimos interés y agradecimiento),
regalándonos una exquisita versión del intermezzo de “Manón Lescaut”, para luego cerrar con gran alegría la noche
con la parte final de la “Danza de las Horas” de “La Gioconda” de Ponchielli, en una versión sencillamente para el recuerdo.
Entonces, ¿Cuál de los debuts era el que faltaba?. La respuesta es: Los dos,
sin duda.
Donato Decina
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