viernes, 29 de abril de 2016



TENDRAS EL DIRECTOR QUE TE MERECES

“Nuova Harmonía”: Actuación de la Orquesta Sinfónica Estatal de Siberia, Director: Vladimir Lande. Solista: Xiayin Wang (Piano). Programa: Mikhail Glinka: Obertura de la Opera “Ruslan y Ludmila”. Serguei Rachmaninoff: Concierto para Piano y Orquesta Nº 2 en Do menor, Op. 18. Nikolai Rimsky-Korsakoff: “Scheherazade”, Suite Sinfónica Op.35. Teatro Coliseo, 22 de Abril de 2016.

  Si bien una vez mas el ya inefable Vladimir Lande reapareció entre Ntros. (bravo su por su Agente Artístico), con todo lo que ello significa (versiones carentes de vuelo, pasadas por la lavadora y centrifugadora), y del que ahora vemos en su “Currículum” que esta desarrollando una serie de Videos para el sello “Naxos”, mi curiosidad pudo mas,  ya que al anuncio inicial de temporada por parte de “Nuova Harmonía” en el sentido de que vendría al frente de la “Sinfónica de San Petersburgo” (una vez mas explico que este organismo no es el que viniera en 1987 al Colón de la mano del muy competente director Ruso Alexander Dimitriev, sino que por el contrario es un conjunto que actúa con el mismo nombre,  similar a la Homónima de Berlín que actuara en el Obelisco y en el Festival de Ushuaia, es decir,  orquestas de alquiler con orgánico instrumental sumamente comprimido [ y por supuesto costo reducido de contratación respecto a Orquestas de mayor fama] que realizan temporadas mayoritariamente en giras internacionales,  y unos pocos conciertos en el lugar de origen. Los Rusos lo hacen en un palacio de la época de los Zares), una nueva comunicación rectificativa de la información anunció que lo haría ahora al frente de la Sinfónica Estatal de Siberia, un organismo nacido en 1977 en la entonces U.R.S.S.,  y que desde la caída de la “Churchilliana” “Cortina de Hierro” (según semblanza de presentación en el programa de mano), acrecentó su reputación para ser nombrada Orquesta Estatal en tiempos de Boris Yeltsin,  y ya en tiempos de Vladimir Putin, Patrimonio Cultural Ruso, de la que Lande fue nombrado titular desde al año pasado. Se mantuvo si, a la solista originalmente prevista,  la China Xiayin Wang,  y la obra que abordaría (nada menos que el segundo para Piano de Rachmaninoff). También se prestó a confusión el anuncio que la entidad organizadora efectuara en la contratapa del Concierto de Angelika Kirschlager, en el que rezaba que en la segunda parte de esta velada interpretarían la “Segunda Parte (valga la redundancia) de Scheherazade” ¿?, lo que en la gacetilla rectificativa vino desmentido, ya que ahí si se anunció la versión completa como corresponde (dudo que la gente de “Nuova Harmonía” lo haya puesto “per se”, máxime cuando se trata de un grupo en gira con prácticamente dos programas para ir alternando, entonces, ¿Quién informó incorrectamente lo primero?). Por lo tanto, un organismo que al menos en los papeles garantizaba buen sonido y disciplina de conjunto “Alla Rusa”, del que uno quería saber como reaccionaría a las indicaciones del nuevo Director Titular. Un programa con repertorio 100% Ruso, integrado por tres de las mas colosales obras de su patrimonio musical, del que, a priori, uno piensa que se hallan con frecuencia en los atriles ,  y la incógnita de saber como respondería la solista. Razones mas que suficientes para concurrir.

  El ataque inicial del conjunto en la Obertura de “Ruslan y Ludmila”, prometía brillo orquestal y una correctísima versión. Nos quedamos con la promesa, ya que luego de la exposición del tema inicial, los vientos no entraron a tiempo y en el “tempi” en que el resto venía haciéndolo, de acuerdo a los gestos de Lande, por lo que rápidamente la versión se desdibujó y alcanzaron solo el hito de llegar todos juntos al final. Los discretos aplausos del público luego de la interpretación, hablaron por sí solos.

  Por lejos,  lo que hizo que valiera la pena concurrir fue la actuación de la China Xiayin Wang, con una muy buena interpretación del Concierto para Piano y Orquesta Nº 2 de Rachmaninoff. La progresión y el “Crescendo” de la introducción solo reservada al solista fue abordada con un carácter y una fuerza interpretativa que solo en mi memoria  auditiva puedo ubicarlas en dos argentinas: Elsa Púppulo y Martha Argerich (en ese orden). Mostró sorprendente desenvoltura, magnífico sonido que en ningún momento fue absorbido por la masa orquestal, aún en los pasajes de bravura, como la parte de piano que se desarrolla mientras el conjunto interpreta nuevamente “Tutti” el tema principal y un desempeño individual irreprochable en el muy lírico segundo movimiento, en donde el solista de clarinete tuvo también su “gragea” de lucimiento. El acompañamiento general fue a lo Lande, criterios de uniformidad en los “Tempi”, falta de ideas (sobre todo en lo que a “canto” Orquestal se refiere y que solo la perseverancia de esta interprete que de muy buena manera se nos reveló, hizo que la versión no pase a caer rápidamente en el olvido). La Solista respondió a la justa cosecha personal de aplausos con una muy simpática composición China que deleitó a los presentes.

  El cierre le cupo a una pobre versión de “Scheherazade” de Rimsky-Korsakoff, en donde llamativamente el orgánico orquestal se mostró demasiado ajustado (Dos trompetas, dos trombones, cuatro percusionistas que se desdoblaban en su trabajo [sobre todo en el cuarto movimiento]), nuevamente una línea uniforme en los “Tempi”, lo que hizo que fuera una de las versiones mas veloces que Yo recuerde. Mientras lo normal va desde los 55 a 70 minutos, aquí se hizo en 48. Un Concertino solista que no tuvo parejo desenvolvimiento (hubo desafinaciones y pífias). En fin, esa fue la respuesta a mi inquietud y es que, lamentablemente se acomodaron demasiado rápido al nuevo titular. Solo percibí algunos vestigios expuestos en pasajes de las obras abordadas en los que se tuvo la impresión que otrora hubo amalgama “Alla Rusa” de verdad. Demasiado poco.

  Hubo dos bises, ambos de Shostakovich para ballet. Un “Tango” y una marcha, muy bien expuestos y con toda la parafernalia orquestal que el compositor exige. Demasiado escaso. Y bien, entonces, si se supo lo que se buscaba al convocar a Lande, los resultados surgen a la vista y a los oídos y por ello, tienen el Director que se merecen.


Donato Decina

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