viernes, 29 de abril de 2016



DECEPCION Y FASTIDIO

Mozarteum Argentino: Primer Concierto de la Temporada 2016. Actuación de la Mezzosoprano Joyce Di Donato. Al Piano: Craig Terry. En programa: Obras de Luna, Ravel, Rossini, Granados,  Häendel, Giordani, Pergolesi y  Rosa. Teatro Colón, 19/04/16.

  Mas allá de la muy interesante programación, en cuanto a nombres rutilantes y obras programadas, por parte del Mozarteum Argentino,  el balance de la actuación de Joyce Di Donato en el Concierto de apertura me dejó la doble sensación de decepción y fastidio. Decepción, porque defraudó la expectativa que uno tenía sobre todo con las obras que Ella decidió frecuentar, fundamentalmente Ravel (Sheherazade), Luna (de España Vengo), Granados (Tres tonadillas de “La Maja Dolorosa”), Häendel (Lascia ch’io pianga de “Rinaldo”), Tres Arias Antiguas (Caro mio Ben de Giordani, la celebérrima Se tu m’ami de Pergolesi y Star Vicino de Salvatore Rosa) y dos Rossini que son “caballitos de batalla” de su repertorio: “Bel Raggio Lusinghier” de Semirámide y Tanti Affetti in tal Momento de “La Donna del lago”. Y fastidio, porque las arias antiguas anunciadas, fueron abordadas en un arreglo del pianista acompañante Terry en tiempo de Jazz, sin que mediase explicación alguna y en donde en todo caso parecía algo así como un “paso de comedia musical” , dejando a las explicaciones del programa de mano,  que las tomó como si se abordaran en versión real, virtualmente pagando ante el público, mas allá  de que evidentemente gran parte de la asistencia lo tomó como una humorada y en consecuencia la ovacionó , sin medir a mi juicio, las serias consecuencias que esa “humorada” podrían haber tenido, ya que hacerlo de esa manera jugó contra la natural expectativa que el avezado espectador tenía, máxime, cuando abordó en recitales anteriores ese repertorio de manera “seria” y había resultado un deleite. Decepción, porque tanto el inicio con el “De España Vengo” de “El Niño Judío” de Luna y las dos primeras canciones de “Sheherazade” de Ravel, fueron hechas partitura en mano y totalmente fuera de estilo, llegando a veces a gritar en varios pasajes. Solo en el tercer número de la segunda obra pudo lograrse algo del clima de intimidad que el maravilloso trabajo de Ravel tiene, y aquí, se notó la mano, el oficio y la técnica de Craig Terry, el que resultó un gran acompañante.

  Lo mismo debe decirse para la segunda parte, con una insípida versión (también con partitura), de Tres tonadillas de “La Maja Dolorosa” de Enrique Granados y el desaguisado de las tres arias antiguas. Nos quedan entonces, una ahí sí muy buena versión de “Lascia ch’io Pianga” de Rinaldo de Häendel, en donde mostró que sigue plenamente vigente en ese repertorio, tanto por emisión, dicción y estilo,  y las dos arias Rossinianas con las que cerró ambas partes del  recital: “Bel Raggio Lusinghier” de “Semirámide” y “Tanti Affeti in tal momento” de “La Donna del Lago”,  en donde hizo valer su categoría en ese repertorio. Si a ello sumamos tres bises de factura impecable, todos ellos de música popular americana, cerrando con su ya clásica versión de “Out of The Rainbow” de “El Mago de Oz”, tenemos una cabal idea de lo flojo y hasta mezquino que resultó el recital. Eso sí, en todo momento compensó el déficit, con mucha simpatía, elegancia para conducirse y caminar el escenario casi como una notable “relacionista pública”, compartiendo dicho calificativo  con el pianista Terry, el que también derrochó en todo momento la misma elegancia, pero que de ninguna manera alcanzó para mitigar, la decepción y el fastidio que Yo ya tenía a esa altura de la noche.


Donato Decina

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