viernes, 15 de abril de 2016



NUOVA HARMONIA COMENZO LOS FESTEJOS DE LA TRIGESIMA TEMPORADA A LO GRANDE

“Nuova Harmonía”: Actuación de la “Capella Istropolitana”, Concertino y Director: Robert Marecek. Solista: Angélika Kirschlager (Mezzosoprano).Programa: Franz Schubert: Sinfonía Nº 3 en Re mayor D.200. Cuatro Canciones: “Im Frühling”, “Der Lindenbaum”, “Erlkönig”, “Ave María”. Johann Strauss (H): Obertura de “Die Fledermaus”, Wiener Blut, “Ich lade gern mir Gäste ein” de “Die Fledermaus”, “Schwips Lied” de “Eine Nacht in Venice”. Robert Stolz: “Du sollst der Kaiser meiner Seele Sein” de “Der Favorit”, “Im Prater blühn wieder die Bäume”. Richard Heuberger: “Komm mit mir ins Chambre Separée” de “Der Opernball”. Rudolf Sieczynski: “Wien, Wien nur du allein”. Teatro Coliseo, 08/04/16.

  Nunca mas acertado aquel fragmento de Alfredo Le Pera de “Volver”. No serán veinte años, pero son nada menos que treinta temporadas consecutivas, que comenzaron a desarrollarse a partir de la recordada “Italiana ‘86”, la que dió paso a “Harmonía”, luego transformada en “Nuova Harmonía”. Artistas de excepción que prestigiaron sus ciclos: Zubin Mehta, Gary Bertini, Gianandrea Gavazzeni, Gil Shaham, Pinchas Zukerman, Julio Bocca, Vladimir Askenazy, Alberto Lysy, Renaud  Capucon, Leonard Slatkin, Christoph Eschembach, Krystof Penderecki, Nelson Göerner, Uto Ughi, Salvatore Accardo, entre tantos. Orquestas como la del “Maggio Musicale Fiorentino”, Filarmónica del Teatro Alla Scala de Milán, Deutsche Symphonie de Berlín, Sinfónica de Bamberg, Sinfónica de la Radio de Hamburgo, Filarmónica de Rotterdam, la desaparecida RAI de Roma. Conjuntos de Cámara como el Quinteto de Arcos del Teatro Alla Scala de Milán. Ballets como el de Ana María Stekelman, Luisillo de España y tantas otras manifestaciones que marcan un rumbo definido y que en semejante marco encontraron correlato con una apertura de temporada acorde a tan significativo acontecimiento.  El retorno a Buenos Aires de la “Cappella Istropolitana” de Bratislava, convocada para reemplazar a la “Camerata Bern” inicialmente programada, y la presencia de Angelika Kirschlager, la extraordinaria mezzo-soprano Austríaca, lo que dio como resultado una muy buena asociación artística de ambas partes y momentos de absoluto magnetismo tanto de la cantante como de la propia orquesta. “Nuova Harmonía” puede entonces sentirse plenamente satisfecha con semejante envión para iniciar los festejos. La Cappella Istropolitana es un muy disciplinado conjunto, guiado con plena sabiduría  por Robert Marecek desde el primer Violín. En todo momento mostro ajuste, buen empaste, muy buen sonido e instantes de gran altura, como por ejemplo en los movimientos centrales de la Tercera Sinfonía de Schubert, poco transitada en los programas de concierto en Ntro. Medio. Una magnífica versión de la obertura de “Die Fledermaus”, donde en ningún momento se notó que era interpretada por un conjunto camarístico y se tuvo la sensación de encontrarse asistiendo imaginariamente a una función de algún pequeño teatro vienés con la pequeña Orquesta en su foso. Vale lo mismo la mención para “Wiener Blut”, el celebérrimo Vals, magníficamente expuesto. Pero vayamos ahora al motivo principal de este comentario y es la nueva presentación de Angélika kirschlager.

  Verdaderamente se puede expresar, al menos de mi parte, que si para la gente del tango Nelly Omar era la “Gardel con Polleras”, Angélika Kirschlager es, sin dudas, la “Fischer Dieskau con Polleras”. Inmensa categoría, dueña de todos los recursos imaginables. Sentimiento, Enfasis, Voz Magnífica, Presencia, Expresividad. Mas allá de que no se menciona en el programa de mano el origen de los arreglos para el conjunto, una versión como la de “Erlkönig” (El Rey de los Alisos), no volverá a escucharse en mucho tiempo en semejante nivel. Fue sencillamente un sacudón, lo que el público experimentó luego de escuchársela. Mientras que “Im Frhüling” y “Der Lindenbaum”, fueron preparando el clima previo,  y una soberbia, sentida y muy intima versión de “Ave María” remató con acierto la primera parte.

  Además de las dos páginas instrumentales anteriormente comentadas, el repertorio incluyó fragmentos de Operetas y canciones para registro de Mezzosoprano. Kirschlager aquí se soltó por completo y dio rienda suelta a todas sus condiciones interpretativas. Fue un floreo absoluto en donde resaltamos “Ins Chambre Separee”, con un clima intimo magnífico, “Ich lade  gern mir Gäste ein”, la celebre intervención del Príncipe Orlofsky de “Die Fledermaus” y una soberbia interpretación desde lo actoral y lo vocal del “Schwips Lied” de “Una Noche en Venecia” en donde un instrumentista ingresó, servilleta en mano (aprovechando su Frac como vestimenta,  lo que le daba aspecto de mozo de la “Belle Epoque”), para ofrecerle un vaso que simulaba ser la copa de bebida alcohólica y darle el pie para la simulación del estado de embriaguez y a partir de ahí construir una versión memorable, la que contó con la complicidad del Concertino que le ponía el hombro para simular que evitaba la caída al piso. El cierre le cupo a una sentida interpretación de “Viena Ciudad de mis Sueños”, como para resaltar el afecto por la cuna del género.

  El acierto en la elección de estos interpretes, puso de manifiesto el poner toda la carne en el asador para celebrar un aniversario tan importante. Ojalá que el resto de la temporada mantenga el mismo nivel.


Donato Decina

No hay comentarios:

Publicar un comentario