¿QUE ESTA PASANDO?
Orquesta Filarmónica de Buenos aires, Director: Enrique
Arturo Diemecke. Solista: Sergio Daniel Tiempo (Piano). Programa: Jean
Sibelius: “Karelia”, Suite Op. 11.
Serguei Rachmaninoff: “Rapsodia Sobre un Tema de Paganini”, Op. 43. Carl August
Nielsen: Sinfonía Nº 4, Op. 29 “Lo Inextinguible”. Teatro Colón, 13/08/13.
Es evidente que la
vergonzosa disposición de fechas realizada por la anterior gestión del Teatro,
asignándole dos conciertos de abono en 48 hs., mas ensayos simultáneos en foso
para acompañar ballet, confirmados a Este cronista por fuente absolutamente
irrefutable, conspiraron sobre manera en la prestación de la Filarmonica, y en
especial, para Este Concierto, el que se debe haber realizado con muy poco
ensayo y cuyo resultado fue mas desabrido aún que el de 48 hs. atrás. No se
están haciendo las cosas como se deben,
y debe ser asumido por quien corresponda.
La sesión comenzó con
una discreta versión de Karelia de Sibelius, y es lamentable, ya que el
compositor Fines es uno de los preferidos de Diemecke , no pudo explayarse todo
lo que el puede. Un sonido opaco, débil, ajustado, sí pero carente de fuerza
interpretativa. Las cosas no mejoraron
para nada en la “Rapsodia Sobre un Tema
de Paganini” de Rachmaninoff, en el que ni Sergio Tiempo escapó del tema.
Imprecisiones, pifias, falta de vuelo, ni la celebérrima variación Nº 18 tuvo
canto y vuelo, y eso ya es alarmante, mas allá que la obra ya fue
tocada por la Orquesta este año en la Usina del Arte bajo la dirección del
entonces asistente Darío Domínguez Xodo con Marcelo Ayub como solista y ahí si
hubo emoción y entrega y del que los músicos parecieron haberse olvidado. Al
igual que en el Rimski de 48 hs., es evidente que ante las fechas encimadas,
fueron incluídas en estos programas, teniendo en cuenta que la Orquesta ya las
había trabajado, pero dadp que también hubo que ensayar ballet, los ensayos de
ajuste fueron escasos e insuficientes y allí los resultados. Tiempo fue igualmente aplaudido por el
público, aunque el fue consciente de la situación y no quería bisar. Fue
convencido de hacerlo y realizó una transcripción de “Capuletos y Montescos”
del Ballet “Romeo y Julieta” de Prokofieff, en el que apenas mejoró en algo su
magra perfomance, pero que no alcanzó a compensar, la pálida versión anterior.
Todas estas
circunstancias repercutieron negativamente también en la versión de la Sinfonía
Nº 4 de Nielsen , que arrancó para el recuerdo y culminó pálidamente, casi como
“desinflándose” en el transcurrir de la interpretación. El pasaje del Segundo
al Tercer movimiento y la secuencia
inicial, son las únicas partes que merecen el rescate.
Deben replantearse
muchas cosas, no pueden ofrecerse buenos productos con tanta acumulación de
cosas. Así no se puede seguir.
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