martes, 18 de agosto de 2015



¿QUE ESTA PASANDO?

Orquesta Filarmónica de Buenos aires, Director: Enrique Arturo Diemecke. Solista: Sergio Daniel Tiempo (Piano). Programa: Jean Sibelius: “Karelia”, Suite Op.  11. Serguei Rachmaninoff: “Rapsodia Sobre un Tema de Paganini”, Op. 43. Carl August Nielsen: Sinfonía Nº 4, Op. 29 “Lo Inextinguible”. Teatro Colón, 13/08/13.

  Es evidente que la vergonzosa disposición de fechas realizada por la anterior gestión del Teatro, asignándole dos conciertos de abono en 48 hs., mas ensayos simultáneos en foso para acompañar ballet, confirmados a Este cronista por fuente absolutamente irrefutable, conspiraron sobre manera en la prestación de la Filarmonica, y en especial, para Este Concierto, el que se debe haber realizado con muy poco ensayo y cuyo resultado fue mas desabrido aún que el de 48 hs. atrás. No se están haciendo las cosas como se deben,  y debe ser asumido por quien corresponda.

  La sesión comenzó con una discreta versión de Karelia de Sibelius, y es lamentable, ya que el compositor Fines es uno de los preferidos de Diemecke , no pudo explayarse todo lo que el puede. Un sonido opaco, débil, ajustado, sí pero carente de fuerza interpretativa.  Las cosas no mejoraron para nada en la “Rapsodia Sobre un  Tema de Paganini” de Rachmaninoff, en el que ni Sergio Tiempo escapó del tema. Imprecisiones, pifias, falta de vuelo, ni la celebérrima variación Nº 18 tuvo canto y vuelo,  y eso ya  es alarmante, mas allá que la obra ya fue tocada por la Orquesta este año en la Usina del Arte bajo la dirección del entonces asistente Darío Domínguez Xodo con Marcelo Ayub como solista y ahí si hubo emoción y entrega y del que los músicos parecieron haberse olvidado. Al igual que en el Rimski de 48 hs., es evidente que ante las fechas encimadas, fueron incluídas en estos programas, teniendo en cuenta que la Orquesta ya las había trabajado, pero dadp que también hubo que ensayar ballet, los ensayos de ajuste fueron escasos e insuficientes y allí los resultados.  Tiempo fue igualmente aplaudido por el público, aunque el fue consciente de la situación y no quería bisar. Fue convencido de hacerlo y realizó una transcripción de “Capuletos y Montescos” del Ballet “Romeo y Julieta” de Prokofieff, en el que apenas mejoró en algo su magra perfomance, pero que no alcanzó a compensar, la pálida versión anterior.

  Todas estas circunstancias repercutieron negativamente también en la versión de la Sinfonía Nº 4 de Nielsen , que arrancó para el recuerdo y culminó pálidamente, casi como “desinflándose” en el transcurrir de la interpretación. El pasaje del Segundo al Tercer movimiento  y la secuencia inicial, son las únicas partes que merecen el rescate.


  Deben replantearse muchas cosas, no pueden ofrecerse buenos productos con tanta acumulación de cosas. Así no se puede seguir.

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