PEKKA KUSISTO, UN
NOTABLE INTERPRETE
Mozarteum Argentino:
Actuación de la Deutsche Kammerphilarmonie Bremen, Solista y Director: Pekka
Kusisto (Violín). Programa: Ludwig Van Beethoven: Obertura de “Las Criaturas de
Prometeo”, Op. 43. Magnus Lindberg: Concierto para Violín y Orquesta. Wolfang
Amadeus Mozart: Concierto para Violín y Orquesta Nº 5 en La mayor K. 219,
Sinfonía Nº 40 en Sol menor K. 550. Teatro Colón, 22/04/15.
Siempre que un
conjunto de cámara extranjero llega para actuar a la Argentina, y mas
concretamente al Teatro Colón, lo primero que viene a colación es su
conformación, luego su o sus solistas y, finalmente, la programación a
ofrecer. En el caso de nuestros actuales
visitantes, Pekka Kusisto y la Deutsche Kammerphilarmonie de Bremen, el interés
aumenta. Ya en la anterior presentación, hace unos pocos años, este gran
violinista Finés, nos sorprendió cuando con una formación de tan solo trece
músicos, con el mismo desde el primer arco, realizara una inolvidable versión
de “Noche Transfigurada” de Arnold Schöemberg y, con no mas de 39 músicos, el
Concierto para Violín y Orquesta de Mendelsohn, en dos interpretaciones de alto
vuelo muy recordadas. Y aquí, en una magnífica interpolación de
Contemporaneidad y Clasicismo, ofreció en dos noches un programa con núcleo
central en Magnus Lindberg, compatriota suyo, y el Concierto “Turco” de Mozart.
De esas noches, escogí la segunda, ya que movía a mi interés la versión que
ofrecería de la Sinfonía Nº 40 y otro
poco, dado que la primera de las noches
cerraba con la primera sinfonía de Beethoven, interpretada por Ntra.
Filarmónica en la apertura de la integral Beethoven hace poco mas de cuarenta y
cinco días, por lo que juzgué que mejor era no repetir y explorar la
posibilidad de escuchar una cuarenta distinta, como hace rato no se la escucha.
No me equivoqué.
La Deutsche
Kammerphiparmonie de Bremen se nos reveló como un conjunto muy disciplinado,
con un ajustadísimo funcionamiento y refinadísimo sonido. Tienen desde hace mas
de once años a Paavo Järvi como Director Artístico y realizan tournees con
figuras de renombre, como en este caso Pekka Kusisto. Me sorprendió gratamente
que, al mejor estilo Helmuth Rilling, utilizan en algunas obras algunos
instrumentos a la usanza de época como el timbal y las trompetas. Los
resultados comenzaron a percibirse desde el inicio mismo, cuando abordaron una
vivaz, ágil y ajustadísima versión de la Obertura para el Ballet “Las Criaturas
de Prometeo” de Beethoven, en donde todo el conjunto (y aquí Kusisto desde el
primer violín fue uno mas de ellos), lució de manera brillante. Para cerrar esa
primera parte, Kusisto fue solista y director en el concierto escrito por
Magnus Lindberg. Aquí la formación se redujo a cuerdas y vientos. La estructura
es de tres movimientos reconocibles que se interpretan sin solución de
continuidad, desde una primera nota, muy penetrante, hasta un desarrollo que va
desde momentos muy arrolladores hasta difíciles cadencias, en las cuales
Kusisto se mostró como un interprete de fuste, con gran técnica, magnífico e
impecable sonido, el que alcanzó cumbre en la resolución final de la obra. Una danza
popular Finesa, a dúo con el Concertino real de la agrupación, fue el obsequio
que ofreció a los asistentes a modo de bis.
En la segunda mitad,
“todo Mozart”. El concierto Nº 5 “Turco”, mostró a un interprete que en
clasicismo también resultó refinado y poseedor de un bello sonido. La Orquesta
tuvo ajuste, precisión y caudal sonoro, a pesar que su composición no excedía
de los 25 instrumentistas, por lo cuál tuvimos un Mozart verdaderamente
camaristico, con tiempos sumamente ágiles y muy gratos de escuchar. Y ya en la
Cuarenta, lo que hace tiempo queríamos escuchar. Una versión casi a la usanza
de época, con el mismo tipo de “tempi”
que en el concierto y que en casos como en el segundo movimiento,
lograron mantener la tensión, sin sacrificar en nada la parte dramática que
siempre se halla presente en esta obra. El
movimiento de cierre tuvo un desarrollo verdaderamente electrizante,
desatando una catarata de aplausos, mientras yo recordaba la versión de Zubin Metha
de hace dos años, en su última venida al país con la Filarmónica de
Israel. Si la del Director Indio fue
altamente elogiable, en lo que a la interpretación tradicional se refiere, Está
lo fue mas, ya partiendo desde el concepto casi revisionista que Kusisto y el
Conjunto sostuvieron, llevando el planteo hasta las últimas consecuencias, aún
cuando por momentos (solo eso), tuve la sensación que faltaba una pizquita mas
“Austríaca” en el fondo de la interpretación. Y digo casi (para el concepto), solo por el hecho que no
todos los instrumentos eran a la usanza de ese período. Evidentemente, no hay
tantos intérpretes de ese tipo de instrumentos y, como alguien dijo no hace
mucho, hay que saber mantener hasta la afinación de ellos a cada instante, lo
que para obras como la Cuarenta se hace muy difícil. El broche de oro fue con una arrolladora
versión del cuarto movimiento de la primera de Beethoven, plena de gracia y
matices, que redondeó una velada
magnífica.
Donato Decina
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