NOCHE “PERFECTA”
Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. Director: Maximiano
Valdés. Solista: Xavier Inchausti (Violin). Programa: Jan Sibelius: “Canción de
Primavera” Op. 16 (Estreno Argentino); Esteban Benzecry: Concierto para Violín;
Dimitri Shostakovich: Sinfonía Nº 5 en Re menor Op. 47. Teatro Colón 16/10/14.
La Filarmónica tuvo
una noche verdaderamente “de Gloria” en esta presentación, en donde como pocas
veces salió todo “a pedir de boca”. En muy contadas oportunidades se escuchan
conciertos en donde todo sale a la perfección: calidad interpretativa,
virtuosismo, sonido perfecto y balanceado. Todo eso estuvo allí y corrió bajo
la responsabilidad del probadísimo conductor chileno Maximiano Valdés, de quien
el que esto escribe tenía muy buenas referencias, pero que no había tenido
oportunidad de comprobarlas “en vivo”. Ya desde el vamos se pudo apreciar que
la noche era buena en serio, a partir de la primera audición para Ntro. País de
la “Canción de Primavera” Op. 16 de Jan Sibelius, en donde la elegancia de
gestos de Valdés, su capacidad para transmitir a todos los sectores de la
Orquesta y la respuesta del Organismo con un sonido homogéneo y muy
aterciopelado, capaz de resaltar el lirismo de tan bellísimo fragmento, pudieron arrancar del público los primeros
“bravos” que luego se multiplicarían con el correr de la velada.
Sobrevino después una
de las mejores primeras audiciones argentinas de los últimos tiempos en el
Colón, el Concierto para Violín de Esteban Benzecry. Obra concebida por encargo
de la Asociación “Musique Nouvelle en Liberté”-Ville de Paris y la Orquesta
“Pasdeloup” (la agrupación sinfónica mas antigua de Francia), se compone de
tres números, los que fueron estrenados
en diferentes etapas por dicha Orquesta, bajo la guía del Director Austríaco
Wolfang Doerner y el pintoresco violinista Serbio Nemanja Radulovic como
solista, a quién aquí, justamente con la Filarmónica, le escucháramos una “eléctrica” versión del Concierto para
Violín de Tchaickovsky. Sus movimientos
son tres: “Evocación de un sueño”, “Evocación de un Tango” y “Evocación de un
Mundo Perdido”. Los dos “de punta”, fueron estrenados por separado por
Radulovic en París en los años 2006 y 2008, mientras que la obra íntegra lo fue
en el 2009 en la “Sale Pleyel” de París y puede apreciársela en “You Tube”. El
estreno Argentino le cupo a la Sinfónica de San Juan con el Violinista
colombiano Rubén Reina. La elección de Xavier Inchausti para el estreno
“Colonero”, no pudo haber sido mas
afortunada. Su técnica impecable, su pulcro sonido y su consustanciación con la
música de autores argentinos, hicieron que la obra fuese apreciada como se
debe, en todo su esplendor. Justamente, Benzecry en esta oportunidad se
nos revela como un continuador de las incursiones que Alberto Ginastera venía
realizando hasta su prematuro deceso en 1983. Ese último Ginastera, que buscaba
en las raíces de lo indoamericano, es el
que Benzecry toma como modelo para el último movimiento. La percusión, con
muchos instrumentos autóctonos, se hace presente con fuerza. En el segundo, el
autor propone un Tango por fuera de
todos los estereotipos conocidos y en el primero , la excelente orquestación,
el trabajo tímbrico y armónico y los diálogos solista –orquesta, conforman un
conjunto por demás interesante, en donde se puede citar a “La Arenosa” del Cuchi Leguizamón, tanto como orquestar con indudables
reminiscencias de la “Pampeana Nº3” de nuestro compositor máximo. Valdes
también se consustanció con la obra y su guía de la Filarmónica fue perfecta.
Estuvo atento a todos los detalles y enalteció las cualidades de todas las
secciones. En lo personal, debo decir que ha sido junto con “Réquiem” de
Strasnoy, los dos mas importantes estrenos nacionales que yo haya disfrutado al
máximo en los últimos tiempos y vaya un gracias muy rotundo al Colón por la
programación de ambos, que demuestran en serio, que el Teatro es una meta y no un “trampolín”
al que muchos parecieran estar afectos. Muestra contundente fue que la Trilogía
Compositor-Solista-Director, debió salir tres veces al escenario a saludar ante
la sostenida ovación del público.
El cierre le cupo a
una vibrante, sentida y muy intensa
versión del la Quinta sinfonía de Shostakovich,
que superó muchísimo a la pobrísma que Mariss Jansons y la Sinfónica de la
Radio Bávara brindaran meses atrás en el Colón, justamente porque tuvo todo lo
que a la otra le faltó, Intensidad, canto, apasionamiento. Con una inolvidable
actuación del sector de maderas, el extraordinario solo de Pablo Saraví en el
segundo movimiento y una arrolladora coda de cierre. Valdes demostró su
capacidad interpretativa y se gana con creces el derecho a seguir retornando
como invitado, en muy buena ley.
Donato Decina
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