jueves, 23 de octubre de 2014



NOCHE “PERFECTA”

Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. Director: Maximiano Valdés. Solista: Xavier Inchausti (Violin). Programa: Jan Sibelius: “Canción de Primavera” Op. 16 (Estreno Argentino); Esteban Benzecry: Concierto para Violín; Dimitri Shostakovich: Sinfonía Nº 5 en Re menor Op. 47. Teatro Colón 16/10/14.

  La Filarmónica tuvo una noche verdaderamente “de Gloria” en esta presentación, en donde como pocas veces salió todo “a pedir de boca”. En muy contadas oportunidades se escuchan conciertos en donde todo sale a la perfección: calidad interpretativa, virtuosismo, sonido perfecto y balanceado. Todo eso estuvo allí y corrió bajo la responsabilidad  del probadísimo  conductor chileno Maximiano Valdés, de quien el que esto escribe tenía muy buenas referencias, pero que no había tenido oportunidad de comprobarlas “en vivo”. Ya desde el vamos se pudo apreciar que la noche era buena en serio, a partir de la primera audición para Ntro. País de la “Canción de Primavera” Op. 16 de Jan Sibelius, en donde la elegancia de gestos de Valdés, su capacidad para transmitir a todos los sectores de la Orquesta y la respuesta del Organismo con un sonido homogéneo y muy aterciopelado, capaz de resaltar el lirismo de tan bellísimo fragmento,  pudieron arrancar del público los primeros “bravos” que luego se multiplicarían con el correr de la velada.

  Sobrevino después una de las mejores primeras audiciones argentinas de los últimos tiempos en el Colón, el Concierto para Violín de Esteban Benzecry. Obra concebida por encargo de la Asociación “Musique Nouvelle en Liberté”-Ville de Paris y la Orquesta “Pasdeloup” (la agrupación sinfónica mas antigua de Francia), se compone de tres números, los que fueron  estrenados en diferentes etapas por dicha Orquesta, bajo la guía del Director Austríaco Wolfang Doerner y el pintoresco violinista Serbio Nemanja Radulovic como solista, a quién aquí, justamente con la Filarmónica, le escucháramos  una “eléctrica” versión del Concierto para Violín de Tchaickovsky.  Sus movimientos son tres: “Evocación de un sueño”, “Evocación de un Tango” y “Evocación de un Mundo Perdido”. Los dos “de punta”, fueron estrenados por separado por Radulovic en París en los años 2006 y 2008, mientras que la obra íntegra lo fue en el 2009 en la “Sale Pleyel” de París y puede apreciársela en “You Tube”. El estreno Argentino le cupo a la Sinfónica de San Juan con el Violinista colombiano Rubén Reina. La elección de Xavier Inchausti para el estreno “Colonero”,  no pudo haber sido mas afortunada. Su técnica impecable, su pulcro sonido y su consustanciación con la música de autores argentinos, hicieron que la obra fuese apreciada como se debe,  en todo su esplendor.  Justamente, Benzecry en esta oportunidad se nos revela como un continuador de las incursiones que Alberto Ginastera venía realizando hasta su prematuro deceso en 1983. Ese último Ginastera, que buscaba en las raíces de lo indoamericano,  es el que Benzecry toma como modelo para el último movimiento. La percusión, con muchos instrumentos autóctonos, se hace presente con fuerza. En el segundo, el autor propone un  Tango por fuera de todos los estereotipos conocidos y en el primero , la excelente orquestación, el trabajo tímbrico y armónico y los diálogos solista –orquesta, conforman un conjunto por demás interesante, en donde se puede citar a “La Arenosa”  del Cuchi Leguizamón,  tanto como orquestar con indudables reminiscencias de la “Pampeana Nº3” de nuestro compositor máximo. Valdes también se consustanció con la obra y su guía de la Filarmónica fue perfecta. Estuvo atento a todos los detalles y enalteció las cualidades de todas las secciones. En lo personal, debo decir que ha sido junto con “Réquiem” de Strasnoy, los dos mas importantes estrenos nacionales que yo haya disfrutado al máximo en los últimos tiempos y vaya un gracias muy rotundo al Colón por la programación de ambos, que demuestran en serio,  que el Teatro es una meta y no un “trampolín” al que muchos parecieran estar afectos. Muestra contundente fue que la Trilogía Compositor-Solista-Director, debió salir tres veces al escenario a saludar ante la sostenida ovación del público.

  El cierre le cupo a una vibrante, sentida  y muy intensa versión del la Quinta sinfonía de  Shostakovich, que superó muchísimo a la pobrísma que Mariss Jansons y la Sinfónica de la Radio Bávara brindaran meses atrás en el Colón, justamente porque tuvo todo lo que a la otra le faltó, Intensidad, canto, apasionamiento. Con una inolvidable actuación del sector de maderas, el extraordinario solo de Pablo Saraví en el segundo movimiento y una arrolladora coda de cierre. Valdes demostró su capacidad interpretativa y se gana con creces el derecho a seguir retornando como invitado,  en muy buena ley.



Donato Decina

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