martes, 9 de septiembre de 2014

ESE MARAVILLOSO SONIDO





Mozarteum Argentino: Presentación de la Orquesta Filarmónica de Dresde, Director: Michael Sanderling. Solista: Carolina Widmann (Violín). Programa: Jorg Widmann: “Con Brío”, Félix Mendelsohn Bartholdy: Concierto para Violín y Orquesta Op. 64, Johannes Brahms: Sinfonía Nº 1 en Re Menor Op. 68. Teatro Colón, 02/09/14.
  Que maravilloso es escuchar a una orquesta europea, como en este caso la Filarmónica de Dresde, con ese típico color “mate” y ese mórbido sonido, con una cuerda sencillamente gloriosa y en un programa a medida para resaltar esas cualidades. Ese es el resultado de esta visita.  Ahora bien, para profundizar esta crónica, debo decir que por lo demás, el saldo es tal vez un poco deficitario. ¿Por qué eso?.  Porque en la elección del repertorio no hubo mayor compromiso. Porque “Con Brío” de Jorg Widmann, con la que se inició la velada, si bien es una reflexión sobre Beethoven y toma como punto de partida el “Con Brío” de la Séptima sinfonía y algunos pasajes de la octava ( que son “citados” por  el compositor), en el discurso propiamente dicho se muestra en formas de composición absolutamente superadas hoy por hoy y, a pesar de una prolijidad e intensidad en la escritura, no muestra nada que no haya sido mencionado, ni expresa alguna búsqueda de algo diferente, con lo cuál la expectativa con la que quien escribe concurrió a escucharla, se vio rápidamente diluida. Si analizamos la actuación de Carolin Widmann en el Concierto Op. 64 de Mendelsohn, encontramos a una interprete que fue de menor a mayor, iniciando su actuación con un sonido llamativamente “sucio”, que fue cambando con el transcurrir de la obra y a una Orquesta sabiamente conducida por Sanderling, al fin y al cabo instrumentista El también (A quien admiramos en el Coliseo [con el Colón cerrado] junto a los “Jerusalem Chamber Players” en la inolvidable primera visita del conjunto capitaneado por la Bashkirova) , que en todo momento tuvo seguimiento “en detalle” de la partitura. Y tuvo, si,  mayor lucimiento en el bis, cuando acometiendo un fragmento de Ysaye,  demostró su valía interpretativa y su técnica impecable. Si bien se nota en el podio la falta de una presencia como la del lamentablemente desaparecido Don Rafael Frühbeck de Burgos, quien la condujo como titular en la anterior visita también en el Coliseo, a semanas de la reapertura del Colón, tuvimos a un concentradísimo Sanderling en una acertada lectura de la Primera de Brahms en donde a falta de una mayor profundidad interpretativa,  tuvimos al menos la posibilidad de deleitarnos con el magnifico y homogéneo sonido del conjunto visitante y a un estupendo concertino en el célebre solo de violín del segundo movimiento. Hubo lugar para un solo bis y muy mezquino, la segunda parte de la Obertura de “Guillermo Tell” de Rossini, a partir, lógicamente, de la celebre fanfarria de trompetas. Al menos el glorioso sonido emparejo las carencias.


Donato Decina  

No hay comentarios:

Publicar un comentario