Orquesta Sinfónica Nacional, Director: Carlos Vieu. Solista:
Marcelo Balat (Piano). Programa: Luís Gianneo: “El Tarco en Flor”, Robert
Schumann: Concierto para Piano y Orquesta Op.54, Dimitri Shostakovich: Sinfonía
Nº 6. Auditorio de Belgrano, 05/09/14.
Con mucho de amor
propio por parte de todos, es decir, Director Invitado, Solista y Músicos, que
ponen lo mejor de sí mismos al servicio del espectador. Esa es. a mi juicio, la
mejor síntesis que puedo ofrecerles de la impresión que me causó el Concierto
de la Sinfónica Nacional en Belgrano el pasado Viernes. Y es así, porque con
condiciones adversas, falta de presupuesto, ensayos muy ajustados a veces, éxodo de instrumentistas de valía a los es
muy difícil reemplazar, solistas que cancelan, lo escuchado ahí fue creciendo
con el correr de la noche para convertirse en una faena muy buena.
Carlos Vieu fue el
Director convocado para la ocasión, para un programa en el que se incluyeron
obras que permitirían el lucimiento, Y supo aprovecharlas.
La sesión comenzó con
una digna versión de “El Tarco en Flor”, la hermosa pieza orquestal de Don Luís
Gianneo. A pesar de alguna pifia y algún desacople inicial, con el correr de la
interpretación se pudo apreciar detalles, lirismo y una magnífica intervención
del sector de Violoncellos en el inicio de la parte final.
Luego fue el turno
del Concierto para Piano y Orquesta de Schumann, con el concurso de Marcelo
Balat como solista. Pianista estable de la Orquesta y notable solista, hacía tiempo
que no lo podía apreciar y aquí lo encontramos maduro, con una musicalidad sin
fisuras, buen solido y técnica irreprochable. Vieu guió a la Nacional
en forma notable, con buen
feeling con el solista. Un pequeño desacople en la parte final del último
movimiento, en nada empañó la actuación, Balat mostró serenidad y aplomo ante
esa situación y encauzó el final de modo formidable. Un pequeño fragmento de
Schumann como sentido bis coronó su labor.
La parte final tenía
la expectativa de escuchar al Director en la Sexta sinfonía de Shostakovich. Y
realmente salí gratamente sorprendido. Fue una versión plena de enjundia, aun
cuando para mi gusto el “tempi” fue un poco mas lento de lo habitual, es decir,
no fue “Alla Rusa”. Aún así, el conjunto
mostró cohesión, sonido muy bueno, intervenciones decisivas de solistas como
Patricia Da Dalt en Flauta y Sandra Acquaviva en Flautín Píccolo y sectores
como Corno Ingles y Clarinete que
aportaron magníficamente lo suyo. Vieu sostuvo el pulso de la obra, mantuvo el
equilibrio, contuvo a la percusión y enfocó tanto la parte dramática como la
histriónica de la obra de manera acertada, luciéndose en el balance general.
Mas allá de las
limitaciones que he descripto, la Nacional está viva, goza de muy buena salud y
cuenta con un buen conductor invitado y el amor propio de sus integrantes que
mantienen la llama viva día a día
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