Mozarteum Argentino: Actuación de Joyce Di Donato
(Mezzosoprano), acompañada por David Zobel (Piano). En programa: Obras de Haydn,
Hasse, Häendel. Bellini, Rossini y Santoliquido. Teatro Colón: 20/08/14.
Y Joyce Di Donato regresó al escenario del Colón, una vez mas por
convocatoria del Mozarteum. Si en la anterior oportunidad su presencia sembró
mas dudas que certezas, aquí las segundas quedaron absolutamente desvirtuadas
con su nueva actuación. La elección del repertorio, sin dudas, fue mucho mas
acertada que en aquella ocasión, aunque por un instante pareció que la historia
volvería a repetirse, con un arranque en la cantata “Ariadna en Naxos” de Haydn
en la que no se la notó plenamente convincente.
Rápidamente quedó desterrada la idea, cuando anunció de viva voz que la
seguidilla siguiente de obras conformaba un segmento que Ella misma tituló
“Drama Queens”, con Arias y fragmentos de “Marc Antonio e Cleopatra” de Hasse y
nuestras mas conocidas “Giulio Cesare” y “Ariodante” de Händel, en la que hizo
gala de buen gusto, fraseo, entonación, afinación, estilo y actuación,
convenciendo en cada fragmento de punta a punta, en lo que terminó resultando el momento mas
pleno de la noche. La segunda parte del recital nos mostró a una interprete proponiendo al auditorio un “precalentamiento”
con “Dopo l’oscuro nembo” de la prácticamente desconocida entre nosotros
“Adelson e Salvini” de Vincenzo Bellini, que Di Donato ofreció con solvencia,
para luego acometer con simpatía y frescura dos de las mas reconocidas
canciones con el genio de Rossini “Beltá Crudele” y “La Danza”, en donde esta
última interpretación logró hacer estallar en aplausos rotundos a la
concurrencia. Significativa fue la inclusión del muy poco frecuentado Francesco
Santoliquido, compositor italiano que
viviera entre 1883 y 1971, con un ciclo de canciones de su autoría “I canti
della será” de 1908, en la que Di Donato fue ideal interprete, dejando
traslucir todos los estados de ánimo que cada canción trasunta. Así,
melancolía, amor, tristezas y alegrías fueron expuestas de manera rotunda. El
cierre, para terminar de meterse al público en el bolsillo, no sin antes
efectuar algunas de sus clásicas y diplomáticas “Zalamerías” con respecto a
Buenos Aires, su cultura y su público “Colonero”, y el actuar dentro de este
ciclo tras la intervención de Daniel Barenboim y quedarse un día mas entre
Ntros. para ver en teatro a Mischa Barishnikov y Willem Defoe, corrió por
cuenta de “Naqui all’afano” y el rondó final de “La Cerenentola”, caballito de
batalla de su repertorio, que cerró una inmejorable impresión para esta
actuación. Párrafo aparte, la solvencia en todo el recital de David Zobel con
un acompañamiento inmejorable desde el piano, dejando mejor impresión respecto
de la muy “lavada” que nos dejara en el
recital del 2012. Hubo bises, como el
final de “Zelmira” y “Duerme Negrito Duerme”, que sellaron el definitivo
romance con el público.
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