sábado, 9 de agosto de 2014

UNA INTEGRAL CON UN MERECIDAMENTE DIGNO FINAL




Orquesta Sinfónica Nacional: Sinfonía Nº 9 en Re menor Op.125 “Coral” de Ludwig Van Beethoven. Director: Pedro Ignacio Calderón. Solistas: Paula Almerares  (Soprano), Guadalupe Barrientos  (Mezzosoprano), Enrique Folger (Tenor), Lucas Debevec-Mayer (Bajo). Coro Polifónico Nacional, Director: Roberto Luvini. Auditorio de Belgrano, 08/08/14.

  Que en estos tiempos que corren, con tanto que se está hablando del Festival Barenboim, se haya podido llenar el Auditorio de Belgrano para escuchar la que tal vez sea la obra musical mas grande de todos los tiempos, es meritorio. Mas aún, con la casi nula difusión que se le brinda en los medios gráficos y televisivos, con una programación sujeta a vaivenes económicos, cancelaciones, posposición de fechas por razones particulares de los propietarios de la sala, etc., etc., lo que hace que haya que ser adivino para saber el repertorio a abordar y decidir si se concurre. Todo eso transcurrió entre Junio, fecha del ultimo concierto,  y mes de la anterior presentación de Orquesta y Director dentro del ciclo integral de las sinfonías de Beethoven, hasta ahora en que tuvo su cierre en esta oportunidad. Un final muy digno, con aristas muy interesantes, que pasaré a comentarles a continuación.

  Es interesante la decisión tomada por Calderón para Este concierto de que todos (orquesta, coro, solistas) se ubicaran desde el principio mismo de la interpretación en el escenario. Con esa decisión, se preservó la integridad de la ejecución, no se alteró el clima en la sala como habitualmente ocurre cada vez que el coro y los solistas entran a mitad de la obra, y el espíritu está, entonces, permanentemente flotando en el auditorio. Ello llevó  a que la entrada de los interpretes principales fuera rubricada por una sorprendente ovación de los presentes, la que se hizo mas sostenida aún al ascender Calderón al podio, síntoma de la evidente idolatría que el público habitué de éstos conciertos guarda por el titular de la Sinfónica y que obró como disparador anímico a lo que sobrevino después.  El  arranque mostró una Orquesta en búsqueda de un definitivo ajuste sonoro. Mientras las cuerdas actuaban con su proverbial sonido, llamó la atención, en cambio,  la respuesta por momentos hosca en los metales y, llamativamente, en algún viento, fundamentalmente oboe, que terminaría siendo el punto mas flojo de la noche. El movimiento de inicio fue expuesto con enjundia y la reiteración del la carga dramática del motivo principal fue lo suficientemente convincente.

 En el segundo, se transitaron carriles mas normales, aunque se mantuvo la tónica en la sección central de la emisión hosca por parte de los conos. Ya en el tercer movimiento, se pudo apreciar la distinción de la cuerda de la Nacional, llevando muy bien el discurso  musical como lo marca la partitura. En ambos movimientos, Calderón obró con mano firme, sosteniendo la interpretación con pulso ajustado y buen “tempi”.

  El final fue lo mas emotivo de la noche, con una introducción solemne, una exposición inicial del tema de la Oda muy bien llevado y entrando en materia vocal, Lucas Debevec-Mayer entonó muy bien la introducción inicial, aunque debería controlar una tendencia a la sobreactuación, la que se logra solo con paciencia. Guadalupe Barrientos con generoso caudal vocal, aportando su reconocida calidad  para su parte. Enrique Folger, espectacular en su pasaje solista, con solidos recursos y presencia escénica y Paula Almerares, magnífica en la parte final con ese pasaje difícil en el cuarteto de cierre, el que resolvió con un “filato” extraordinario. El Polifónico demostró porque hoy es el mejor conjunto vocal de la Argentina. La calidad de sus integrantes y el trabajo que desde hace mucho tiempo viene llevando a cabo Roberto Luvini, llevan a que el resultado de su actuación en esta novena sea sencillamente brillante. Ajuste, afinación, entrega, hacen que ese sea saldo de su actuación.

  Fue una versión de menor a mayor, que cerró dignamente una integral con un justo premio a la perseverancia de Pedro Ignacio Calderón. Directores como El son pocos en Ntro. Medio. Habrá que saber las fechas de sus presentaciones para seguirlo y disfrutarlo.


Donato Decina

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