sábado, 22 de marzo de 2014

POR SER PRE-TEMPORADA NO ESTA MAL



Concierto a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional, Director: Pedro Ignacio Calderón. Solista: Esteban Ignacio Calderón (Bandoneón). Programa Gioacchino Rossini: Obertura de la Opera “La Gazza Ladra”. Astor Piazzolla: Tres Tangos Sinfónicos para Bandoneón, Orquesta de Cuerdas, Piano, Arpa y Percusión. Wolfang Amadeus Mozart: Sinfonía Nº 36 “Linz”. Bolsa de Comercio de Buenos Aires (21/03/14).

  Calderón a los 80. Con un temperamento que le hace superar cualquier inconveniente. Una vez que sube al podio se transforma y surge en el una vitalidad que contagia. Y se vio reflejado al encarar la Obertura de “La Gazza Ladra” con la que se abrió  el concierto. Una vez mas el recinto de la Bolsa no ayudó con su acústica y en Rossini se notó. Por momentos la percusión y los bronces se “tragaron” al resto. A pesar de ello, Calderón mantuvo el pulso, tuvo buena perspectiva en los “Crescendos”, buen ritmo y logró una versión convincente.

  La parte central estuvo dedicada a Piazzolla y aquí el Director se dio el gusto de Dirigir a su Hijo Esteban,  Bandoneonista y Contrabajista, radicado en San Juan, con el que ofreció los Tres Tangos Sinfónicos. Sabido es que Calderón es gustoso de este repertorio. Su colaboración con Piazzolla es siempre recordada. Y si bien, esta no es una de sus mejores obras (en los tangos para conjunto está su mayor riqueza), Padre e Hijo mostraron conexión,  identificación y extrajeron todo lo posible de la obra. Aun cundo Esteban Calderón logró buen sonido, la acústica le jugó en mas de una vez una mala pasada, ya que al moverse  (Como la mayoría de los bandoneonistas), se aparta un poco del micrófono y ahí el sonido era devorado por la masa orquestal. Mas allá de eso, se lució y lograron con su Padre poner una nota de color. Justo es destacar también, el lucimiento que tuvieron Luís Roggero (Violín), Jorge Perez Tedesco (Violoncello) y Marcelo Balat (Piano) en sus respectivas partes solistas.

  La segunda parte fue íntegramente dedicada a la Sinfonía Nº 36 “Linz” de Mozart, un autor que no ha sido el fuerte del Director a lo largo de su trayectoria y que tampoco, en lo que a sus sinfonías respecta, ha merodeado mucho ultimamente los atriles de la Nacional. En favor de Calderón debo decir que  mantuvo el orgánico sin duplicar algunos sectores de la orquesta como le visto y escuchado en otras ocasiones (Sinfonía Nº 29 Con Filarmónica en el Opera hace ya seis años). La lectura que hizo, es un Mozart  como lo enfocaban los directores de primera mitad de siglo veinte, que aun hoy tienen adeptos, entre los cuales Calderón se encuentra. Y si bien Yo no me enrolo en esa corriente, no significa que aún hoy no sea valido y así lo entendió la mayor parte del auditorio que premió la labor, la que fue muy correcta y muy ajustada y que sirve para preparar a la agrupación para cosas mayores. Ese es el sentido de una Pre-temporada y por eso, no estuvo nada mal.

Donato Decina
                                                                                       


  

No hay comentarios:

Publicar un comentario