sábado, 27 de julio de 2013

INTERESANTE PRESENTACION

Orquesta Filarmónica de Buenos Aires : Concierto N° 9 de Abono. Director: Enrique Arturo Diemecke. Solista: Pablo Saraví (Violín). Programa: Edouard Lalo: Sinfonía Española para Violín y Orquesta. Félix Mendelssohn-Bartholdy: Sinfonía N° 4 (Italiana). Obertura (Op.21). Scherzo, Nocturno y Marcha Nupcial de la música incidental para “Sueño de una Noche de Verano” de Shakespeare (OP.61). Teatro Colón (25/07/13).

  La Filarmónica produjo se reaparición dentro del ciclo de abono, después de más  de un largo mes sin conciertos ante su público. Cuesta creer que se programen presentaciones tan espaciadas y a veces conciertos durante tres semanas seguidas,  y es inexplicable que mientras en la década del ochenta, que ciertamente no fué la más brillante, entre Abril y Noviembre se desarrollaban veintidós conciertos de abono y,  antes, conciertos de verano y pre-temporada de otoño. Hoy casi como un suelto y muy mal informados, tenemos algunas presentaciones esporádicas en la Usina de las Artes y alguna vez a las perdidas en el Anfiteatro de Parque Centenario. Podrá decirse que estuvieron acompañando el Ballet “Carmen”, pues bien, antes lo hacían y también simultáneamente, atendían el abono. Saque cada cual sus conclusiones.

    La velada llevó por rebuscado título “Gozos Mediterráneos”, pretendiendo unir la “Sinfonía Española” de Lalo, con la “Italiana” de Mendelssohn, aunque esta última fue compuesta por encargo en la estancia del músico en Londres y si al final le sumamos la música incidental de “El Sueño de una Noche de Verano”, cuesta creer el título de la velada.  Entremos de lleno en la misma.

  Para comenzar, Lalo. Y  fue una versión muy digna. Porque Pablo Saraví demostró ser una vez más un intérprete de fuste y Diemecke un acompañante ideal. Entre los dos construyeron una perfomance muy sólida, a la que algún ocasional desajuste no alcanza a opacar. Saraví tiene muy probada técnica y sonido que aquí quedaron puestas de manifiesto y la Filarmónica acompañó de manera muy solvente a su Concertino, aquí en el rol de solista. Hubo, delicadeza, buenas filigranas y ataques muy convincentes. Lo dicho, buena versión, rubricadas con aplausos y un Bach a modo de merecido Bis para el solista.

La segunda parte, íntegramente dedicada a Mendelssohn, comenzó con unas palabras del Director, fundamentalmente dirigidas al público neófito presente en la sala, para que no aplauda fuera de lugar, como ocurrió en Lalo y que motivo que el resto de la concurrencia reclamara silencio y el Director alzara su mano abierta en el mismo sentido. Ultimamente se observa que en el Colón ocurren estas cosas, sería bueno alguna advertencia o mensaje antes de comenzar cada función y es una manera de educar. También Diemecke mencionó que integrantes de la Academia Orquestal  hacían su primera experiencia como instrumentistas en la Orquesta en esta “Italiana”. Bienvenidos entonces al ruedo y felicitaciones, porque ayudaron, junto a los demás a que la versión sea muy buena, ajustada, pulcra y con buena dosis de matices. Interesante versión. El cierre cupo con la Obertura y Música Incidental para “El Sueño de una Noche de Verano”. Más allá  de que en mi opinión resulto una segunda parte muy sobrecargada con Obras de un mismo compositor para un repertorio Ultra convencional, la versión ofrecida tuvo la misma intensidad de la Sinfonía y mostró el Compromiso permanente del Director con este repertorio que cultiva y conoce a la perfección,  y que logró la ovación luego de la celebérrima “Marcha Nupcial” con que se cierra la obra, premiando una interesante faena, preparatoria de la Orquesta para las dos maratones que vendrán:  Quintas de Bruckner y Mahler, y esta última, a días de las interpretaciones de la Sinfónica Nacional (Calderón) y Filarmónica de Israel (Metha), Como para probarse y saber donde se está parado.

                                                   DONATO DECINA


 FOTO: GENTILEZA ARNALDO COLOMBAROLI 

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