por Emilio Cano Molina ( publicado en "Mundo clásico, 1998)
Händel era un extranjero que había osado triunfar con su mvsica en Inglaterra. Cuando las cosas no le fueron tan bien, la crítica cayó sobre él como una jauría hambrienta, burlándose de sus obras, de su aspecto, de su acento etc. La situación era tan desesperada en 1741 que había considerado seriamente volver a Alemania. Pero un libreto de un oratorio cayó en sus manos; el autor era Charles Jennens, famoso libretista, que había hecho una hermosa composición sobre el Mesías usando textos del evangelio y de los salmos. El libreto tenía por título Messiah, es decir, Mesías y no El Mesías como se le conoce en español. Jennens estaba especialmente satisfecho de este trabajo y se lo entregó a Händel no sin reservas. Acuciado por su paupérrima situación, Händel compuso El Mesías en 24 días sin siquiera una vez salir de su casa, sin apenas comer y usando algún material ya compuesto. El oratorio se estrenó en Dublín en 1742 y fue acogido con un inmenso éxito, cosa que tardó en pasar en territorio inglés. El propio Jennens no estaba muy de acuerdo con lo que Händel había hecho con su texto: "Este oratorio de Händel me ha desilusionado; después de todo suena bien, aunque él me prometió que trabajaría un año entero en esta obra y la haría la mejor de todas sus composiciones. Jamás pondré los trabajos más sagrados en sus manos, para que abuse así de ellos". A pesar de todo esto, la obra terminó ganándose el aprecio de todo el público.Antes de empezar a estudiar la mvsica conviene aclarar un detalle muy particular de esta obra: El Mesías no fue nunca una composición cerrada. Händel reescribió muchos de sus números en función de las disponibilidades con las que contaría en cada interpretación: calidad de los solistas, número de instrumentistas etc. Por esto, hablaremos de varias versiones de cada número. Siguiendo el precedente de ópera Italiana, Händel escribió dos de tipos de recitativo, seco y acompañado, y usó arias da capo. Por otro lado está la tradición, un factor que pesa mucho a la hora de interpretar esta obra y que no siempre permite una lectura imparcial de la partitura. Por ejemplo, la instrumentación: la partitura original contiene partes para violines, violas, violonchelos, contrabajos, fagot, clave, órgano y trompetas y timbales en un par de números. En algunas interpretaciones hay constancia de que Händel usó oboes para doblar a los violines en los coros y que usó trompas para doblar a las trompetas, aunque no hay nada que certifique que hiciera esto en cada ocasión. También hay registros que indican que Händel diferenciaba al menos seis tipos de cantantes en sus conciertos, dos sopranos, un contratenor, una alto, un tenor y un bajo. Otro detalle es que todas las partes del coro eran cantadas por cantores hombres, con niños cantando las partes de soprano y contratenores cantando las partes de alto. A tenor de los documentos que quedan (facturas, programas, particellas etc.) podríamos decir que cada interpretación de este oratorio era un reestreno del mismo.La primera parte se divide a su vez en dos; la primera de ellas habla sobre las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento. Empieza con una Sinfonía con dos secciones grave-allegro que es en realidad una obertura a la francesa. A continuación, el tenor canta el recitativo acompañado (=acompañado) Comfort ye acompañado por las cuerdas y que da lugar a la primera gran aria de este oratorio, Ev'ry valley en el que las líneas melódicas dibujadas por el tenor y por la orquesta nos muestran claramente como se elevarán los valles y se bajarán las montañas ante la llegada del Mesías, cuando la gloria del señor sea revelada. Ese es el título del siguiente número, el coro And the glory of the Lord, en el que la tradición y algunas particellas encontradas sugieren que los violines y/o las sopranos deben ser doblados por oboes, convención esta que también se aplica al resto de los coros. Es un coro de tempo ternario y de una gran alegría y vivacidad, lejos de los pesados tempos que le imponen algunos directores. El bajo inicia entonces el acompañado Thus said the Lord, en el que tanto el cantante como los violines hacen temblar los cielos y la tierra con sus coloraturas en semicorcheas. Llega entonces otra de las perlas de este oratorio, el aria But who may abide; este es uno de los números que tiene múltiples versiones, recitativo para bajo, aria para bajo y aria para contratenor, siendo esta última la versión más común y la más bella, donde en una segunda sección, prestissimo, sentimos el fuego de la fragua acompañado por rapidísimas sucesiones de semicorcheas, que aúpan al contratenor a la nota más alta (mi) para preguntarse quién quedará en pie cuando Él aparezca. And he shall purify, basado en un dueto italiano de Händel, es el primer coro de este oratorio en el que los cantantes deben afrontar largas coloraturas de semicorcheas, superpuestas en un suave contrapunto. La alto entona entonces el recitativo Behold, a virgin shall conceive que da paso a su primer aria,O thou that tellest, una magnifica cavatina en tiempo ternario a la que responde el coro en igual tempo e igual melodía. Los violines lentamente tocan semicorcheas en notas graves para dar la sensación de oscuridad que desprende el texto del acompañado For behold, subrayado por la voz del bajo. Todas las cuerdas en unísono le acompañan en su siguiente aria, la tenebrosa The people that walked in darkness. Curiosamente esto desemboca en uno de los coros más alegres y conocidos de El Mesías, For unto us a child is born con las más largas y bellas agilidades por parte del coro.Empieza ahora la parte que habla del nacimiento del Mesías, y lo hace con una Sinfonía Pastoral, que tiene dos versiones, una larga y una corta. A continuación, un conjunto de cuatro recitativos, dos secos y dos acompañados, cantados por una voz de soprano; Händel, en sus conciertos, siempre confiaba este papel a un niño. En estas minúsculas piezas se cita el evangelio de San Lucas, la anunciación a los pastores, y se da pie al grandioso coro Glory to God, con cuerdas y trompetas. En la partitura original, Händel indica que las trompetas deben estar a cierta distancia y sonar preferiblemente suave. Curioso. La siguiente aria es para soprano y Händel la reservaba siempre para la única aparición de la soprano principal; se trata de la conocida Rejoice. Tiene dos versiones, una escrita en cuatro por cuatro (tiempo binario) y otra en doce por ocho (tiempo ternario) que seguramente tuvo que reescribir para una soprano menos hábil. Quizá el más hermoso de los textos es el confiado a la alto en el siguiente recitativo Then shall the eyes que da pie a mi aria favorita: He shall feed his flock. Esta aria también tiene dos versiones, una para alto y soprano (cada una canta un tramo del aria, nunca cantan juntas) y otra exclusivamente para soprano. Este aria tiene un carácter pastoral muy similar a la Sinfonía Pastoral con la que se habría este fragmento de la primera parte dedicado a la Natividad del Mesías. Está escrita en tiempo ternario y habla de que el Mesías cuidará sus ovejas como un pastor y las llevará en su pecho. El texto tiene su continuación en el último número de la primera parte, el excepcional coro His yoke is easy, una pieza con curiosísimas agilidades en la que las sopranos del coro cantan un si bemol agudo. Este es el último de los coros basados en un dúo italiano de Händel. Es sin duda el más difícil de esta primera parte debido a las continuas respuestas que todas las voces del coro se dan entre sí y a la orquesta, aparte de las complejidades rítmicas, subrayadas por un bajo continuo que, con un alegre caminar de corcheas, cierra esta primera parte con una sensación de alegría y ligereza como la que indica el texto.
El Mesías es una obra tratada de forma muy irregular por el gran público. La segunda parte es de lejos la que más imágenes contiene sobre la vida de Cristo y la que transmite unos mensajes más profundos; sin embargo, se ha visto desplazada por la primera en virtud de los coros más brillantes de aquella.Esta segunda parte comienza explicando La misión de sacrificio del Mesías. Cristo se ha hecho carne para redimirnos a través de su muerte, y esto queda bien claro en el intenso coro que abre la segunda parte, Behold, the lamb of God. Le sigue no un aria de contralto, sino el aria de contralto, He was despised que anticipa la incomprensión que el Mesías recibirá de sus contemporáneos. En una segunda parte llena de fuerza y figuras rítmicas en las cuerdas, nos queda claro que esa incomprensión no impedirá a Cristo cumplir su misión. En el estreno de Dublin, la contralto Mrs. Cibber hizo tal interpretación de este aria, que un asistente saltó de su asiento y dijo: Mujer, por esto todos tus pecados deberían ser olvidados. Tres coros encadenados siguen a continuación: Surely, And with his stripes y All we like sheep. El texto de Isaías profetiza los sufrimientos que padecerá el Mesías por nuestra causa y cómo siguiéndole alcanzarémos la redención. El tema inicial deAnd with stripes fue usado más tarde por W.A. Mozart como tema del famoso Kyrie de su inacabado Requiem.Un violento acompagnato de tenor ilustra el rechazo de los judíos a Jesús y sirve de introducción a uno de los grandes coros de esta segunda parte He trusted in God. Estas dos piezas ilustran el momento en el que los judíos se mofan de Jesús en la cruz, diciéndole que llame a Dios para que le salve. La crucifixión se nos muestra en un acompañado de tenor Thy rebuke que da pie a un arioso, Behold, and see, de gran patetismo e intensidad, una obra maestra contenida en una sóla página de partitura. El siguiente recitativo He was cut off todavía habla de la crucifixión, pero da paso a La Resurrección expresada en el aria But thou didst not live. Estas dos secciones son cantadas por un tenor o por una soprano. Toda la humanidad levanta sus cabezas ante la resurreción del Mesías en el coro Lift up your heads, el único en todo el oratorio que está escrito para cinco voces, con dos grupos de sopranos, aunque retorna al esquema habitual hacia la mitad del texto. Es uno de los coros más largos, en el que los ritmos puntilleados señalan la admiración y alegría de toda la humanidad por la resurrección de Jesús.Para cantar La Ascensión de Cristo un recitativo de tenor da pie al magnífico coro Let all the angels of God, que nos conduce a una meditación más profunda sobre la ascensión, el aria para contratenor Thou art gone up on high, que también cuenta con una versión para bajo.Los apóstoles se dedican entonces a La predicación de la Palabra como vemos en el coro The Lord gave the word en el que las rápidas sucesiones de semicorcheas quieren mostrar a los apóstoles desperdigándose por todo el mundo para transmitir el Evangelio. El siguiente número es uno de los más interesantes del oratorio; se trata de How beautiful are the feet, un texto que alaba a los predicadores de la palabra de Dios. Existen dos versiones de este aria, una para soprano y otra para alto. Pero además existen una tercera y rara versión, un dúo de alto y contratenor que deja las últimas palabras al coro. Es ésta última la versión de más calidad musical y sin embargo no es frecuentemente grabada. El coro Their sound is gone out eleva a todas las voces del coro a lo más alto de su registro para mostrar cómo se divulga la palabra por el mundo.Sin embargo la humanidad no ha aprendido nada con el sacrificio de Cristo y parece necesario un segundo advenimiento que solucione el caos actual. Todo este mensaje se desarrolla en el siguiente grupo de obras. Why do the nationses una magnífica aria para bajo con terribles exigencias en cuanto a agilidades y afinación; tiene dos versiones, una corta y otra más larga, que suele ser la más habitual en grabaciones y conciertos. Ataca el fin de este aria el coro Let us break. Un recitativo de tenor da paso al aria Thou shalt break them que anticipa que el Mesías no tendrá piedad con los enemigos de la fe en su segundo advenimiento, advenimiento que todos celebraremos uniendo nuestras voces en el conocido coro Hallelujah. Sobre este coro se ha escrito ya de todo. En Inglaterra existe la tradición de escucharlo en pie, ya que en tiempos de Händel, cuando el rey lo escuchó por primera vez, se sintió tan arrebatado por su majestuosidad que no pudo menos que ponerse en pie para escucharlo mejor. La verdad es que aquel día, el pobre hombre sufría un terrible acceso de gases que no le permitieron estar sentado por más tiempo.
Llegamos ya a la tercera parte de este Oratorio. La esperanza de la vida eterna, conseguida por el sacrificio de Jesús, es lo que nos depara el primer número de esta parte, la dulce aria de soprano I know that my Redeemer liveth. Por su muerte hemos sido salvados y el coro Since by man medita sobre esta idea y muestra su alegría desbordante por este hecho. Un atisbo sobre El Juicio Final es lo que nos ofrecen los dos siguientes fragmentos, el recitativo de bajo Behold, I tell you a mystery que da pie a una de las más grandes arias de todo el repertorio barroco The trumpet shall sound donde el registro del solista es pues a prueba en una ardua lucha contra la trompeta. Este día simboliza el triunfo de Dios sobre la muerte, y toda la humanidad se ríe de ella en el recitativo de alto The shall be brought to pass y en el dúo de alto y tenor O death, único dúo de todo el oratorio, que da lugar a un coro de réplica But thanks be to God. Un aria de soprano o alto, según versiones, nos muestra la seguridad de que al lado de Dios nada puede pasarnos. Esto nos lleva al triunfo final del Mesías, en el impresionante coro Worthy is the lamb, secundado por la bellísima fuga Amen que pone un impecable broche a casi dos horas de oratorio.Finalmente, daré algunos detalles sobre las interpretaciones de esta obra. Fue estrenada en Dublín, en un hospital, a modo de concierto benéfico, el 13 de abril de 1742. Los dos estrenos que se hicieron en Londres fueron en la Semana de Pasión y en la Semana Santa. De todo esto, desprendemos que El Mesías no fue nunca un oratorio compuesto para Navidad, pero que el peso de la primera parte, la que más gusta al público en general, ha producido el traslado de las interpretaciones de El Mesías en las fechas navideñas.El Mesías es una de las obras mástroceadas de Händel. Es una de las obras grandes más interpretadas por coros amateur, quienes casi nunca la hacen entera, sino que recurren a selecciones que a menudo se basan casi exclusivamente en la primera parte y en las arias más brillantes de las otras partes, más el inevitable Hallelujah y el coro final. A principios del siglo XIX se pusieron muy de moda las interpretaciones masivas de El Mesías, siguiendo un poco la aureola que marcaban los estrenos de los oratorios de Mendelssohn.La gran cantidad de partituras originales que hay de El Mesías hace imposible hablar de una versión definitiva. No obstante las grabaciones tienden a unos determinados standars en cuanto a la elección de las mismas.La plantilla habitual para una interpretación de El Mesías puede ser un coro mixto, una orquesta de cuerda con dos oboes, un fagot, dos trompetas, timbales, órgano y clave. En cuanto a los solistas, lo habitual son cinco, soprano, alto, contratenor, tenor y bajo, aunque un niño soprano o incluso otra soprano más pueden ser bienvenidos.Mozart hizo una versión de este oratorio; cambió el texto original en inglés por una versión en alemán, rehizo la instrumentación, añadiendo instrumentos como el clarinete, eliminó algunos coros y rehizo algunos números con el mismo texto pero con su propia mvsica. La versión de Mozart que, durante muchos años, fue menospreciada por los intérpretes está siendo recuperada recientemente como una composición de Händel-Mozart con excelente recepción por parte de los más diversos públicos.
PARA ESCUCHAR:
Alish Tynan (Soprano), Alice Coote (Mezzo-soprano), Allan Clayton (Tenor), Matthew Rose (Bajo). Coro del King's College de Cambridge. Academy of Ancient Music. Director: Stephen Cleobury
Libreto con traducción castellana: http://www.kareol. es/obras/cancioneshandel/ elmesias/texto.htm
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