Actuación Del Flautista Emmanuel Pahud, junto a la Ferenc
Liszt Chamber Orchestra. Programa: Johann Sebastian Bach: Concierto
Brademburgués Nº 3 en Sol Mayor BWV 1048, Antonio Vivaldi : Concierto para
Flauta Op. 10 Nº1 “La Tempestad en el Mar”, Henry Purcell: Suite “Abdelazer”.
Federico el Grande: Concierto Para Flauta Nº 3 en Do Mayor. Frank Martin:
Balada Nº1 para Flauta, Orquesta de Cuerdas y Piano, Wolfang Amadeus Mozart:
Divertimento en Fa mayor Kv 138, Giuseppe Saverio Mercadante: Concierto para
Flauta y Orquesta Nº 2 en Mi Menor Op. 27. Mozarteum Argentino, Teatro Colón
28/05/13.
La intención de este
título es graficar como puede permitirse que un buen flautista nos visite sin
aprovechar al máximo sus indiscutibles valores y no pedir un mayor compromiso
para abordar obras de mayor dificultad técnica. Emmanuel Pahud es un muy buen
intérprete, con una técnica indiscutiblemente exquisita. Vino acompañado por la
Ferenc Liszt Chamber Orchestra, una agrupación que ya nos visitara en dos
oportunidades anteriores junto a Isaac Stern y a Nicolás André y que tuviera en
Janos Rolla a un estupendo Concertino y Guía. Los años pasan, los músicos
también y hoy por hoy puedo asegurar que cualquier grupo de cámara argentino de los conocidos está al nivel de esta
agrupación. Abordar barroco como se hizo en la primera parte del programa con
instrumentos convencionales, sin, al menos, un interprete de fuste guiando a
los músicos y con un solista que hacía “Correr” la partitura, sin un mayor
énfasis o al menos una idea o un matiz y con dos obras grupales que se las
escuchábamos allá lejos y hace tiempo a Ntra. Camerata Bariloche, que ni
siquiera ya las aborda, es un desperdicio. Una segunda parte con un Mozart sin
la menor inspiración, que parecía mas
bien para una tertulia musical o para
amenizar una comida, metido entre un
final convencional con Mercadante y el celebre tema que cierra el Concierto Nº
2 y la única obra jugada del programa,
hacen que realmente se tome al publico del Mozarteum como neófito sin saber de
los años que esta asociación lleva trayendo emprendimientos de alta calidad.
En cuanto al solista,
califico su desempeño en la única obra de valía del programa que a mi juicio
fue la Balada Nº1 de Frank Martin como sobresaliente con un entendimiento total
con el grupo camarístico que lo acompañó. Las tensiones y dificultades de la
partitura las resolvió de manera magistral. Entonces, si es así, por que no se
abordó algo en esa dirección y no como lo hizo, con un repertorio “para la
gilada”, que me hacía recordar a lo que realizaba el Yerno de Pavarotti junto a
Leone Maggiera durante los descansos de su suegro en los recitales de canto.
Eso tenía sentido como una Miscelánea, ahora aquí……
DONATO DECINA
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