jueves, 13 de junio de 2013

MI OTELLO EN EL TEATRO COLÓN

José Cura
(Spanish version by Zoe Cura)

CONTEXTO HISTÓRICO

               Aunque ha habido abundantes batallas entre los Venecianos y los Otomanos a durante el siglo XVI, he elegido fechar la producción de mi Otello en 1571, después de la batalla de Lepanto. Esta épica batalla, entre la Alianza Cristiana y el Imperio Otomano, es uno de los conflictos navales más legendarios en la historia.
                 Pero, ¿por qué Lepanto y no otra batalla? Shakespeare no hace ninguna aclaración sobre a qué conflicto se refiere y Cinzio, el escritor original de Otello en cuya novela el Bardo basa su obra, no menciona conflicto alguno… Es entonces que la libertad de un regista de imaginar un sitio y un tiempo entra en juego y en este, mi sitio y tiempo, hay un hombre: Miguel de Cervantes Saavedra. El número de citaciones que se refieren a la batalla de Lepanto en “Don Quijote” es notable, por lo que no pude resistir la tentación de usar la voz del legendario “Manco de Lepanto” para introducir el espectáculo.

ESCENOGRAFÍA
                      
                  La característica de la escena será la del “Teatro Épico Brechtiano”: una cortina negra rodeando todo el escenario (sin pretensión de realismo espacial), las paredes del Castillo “cortadas” dentro del disco giratorio como si un sacacorchos hubiese destapado el mundo claustrofóbico de Otello. Las tres escenas (Playa, Sala, Dormitorio) son realistas en sí mismas, pero no en su relación arquitectónica: las ventanas de la Sala se abren a nivel de la Playa (improbable en un fuerte), la entrada principal del Castillo, desde la Playa hasta la Sala, conecta directamente el exterior con la zona privada, en vez de con un patio, y así sucesivamente. Esto está hecho con el fin de mantener la continuidad de la acción, guiando la vista de un ambiente a otro, según las necesidades del libreto, incluso dentro de un mismo acto. El público tendrá la impresión de que el proscenio es el cuadro de una cámara cuyo objetivo es sus propios ojos, una cámara que sigue la obra rodeando la “zona de acción”, restringida ésta al plato giratorio. Solo Iago, el “titiritero”, tiene la posibilidad de “existir” fuera de este mundo, saliendo de él para dirigirse directamente a la audiencia: el “anfitrión del Diablo” ni siquiera necesita ver el “mundo de los humanos” detrás él para saber lo que está ocurriendo…

VESTUARIO



                     El vestuario ha sido diseñado mezclando la moda de finales del Medioevo con la de principios del Barroco. Chipre era una “zona de paso”, un puerto para el aprovisionamiento y los negocios (de aquí el interés comercial detrás del gran número de guerras por poseer la isla) y debido a eso, una tierra de características multirraciales. No era extraño ver atuendos de lo más variados en Chipre, y la interacción entre culturas y religiones era, gracias al dios común, el dios dinero, menos conflictiva de lo que podríamos imaginar. Nada nuevo bajo el sol…

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