Mozarteum Argentino:
Actuación de la Royal Concergtebow Amsterdam (Holanda), Director: Mariss
Jansons. Solista: Denis Matsuev (Piano). Programa: Rachmaninoff: Rapsodia Sobre
un tema de Paganini Op. 43. Mahler:
Sinfonía N° 1 en Re Mayor “El Titán”. Teatro Colón (29/06/13).
La mejor forma para
introducirlos a Uds. en este comentario es la del título. Sin dudas el héroe de
la noche en el Colón se llamó Denis Matsuev, un concertista fuera de serie que
conoce la obra que aborda hasta en los más mínimos detalles y saca hasta el más
ínfimo detalle de las profundidades de la misma. La versión ofrecida de la Rapsodia sobre un tema
de Paganini de Rachmaninoff, se inscribe en Mí como la más perfecta que quién
les escribe haya escuchado en vivo jamás y con esto creo decirles todo. Cada
frase tuvo sentido. Cada gesto, cada enfoque tuvo color, profundidad,
sentimiento y en esto también vaya mi reconocimiento a Mariss Jansons como
acompañante y a la Royal Concertgebow como el vehículo transportador, por saber
tejer con Matsuev una complicidad maravillosa que va más allá de una simple
colaboración. Hemos escuchado orquestas rusas en esto, con solistas de valía. Sin embargo, sea por tradición,
historia o calidad, la Royal Concertgebow fue desde la batuta del director
Letón la acompañante ideal y Matsuev el solista perfecto. Al calor que brindo
su versión, le adosó una maravillosa interpretación de Octubre de “La
Estaciones” de Tchaikovsky y una improvisación al mejor estilo de la venezolana
Gabriela Montero, donde partiendo de “Tiernamente”, aquella canción
inmortalizada por Frank Sinatra, atravesó los temas más populares de Rapsodia
en Blue de Gershwin y acordes conductores mediante, nos dimos cuenta que
nuevamente estaba improvisando sobre el Rachmaninoff que recién acababa de
tocar, con un sonido robusto y toque perfecto que superó en mucho a aquellos
jeroglíficos que Arcadi Volodos realizara en la misma sala (y tal vez el mismo
piano) el año pasado, superándolo (Matsuev) en calidad apabullantemente. Creo
que estamos en presencia de un enorme intérprete del que muy pronto diremos de
El lo de siempre, “Yo lo vi tocar muy joven acá con la Concertgebow una noche de Sábado, Rachmaninoff, mi Dios lo
que fue…..”.
La Sala volvió a
lucir como en los días más grandes y felices, con músicos de Ntras. Orquestas
de pie en los pasillos, ávidos de escuchar el plato fuerte. Una de las
especialidades de la Casa, Mahler, “El Titán”. Sin embargo, me sentí
decepcionado. No por la calidad de la agrupación, que está fuera de toda
discusión, sino por el enfoque del Director. Hace muchos años , en mi anterior
etapa de Radio, en la página web que tenía la Opera del Buen Ayre, donde
hacíamos prácticamente lo mismo que en este blog, al opinar sobre una Primera
de Mahler en el Coliseo por Jonathan Nott y la Sinfónica de Bamberg, titulé a
mi comentario “Cuando con ser prolijo no Alcanza”. Y a esta versión la
titularía de igual manera. Mucha
elegancia, pulcra gestualidad, precisión en los ataques, desbordes contenidos.
¡¿Y dónde está Mahler?!, tal vez se haya quedado en Kalischt, donde nació,
porque por el Colón pasó desapercibido. No puedo entender como un conductor
como Jansons, con su reconocida trayectoria pueda confundir la sección central del
segundo movimiento, que es un vals campesino de la región bohemia con un vals
vienés, me niego a creerlo. ¿Cómo se puede “ralentar” la gloriosa coda final
que cierra la sinfonía, donde las trompetas llevan el tema de gloria, hasta
llevarlo a algo tan rutinario y anodino?. De la misma manera puedo decir del
tercer movimiento que resulto terriblemente pesado para sobrellevarlo como
oyente y esto, en una Primera de Mahler, es gravísimo. No pasó ¡ABSOLUTAMENTE
NADA!.
Pese a los reclamos
del público, Jansons no hizo bises,
afortunadamente. Basta para mí.
DONATO DECINA
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