domingo, 30 de junio de 2013

¡GRACIAS POR EL FUEGO, MATSUEV!

Mozarteum Argentino: Actuación de la Royal Concergtebow Amsterdam (Holanda), Director: Mariss Jansons. Solista: Denis Matsuev (Piano). Programa: Rachmaninoff: Rapsodia Sobre un tema de Paganini  Op. 43. Mahler: Sinfonía N° 1 en Re Mayor “El Titán”. Teatro Colón (29/06/13).


La mejor forma para introducirlos a Uds. en este comentario es la del título. Sin dudas el héroe de la noche en el Colón se llamó Denis Matsuev, un concertista fuera de serie que conoce la obra que aborda hasta en los más mínimos detalles y saca hasta el más ínfimo detalle de las profundidades de la misma. La  versión ofrecida de la Rapsodia sobre un tema de Paganini de Rachmaninoff, se inscribe en Mí como la más perfecta que quién les escribe haya escuchado en vivo jamás y con esto creo decirles todo. Cada frase tuvo sentido. Cada gesto, cada enfoque tuvo color, profundidad, sentimiento y en esto también vaya mi reconocimiento a Mariss Jansons como acompañante y a la Royal Concertgebow como el vehículo transportador, por saber tejer con Matsuev una complicidad maravillosa que va más allá de una simple colaboración. Hemos escuchado orquestas rusas en esto, con  solistas de valía. Sin embargo, sea por tradición, historia o calidad, la Royal Concertgebow fue desde la batuta del director Letón la acompañante ideal y Matsuev el solista perfecto. Al calor que brindo su versión, le adosó una maravillosa interpretación de Octubre de “La Estaciones” de Tchaikovsky y una improvisación al mejor estilo de la venezolana Gabriela Montero, donde partiendo de “Tiernamente”, aquella canción inmortalizada por Frank Sinatra, atravesó los temas más populares de Rapsodia en Blue de Gershwin y acordes conductores mediante, nos dimos cuenta que nuevamente estaba improvisando sobre el Rachmaninoff que recién acababa de tocar, con un sonido robusto y toque perfecto que superó en mucho a aquellos jeroglíficos que Arcadi Volodos realizara en la misma sala (y tal vez el mismo piano) el año pasado, superándolo (Matsuev) en calidad apabullantemente. Creo que estamos en presencia de un enorme intérprete del que muy pronto diremos de El lo de siempre, “Yo lo vi tocar muy joven acá con la Concertgebow  una noche de Sábado, Rachmaninoff, mi Dios lo que fue…..”.
  La Sala volvió a lucir como en los días más grandes y felices, con músicos de Ntras. Orquestas de pie en los pasillos, ávidos de escuchar el plato fuerte. Una de las especialidades de la Casa, Mahler, “El Titán”. Sin embargo, me sentí decepcionado. No por la calidad de la agrupación, que está fuera de toda discusión, sino por el enfoque del Director. Hace muchos años , en mi anterior etapa de Radio, en la página web que tenía la Opera del Buen Ayre, donde hacíamos prácticamente lo mismo que en este blog, al opinar sobre una Primera de Mahler en el Coliseo por Jonathan Nott y la Sinfónica de Bamberg, titulé a mi comentario “Cuando con ser prolijo no Alcanza”. Y a esta versión la titularía de igual manera.  Mucha elegancia, pulcra gestualidad, precisión en los ataques, desbordes contenidos. ¡¿Y dónde está Mahler?!, tal vez se haya quedado en Kalischt, donde nació, porque por el Colón pasó desapercibido. No puedo entender como un conductor como Jansons, con su reconocida trayectoria pueda confundir la sección central del segundo movimiento, que es un vals campesino de la región bohemia con un vals vienés, me niego a creerlo. ¿Cómo se puede “ralentar” la gloriosa coda final que cierra la sinfonía, donde las trompetas llevan el tema de gloria, hasta llevarlo a algo tan rutinario y anodino?. De la misma manera puedo decir del tercer movimiento que resulto terriblemente pesado para sobrellevarlo como oyente y esto, en una Primera de Mahler, es gravísimo. No pasó ¡ABSOLUTAMENTE NADA!.

  Pese a los reclamos del público, Jansons no  hizo bises, afortunadamente. Basta para mí.


DONATO DECINA

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