sábado, 4 de mayo de 2013

UNA PRIMAVERA EN OTOÑO NO HARA JAMAS UN VERANO


Concierto a cargo de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. Director: Alexis Soriano. Solista: Pascal Roge (Piano). Programa: Gilardo Gilardi: “Gaucho con Botas Nuevas”. Wolfang Amadeus Mozart: Rondo para Piano y Orquesta en La Mayor K 386. Francís Poulenc: Concierto para Piano y Orquesta. Robert Schumann: Sinfonía N°1 “Primavera”. Teatro Colón 02/05/13.


El porque titulo de esta manera mi crónica, remite al nombre que se le impuso a esta velada: “Primavera en Otoño” y juego con El, parafraseando al dicho que dice que “Una golondrina no hace verano”. Pues bién, ya que las otras estaciones no hacen un verano, esta velada tampoco lo hará y más bien en las próximas semanas la misma agrupación con sus próximos conciertos harán borrar de la memoria de los asistentes la floja perfomance oída el Jueves pasado.

   La “humorada sinfónica”(como el Compositor la tituló) “Gaucho con botas nuevas” fue escrita por Gilardo Gilardi en la década del treinta del siglo pasado y en su programa nos cuenta en música la estampa de un gaucho de Ntras. Pampas, orgulloso de su porte y de esas botas que está estrenando para salir con su “prienda”. Hemos escuchado muchas versiones, las mas de las cuales se redujeron a lecturas rutinarias, mas por el compromiso de abordar una obra argentina al abrir una velada. Aquí , sorprendentemente, encontré lo mejor de la noche. Justa y Equilibrada serían los calificativos que mejor encuadran para la versión ofrecida, con un respeto del Director por la “síncopa” argentina, pero carente de “chispa”, dado que necesitaría más tiempo para empaparse en la verdadera idiosincrasia sobre la cual la música está escrita. Aun así celebro el esfuerzo de hacer lo mejor posible las cosas y valió.
  Que Pascal Rogé es uno de los solistas más valorados en los últimos tiempos por el público porteño no es ninguna novedad. Sabido es que cuando aborda una partitura francesa genera expectativas. Había antes un Mozart y la impresión es que fue una lectura de compromiso, tanto de la Orquesta, que al menos sonó pulcra,  y un Rogé llamativamente impreciso y por momentos incómodo. Creo que la obra debería haberse suprimido del concierto. No aportó nada y, al contrario, dejó al desnudo una fragilidad alarmante. Que bien pudo condicionar la obra posterior, el concierto para Piano y Orqueta de Francis Poulenc que nos dio por un lado al mejor Rogé, haciendo gala tanto de sus condiciones interpretativas como de la generación de “climas” que efectúa en cada obra que aborda, pero por el otro, un esfuerzo por encontrar estilo y que las cosas lleguen a buen puerto. Faltó mucho juego, tanto como en las citas irreverentes al neoclasicismo a las que el compositor era adícto , como a los “tempi” “jazzísticos” que Poulenc incluye en la obra.  En resumen Roge, estaba en la obra. Soriano, preocupado porque no la encontraba. Con todo el francés tuvo tiempo de desquitarse con una versión “soberbia” de la primera de las “Gymnopedies” de Eric Satie en la que puso todos los condimentos que elogio en los párrafos anteriores,  a modo de bis.

     La sesión cerró con una poco imaginativa y por momentos desbordada versión de la Primera sinfonía “Primavera” de Robert Schumann que hizo  dar el nombre de “Primavera en Otoño” a la temática de la sesión. A una fanfarria inicial más digna de un Rimsky pero que nada tiene que ver con Schumann, siguió una serie de desbordes de todos los sectores y a un Director preocupado por amalgamar a las familias de instrumentos y llevar adelante las cosas lo mejor posible. Solo en el tercer movimiento logró a medias una aproximación apenas discreta a Schumann y encontrar el estilo. Demasiado poco para abordar la obra de un Gigante de la Musica.

                                                                      DONATO DECINA
Foto: Gentileza Arnaldo Colombaroli

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