jueves, 30 de mayo de 2013

CANTANTES DEL PASADO

La soprano chilena Sofía del Campo

Viernes, Mayo 28th, 2010 (óperasiempre.es)



Sofía del Campo (1884-1964)
  Por Juan Dzazópulos Elgueta
Mayo 2010
Sofía del Campo de la Fuente nació en Santiago (Chile) el 16 de octubre de 1884, en el seno de una de las familias más distinguidas de la sociedad de la época. Fue su padre don Moisés del Campo y Hermida, quien a la vez era hijo de doña Ramona de Hermida, Marquesa de Peña Blanca, y descendiente de Guzmán el Bueno.
Su madre fue doña Sofía de la Fuente y Bravo, de quien se dice fue una de las bellezas de su tiempo, pianista de gran virtuosismo y poseedora de una hermosa voz de coloratura. El abuelo materno de Sofía del Campo fue fabricante de instrumentos musicales; de su labor artesanal proceden algunos de los mejores órganos de tubos que se conservan en Chile.
Desde muy niña, Sofía mostró inclinación y condiciones para el canto. Su propia madre le enseñó los rudimentos de ese arte y a los nueve años de edad se presentó por primera vez en público, cantando ‘Tantum Ergo’ en la Iglesia de Nuestra Señora de la Estampa, acompañada al órgano por su madre.
A los diez, comenzó a tomar lecciones de piano con Federico Lange, hasta que entró al Conservatorio Nacional de Música, a los 14 años. De inmediato se mostró como una destacada alumna de canto, lo que le valió ser tomada como alumna, en forma especial, por la esposa del Director del Conservatorio, Ana Hartam. Cuando Mme. Hartam dejó Chile para asumir la dirección del Conservatorio en Leipzig, Sofía continuó sus estudios de canto con Ana Luisa Cuevas.
Después de algunas audiciones privadas, Sofía del Campo se presentó por primera vez en un concierto, en el Salón de la Sociedad Filarmónica de Valparaíso, el 30 de julio de 1899. La sorpresa que recibió el público de Valparaíso se refleja en algunas informaciones de la época:
“En primera línea —decía el diario La Unión— debemos hacer un elogio, bien merecido por cierto, de la señorita Sofía del Campo, niña de 14 ó 15 años de edad. Es una soprano tal que nos atrevemos decir sin temor a contradicción, pocas veces se habría oído en Valparaíso otra igual. Con voz poderosa, genuina, tanto en el registro alto como en el bajo, canta con gran sentimiento. En el ‘Vals’ de Romeo y Julieta de Gounod y en las ‘Variaciones’ de Proch, tuvo la distinguida soprano ancho campo para lucir sus sobresalientes dotes. En esta última pieza cantó primorosamente; su voz argentina llenó la sala con las vibrantes notas de su privilegiada garganta. La concurrencia entusiasmada le prodigó prolongados aplausos, y ella tuvo que acceder a sus aclamaciones, cantando ‘La Zíngara’ de Schumann”.
El Mercurio:
“Nunca nos imaginamos encontrarnos con tan magnífica voz de soprano ligera, ni mucho menos con una ejecutante de primer orden, como es la señorita Sofía del Campo. Su voz es poderosa, fresca, bien timbrada y recorre el diapasón sin decaer en amplitud, desde las notas más agudas hasta las más bajas, que ella emite con especial vigor y sonoridad. Cuando uno no mira y oye aquella voz cantar con tanta entereza y fuerza de expresión, se imagina que está en presencia de una artista experimentada. Y, sin embargo, la señorita Del Campo es una niña de 15 años”.

Como resultado de esta presentación, el propio Presidente de la República obtuvo para ella una beca que le permitiría ir a Europa para perfeccionar sus estudios de canto. Esta inesperada oferta provocó uno de los reveses más grandes de toda su carrera. Toda su familia se escandalizó ante la sola idea de que Sofía pudiera convertirse en artista. Rehusaron de plano la oferta del gobierno y enviaron a Sofía a Valparaíso, lejos de las nefastas influencias de la capital. Ello no fue impedimento para que la cantante se presentara en algunos conciertos de caridad en la región, siempre con mayor éxito y mayores recriminaciones de su familia.
El 30 de agosto de 1903 se casó con Alberto Byers Salm, de cuyo matrimonio nacieron cuatro hijos: Virginia, Alberto, Enrique y Johnnie. Sin embargo, después de tan solo cinco años de matrimonio, Sofía quedó viuda al morir su marido de tifus.

En 1911 se casó con Héctor Aldunate Cordovés, con quien tuvo dos hijos: María Esther (1912-1987) y Luis (1913-1994). Digamos ya que María Esher Aldunate del Campo iría a convertirse con el tiempo en la popular Rosita Serrano, destacada cantante de music hall, cine y variedades en el Berlín de los años treinta, pero ésa es otra historia.
Por esos años Sofía del Campo conoce al maestro italiano Mario La Mura, radicado en Valparaíso. Con él reanuda sus lecciones de canto y comienza a formar su repertorio operístico. En septiembre de 1914 se presenta en conciertos de beneficencia y el 22 de diciembre de 1914 se produce su debut operístico en el Teatro Victoria de Valparaíso, dirigida por el propio La Mura, en la ópera Lucia di Lammermoor. El resto del reparto estuvo formado por alumnos de La Mura, ninguno de los cuales tuvo nombradía internacional.
Las funciones de Lucia se repitieron en el Teatro Municipal de Santiago (enero 1915), al igual que las de Rigoletto, en mayo del mismo año. Todo el resto de 1915 estuvo dedicado a conciertos en distintos teatros de Santiago y Valparaíso, siempre de beneficencia. Hay un lapso de dos años en los que se pierden las huellas de Sofía del Campo, posiblemente dedicada al cuidado de sus pequeños hijos.
En mayo y agosto de 1918 vuelve a aparecer su nombre en conciertos en las ciudades de Concepción, Talcahuano, Santiago y Valparaíso.
Durante el mes de septiembre de 1918 se presentó en el Teatro Victoria de Valparaíso la Compañía de Ópera de Adolfo Bracale, que traía como gran figura a la “diva” catalana María Barrientos. Barrientos cantó ocho funciones de las óperas Lucia di Lammermoor, Il barbiere di Siviglia, Rigoletto, La Traviata, La Sonambula y Gli Ugonotti (esta última el 27 de septiembre). Ante el enorme éxito, el empresario le pidió que cantara algunas funciones más. La Barrientos se negó rotundamente y prefirió regresar a España.
Desesperado, Bracale toma una decisión arriesgada y contrata a Sofía del Campo para que se presente en el Teatro Victoria y cante las funciones programadas para la Barrientos.
El debut de Sofía fue el 29 de septiembre con Rigoletto junto a la mezzosoprano Flora Perini, el tenor José Palet, el barítono Augusto Ordóñez y el bajo Virgilio Lazzari. El 1 de octubre cantó Lucia di Lammermoor junto a José Palet, el barítono Mario Valle y el bajo Lazzari. Obtuvo tal éxito que debió repetirse la ópera, con el mismo elenco, el día 3 de octubre. El 5 de octubre volvió a cantar Rigoletto con el mismo reparto anterior, pero además agregó a la función el primer acto de La Traviata junto al tenor Ludovico Olivero.
La última función de Sofía del Campo fue el 6 de octubre, ocasión en que cantó el rol de Margarita en Gli Ugonotti junto a la soprano Louise Taylor Darclée (Valentina), Flora Perini (Urbano), José Palet (Raul), Mario Valle (Nevers) , Virgilio Lazzari (Marcello) y Giuseppe La Puma (Saint Bris). El programa anunciaba que “antes del cuarto acto, Sofía del Campo cantará el Rondó de Lucia di Lammermoor y las ‘Variaciones’ de Proch’”. Todas las funciones fueron dirigidas por el maestro Amadeo Ferrer.
El éxito obtenido en estas funciones impulsa al director Alfredo Padovani a contratarla al año siguiente, para el Teatro Municipal de Santiago, en funciones de Lucia, junto al tenor Pedro Navia y el barítono Emanuele Martínez —ambos chilenos— (13 y 21 septiembre, 1 octubre); Rigoletto, con Pedro Navia, Elena Lucci, Mariano Stabile, Mario Pinheiro (17 septiembre, 5 y 12 octubre); y Amleto (Hamlet), junto al barítono Taurino Parvis, el bajo Giuseppe Quinzi-Tapergi y la mezzo Elena Lucci (una sola función el día 28 de octubre, “en honor de Sofía del Campo”, según se lee en los avisos de la época). Las funciones deLucia y Rigoletto se repitieron con igual éxito en Valparaíso y Concepción durante el mes de noviembre de 1919.
En 1920 realiza una extensa gira de conciertos por diversas ciudades sudamericanas, incluyendo Buenos Aires, Montevideo y Lima. A fines de ese año está de vuelta en Chile, cantando Rigoletto y Lucia durante los meses de noviembre y diciembre, en la Compañía Lírica Nacional del Maestro Pablo Vos, en el Teatro Santiago de la capital y el Teatro Victoria de Valparaíso.
Repite sus recitales en 1921 y 1922, por diversas ciudades de Chile y Argentina. Hay noticias luego de diez exitosos conciertos en el Teatro Odeón de Buenos Aires, en 1924, y un Rigoletto, en el Teatro Victoria de Valparaíso, con Roberto D’Alessio, Carlo Morelli y Gaudio Mansueto, el 29 de octubre.

             Sofía del Campo. Fotografía de G. I. Manuel Freres. 47, Rue Dumont d'Urville. París.

            Hay noticias posteriores de una presentación en Roma con la Filarmonica Reale, y otra ante los embajadores de la Liga de las Naciones, en Ginebra. Esta última tuvo lugar el 18 de septiembre de 1925 (coincidiendo con el aniversario patrio de Chile) y, además de Sofía del Campo, se presentaron el pianista Claudio Arrau y el violinista Ernesto Valdivia Palma. En noviembre de 1926 da un aplaudido concierto en la Salle Gaveau de París.
En 1927 se presenta en un concierto en el Teatro Forero (hoy Municipal) de Lima, acompañada al piano por el maestro Federico Gerdes. El segundo concierto que había programado no pudo llevarse a cabo por haber tenido que ser operada, de urgencia, de apendicitis.

Durante 1927 reside en New York. Realiza sus primeras grabaciones para el sello Victor en abril de ese año y se presenta por radio, el 9 de noviembre, por la WEAF NETWORK como solista de los conciertos AEOLIAN. El programa consistió en: 1. Delicia (Beethoven); 2. Mireille: Gran Vals (Gounod); 3. Serenade (Gounod); 4. Clavelitos (Valverde). A continuación, fue contratada para cantar solos durante una semana, a partir del 11 de noviembre, en el Strand Theatre.
También en noviembre debuta con un recital en el célebre Carnegie Hall y el 18 de diciembre canta en la Brooklyn Academy of Music, en un concierto a beneficio del Hogar para Huérfanos judíos “Pride of Judea Orphans Home”. En este concierto también participa el célebre cantorJoseph Rosenblatt, el violinista Ben Levitzky y el pianista Edoaurd Hesselberg.
En marzo y abril de 1928 tiene varias sesiones de grabación para la Victor, en New York y Camden. El 3 de mayo se embarcó en New York en la nave “Teno”, con los pasajes pagados por el Gobierno de Chile presidido por don Carlos Ibáñez del Campo. En julio realizó una serie de “conciertos populares” tanto en Santiago como en Valparaíso, en los que es acompañada al piano por Charles Magnan, Marqués de Chavigni, y el flautista de la Scala Francesco Mattia, según se lee en los programas. En estos “Ciclos de Divulgación Artística” cantaba, además del repertorio tradicional, numerosos temas de compositores latinoamericanos, varios de los cuales llevó al disco

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