sábado, 8 de octubre de 2016

QUE SEA EL COMIENZO DE MAYORES INTERCAMBIOS

Centro Cultural Kirchner (Sala Sinfónica): Presentación de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires: Director: Luís Gorelik. Solista: Lucrecia Jancsa (Arpa): Programa: Francois-Adrien Boieldieu: Concierto para Arpa y Orquesta en Do mayor,  Op. 82. Igor Stravinsky: “Petrushka” (Versión 1947). 22 de Setiembre de 2016.

  Esperemos que sea el tiempo de dejar atrás rivalidades a veces absurdas y que estos muy buenos intercambios perduren en el tiempo. Muchas formaciones del interior del País habían pasado por la “Ballena Azul”, en cambio, organismos de la Ciudad de Buenos Aires ni siquiera aparecían en la grilla de invitados. Independientemente de la política, finalmente la invitación le llegó a la Filarmónica de Buenos Aires, que aceptó el convite. Originalmente se anunció la presencia de Enrique Arturo Diemecke en el podio e inclusive así lo anunció la Revista Teatro Colón en su último número. Cuarenta y Ocho horas antes de la presentación, el Colón, a través de su oficina de prensa, dio cuenta que Luís Gorelik, Titular de la Orquesta Nacional de Música Argentina “Juan de Dios Filiberto” y de la Sinfónica Provincial de Entre Ríos,  sería el conductor en el concierto sin otras precisiones.
  Hubiera sido muy bueno contar con la presencia del Director Mexicano en el podio, junto a la agrupación de la que es titular, teniendo en cuenta que el año anterior tuvo a su cargo con un éxito rotundo el concierto mas exitoso que este cronista haya presenciado en esta joven sala, cuando junto a la Nacional y al Polifónico ofrecieran una de las mas imponentes versiones de la Sinfonía “Resurrección” de Mahler que se recuerde. Mas allá de eso,  Luís Gorelik estuvo a la altura de sus antecedentes y de las circunstancias y ofreció una sesión digna del mayor elogio.

  Con la participación solista de Lucrecia Jancsa en Arpa, se escuchó el célebre concierto de Boieldieu. Una magnífica intervención de la solista, con matices, sutilezas, juegos de colores y de sonoridades y un perfecto entendimiento con el Director y  la Orquesta, que agradó a la concurrencia que cubrió aproximadamente en un 70 por ciento el auditorio, la que se vió recompensada luego con una magnífica versión de “Petrushka” en la versión reducida del autor de 1947. Gorelik demostró toda su capacidad para guiar con coherencia y precisión al conjunto e interpretar la partitura con profundidad en una presentación que en ningún momento decayó.

  El punto mas interesante de la noche fue apreciar en el auditorio a la Filarmónica, la que ratificó ahí su condición de mejor orquesta argentina de la actualidad. Sonó clara, diáfana, transparente en el sonido, tal como se la percibe siempre en el Colón.

  Lo interesante ahora sería que en reciprocidad se la pueda escuchar a la Sinfónica Nacional en el Colón. Esa es la razón principal de  todo esto, de intercambiar y compartir se trata.


Donato Decina

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