POR FIN VOLVIO A LOS
ATRILES
Orquesta Sinfónica Nacional: Héctor Berlioz: “Romeo Et
Juliette”, Op. 17: Director Facundo Agudín. Solistas: Alejandra Malvino
(Mezzosoprano), Ricardo González Dorrego (Tenor), Hernán Iturralde (Bajo). Coro
Polifónico Nacional: Director Invitado: Ariel Alonso. CCK, Sala Sinfónica, 27
de Julio de 2016.
Los memoriosos (Yo no
me ubico en este lote), aseguran que han
transcurrido mas de cuarenta años (leyó bien) desde la última vez en que esta
partitura de Héctor Berlioz se ubicó en los atriles de las Orquestas Argentinas
para ser interpretada en su totalidad. Sí recuerdo que los fragmentos
orquestales fueron ofrecidos en un concierto de verano de la Filarmónica de
Buenos Aires en la sala del Colón alrededor de 1986 con el extinto Reynaldo
Zemba en el podio. Como quiera que sea, la Sinfónica Nacional, que en los últimos años ha venido ofreciendo
partituras de este gigante de la música francesa como el “Requiem” o la
“Sinfonía Fantástica”, resolvió incorporarla a la programación del corriente
ciclo y Facundo Agudín ha sido quien la ha preparado y concertado. ¿Cómo
definir este trabajo, al que ni siquiera en los créditos y en las grabaciones
se le asigna un tipo de trabajo?. ¿Cantata?. ¿Sinfonía con solistas y coro?. Lo
mas seguro es que se trate de Esto último,
y en dos sesiones se la ofreció. Asistí a la primera de Ellas y esta es,
entonces, mi opinión.
Es una composición de
muy largo aliento, que requiere una importante masa orquestal, otra no menos
importante masa coral, y tres solistas
de importancia, los que mas allá de interpretar cada uno de ellos cortos
fragmentos dentro de la monumental obra,
tienen su parte comprometida. El texto de la obra es eminentemente narrativo,
aún cuando el bajo asume el rol de Fray Lorenzo y el Coro muta a
cantar los roles de Capuletos y Montescos. Otra mutación importante ocurre en
el prólogo, en donde un pequeño coro se desdobla acompañando a la mezzo en el
comienzo de la narración de la historia. El Tenor continúa con el momento en
que ocurre la fascinación de Romeo por Julieta y la invocación a la reina Mab.
Grandes momentos orquestales, a modo de pintura musical, graficarán el
encuentro, las peleas, la supuesta muerte de Julieta y el trágico final de los
amantes, para luego aparecer el bajo, caracterizando a Fray Lorenzo, junto a
Capuletos y Montescos en procesión a la tumba y la promesa de paz y unión hacia
el futuro en honor de los muertos.
La versión escuchada
tuvo momentos de muy buen rendimiento Orquestal. Facundo Agudín condujo con
precisión al conjunto. Llamó la atención la disposición del coro, el que se
ubicó con las secciones femeninas a ambos costados de la sala en la primera
bandeja superior y los hombres en el centro, en el lugar habitualmente
asignado. Se lo escuchó con una emisión homogénea, mas allá de algún pequeño
desacople. La pequeña sección que canta desdoblada al inicio, de doce cantantes
entre los cuales distinguí a María Victoria Gaeta, Carla Filipcic Hölm,
Trinidad Goyeneche, Alejandro Meerapfel, Ivan Maier y Maico-I-Hisiao (entre
otros), tuvo destacado lucimiento. Buen trabajo entonces para Ariel Alonso,
Director de Coros Argentino radicado en el exterior, quien preparo a la
agrupación para este evento y formidables los tres solistas vocales: Alejandra
Malvino, Ricardo González Dorrego y Hernán Iturralde, todos con impecable línea
vocal, dicción estupenda y sólida musicalidad.
Esperemos entonces que no deban transcurrir cuatro décadas para que
alguien se acuerde de programarla.
Donato Decina
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