miércoles, 14 de octubre de 2015

BUENO, PERO NO DESLUMBRANTE

Mozarteum Argentino: Presentación de Alessio Bax (Piano). Obras de Beethoven, Mussorgsky, Rachmaninoff y Kreisler. Teatro Colón, 06 de Octubre de 2015.

  En el contexto general, Alessio Bax (quién el 22 próximo se presentará con la Filarmónica junto a su esposa Lucille Chung) demostró ser un buen pianista, tanto como cuando acompañara a Joshua Bell en la última visita de Este último a la Argentina. De todas formas, luego de haber escuchado las obras que seleccionó para la primera parte del programa,  la impresión que dejó es la de un buen interprete pero con repertorio muy liviano. Veamos: el inicio tuvo una correcta interpretación de la “Claro de Luna” de Beethoven. Correcto toque, pureza de sonido, pedal justo. Si vamos al fondo, interpretación muy superficial. Luego, una adaptación de Serguei Rachmaninoff de “Hopak” de “La Feria de Sorochinsky” de Mussorgsky. Seguimos en la misma línea, corrección, buen toque, justeza. Y uno empieza a esperar mas.  Siguió con dos preludios del propio Serguei Rachmaninoff, el Nº5 del Op. 32 en Sol mayor y el también Nº 5, pero del Op. 23, en Sol menor. Aquí, al menos, hubo una mayor intencionalidad, algo mas de ímpetu, siguió luciendo muy buena técnica, sonido redondo, pero al menos en mi caso, seguí esperando un plus, que hasta ese momento no aparecía. La primera parte culminó con dos transcripciones de Rachmaninoff, de los dos valses mas populares de Fritz Kreisler: “Pena de Amor” y “Alegría de Amor”, que las puedo aceptar como Bis, pero de mi parte jamás para cerrar la primera mitad de un concierto. Como se ve, uno pide mayor compromiso.

  La segunda parte, mitigó al menos un poco, las carencias, cuando abordó “Cuadros de una Exposición” de Modest Mussorgsky.  Aquí hubo algo mas de compromiso, mucho entusiasmo, pasajes de pleno lirismo (El Viejo Castillo y Tullerías), entrega (Bydlo), mayor fuerza (Baba Yaga), Picardía (Ballet de los Pollitos), profundidad (catacumbas), Grandeza (La Puerta de Kiev). Fue una versión bien servida, con plena técnica, mucha justeza, pero sín un plus de talento que me permita afirmar que fue una versión de alto vuelo, lo que de ninguna manera ocurrió.  Bises, dos, mientras el público iniciaba la desbandada, aprovechando que a las 21,25 hs. había terminado,  y era lindo momento para ir a cenar, una obra para Mano Izquierda de Scriabin  y la Danza Húngara Nº1 de Brahms, casi como que al tener “Cuadros” su gran versión orquestal, gracias al genio de Ravel, necesitaba Bax, al menos, otro bis de Orquesta para cerrar.


Donato Decina

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