sábado, 12 de septiembre de 2015



UN MUSICO NOTABLE

“Nuova Harmonía”: Presentación de “I Solísiti Di Pavia”: Violoncello solista y Director: Enrico Dindo. Programa: Ottorino Respighi: Tercera Suite de “Antíguas Arias y Danzas”. Gioacchino Rossini: “Une Larme, Theme et Variations” en La menor (Arreglo de Eliodoro Sollima para Violoncello y Orquesta de Arcos). Carl Philipp Emanuel Bach: Concierto para Violoncello, Cuerdas y Clave en La mayor, Wq. 172. Astor Piazzolla: “Le Grand Tango” (Arreglo y Orquestación de Enrico Dindo). Teatro Coliseo, 10 de Setiembre de 2015.

  Esta nueva propuesta que “Nuova Harmonia” presentó en el Coliseo, me permitió conocer a un apasionado interprete que cree muy firmemente en lo suyo, que lo lleva a la práctica de la mejor manera,  y que sabe rodearse de excelentes y jóvenes instrumentistas, con los que conforma un conjunto sólido, que alcanza altos niveles de excelencia. Dindo ha sido Violoncello solista de la Orquesta del Teatro Alla Scala de Milán, en los años de oro de Riccardo Muti, quién le dio el espaldarazo definitivo al rango de primer atril. Desde el 2001, dejó su puesto para establecerse en Lugano (Suiza), en donde es profesor de la cátedra de su instrumento del “Conservatorio della Svizzera”, en la Academia de Cello de Pavia y en la Academia de Verano del Conservatorio Tibor Varga de Sión (Suiza) y crear a este grupo de Cámara. Un importante espaldarazo al proyecto de la agrupación le fue brindado por la fundación de la Banca del Monte de I Lombardía, la que aportó los fondos necesarios para el sostenimiento del mismo, lo que permitió proyección regional e internacional,  y es ahora como en asociación entre esa fundación y el grupo,  que en el 2011 se estableció una nueva fundación, la que lleva el nombre de la agrupación,  y en donde Dindo promueve la formación de nuevos Cellistas en la Academia de Pavia. El programa original que se anunciaba, en donde para la segunda parte se debía interpretar “Las Cuatro Estaciones Porteñas” de Piazzolla, fue reformulado , y salimos ganando,  ya que finalmente se ofreció el Concierto para Cello, Cuerdas y Clave (Aunque este último no fue empleado en esta ocasión y pueda, como es lógico,  motivar algún comentario adverso) de Carl P.E. Bach, dejando a Piazzolla solo para el final con una versión orquestada de “Le  Grand Tango”, que Dindo dedicara al gran Mtislav Rostropovich, quien “apadrinara” a la agrupación en sus comienzos, presentándose junto a ellos, el mismo año de su última actuación entre Ntros., dirigiendo “Lady Macbeth  de Mtensk” en el Colón.

  El Concierto comenzó con una interesante versión de la Tercera Suite de las Antiguas Danzas y Arias de Ottorino Respighi, en donde Dindo se reveló como un buen conductor, logrando buen empaste en el conjunto, el que tiene sonido corpóreo y homogéneo. Fue un buen “precalentamiento” que dio paso a la primera “exquisitez” de la noche que fue “Une Larme” de Rossini, pieza que fue considerada por el autor de “El Barbero de Sevilla” como obra de los “Pecados de Vejez” en su estancia parisina. Una interesante transcripción de Eliodoro  Sollima,  da el pie a Dindo para lucirse en una sentida interpretación,  en la que dejó fluir sus sentimientos,  mostrándonos todos los estados de ánimo que Rossini deja traslucir en su partitura.  El grupo volvió a  mostrar homogénea sonoridad y plena integración con el Conductor y cellísta, quién desde su taburete solista marcaba con movimientos de su arco en  todos los momentos en los que  no tenía participación. Una versión muy impactante de “Crisantemi” de Puccini, cerró la primera parte, en donde la sombría parte final de la obra fue expuesta de manera conmovedora.

 Ya en la segunda parte, escuchamos al mejor Dindo en el referido concierto del mayor de los exponentes entre los descendientes del gran Johann Sebastian. Aquí se lo notó muy cómodo, enérgico, consustanciado en lo suyo, con muy buen sonido y un notable sentido de la musicalidad en el “Largo mesto” central, que arrancó la primera ovación fuerte de la noche. Quedará para la polémica si debió prescindirse así del Clave, que en estas obras es sostén fundamental. El cierre tuvo una excelente versión de “Le Grand Tango”, en la que Dindo fue mucho mas efectivo que el mismísimo Yo-Yo-Ma en su última visita al Colón con la misma obra. Mas allá del “ropaje” que le brinda la excelente orquestación que el mismo Cellista hizo de la partitura, una vez mas el apasionamiento y la garra que Dindo entrega en cada una de sus intervenciones fue fundamental para que todos disfrutaran de la obra.

  Los aplausos fueron retribuidos con una impactante versión del poco frecuentado “Ave María” de Piazzolla, que sorprendió a propios y extraños y una magnífica “Sarabanda” de Johann Sebastian Bach, como broche de Oro para una excepcional actuación.  


Donato Decina

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