UN MUSICO NOTABLE
“Nuova Harmonía”: Presentación de “I Solísiti Di Pavia”:
Violoncello solista y Director: Enrico Dindo. Programa: Ottorino Respighi:
Tercera Suite de “Antíguas Arias y Danzas”. Gioacchino Rossini: “Une Larme,
Theme et Variations” en La menor (Arreglo de Eliodoro Sollima para Violoncello
y Orquesta de Arcos). Carl Philipp Emanuel Bach: Concierto para Violoncello,
Cuerdas y Clave en La mayor, Wq. 172. Astor Piazzolla: “Le Grand Tango”
(Arreglo y Orquestación de Enrico Dindo). Teatro Coliseo, 10 de Setiembre de
2015.
Esta nueva propuesta
que “Nuova Harmonia” presentó en el Coliseo, me permitió conocer a un
apasionado interprete que cree muy firmemente en lo suyo, que lo lleva a la
práctica de la mejor manera, y que sabe
rodearse de excelentes y jóvenes instrumentistas, con los que conforma un
conjunto sólido, que alcanza altos niveles de excelencia. Dindo ha sido
Violoncello solista de la Orquesta del Teatro Alla Scala de Milán, en los años
de oro de Riccardo Muti, quién le dio el espaldarazo definitivo al rango de
primer atril. Desde el 2001, dejó su puesto para establecerse en Lugano
(Suiza), en donde es profesor de la cátedra de su instrumento del
“Conservatorio della Svizzera”, en la Academia de Cello de Pavia y en la
Academia de Verano del Conservatorio Tibor Varga de Sión (Suiza) y crear a este
grupo de Cámara. Un importante espaldarazo al proyecto de la agrupación le fue
brindado por la fundación de la Banca del Monte de I Lombardía, la que aportó
los fondos necesarios para el sostenimiento del mismo, lo que permitió
proyección regional e internacional, y
es ahora como en asociación entre esa fundación y el grupo, que en el 2011 se estableció una nueva fundación,
la que lleva el nombre de la agrupación, y en donde Dindo promueve la formación de
nuevos Cellistas en la Academia de Pavia. El programa original que se
anunciaba, en donde para la segunda parte se debía interpretar “Las Cuatro
Estaciones Porteñas” de Piazzolla, fue reformulado , y salimos ganando, ya que finalmente se ofreció el Concierto para
Cello, Cuerdas y Clave (Aunque este último no fue empleado en esta ocasión y
pueda, como es lógico, motivar algún
comentario adverso) de Carl P.E. Bach, dejando a Piazzolla solo para el final
con una versión orquestada de “Le Grand
Tango”, que Dindo dedicara al gran Mtislav Rostropovich, quien “apadrinara” a
la agrupación en sus comienzos, presentándose junto a ellos, el mismo año de su
última actuación entre Ntros., dirigiendo “Lady Macbeth de Mtensk” en el Colón.
El Concierto comenzó
con una interesante versión de la Tercera Suite de las Antiguas Danzas y Arias
de Ottorino Respighi, en donde Dindo se reveló como un buen conductor, logrando
buen empaste en el conjunto, el que tiene sonido corpóreo y homogéneo. Fue un buen
“precalentamiento” que dio paso a la primera “exquisitez” de la noche que fue
“Une Larme” de Rossini, pieza que fue considerada por el autor de “El Barbero
de Sevilla” como obra de los “Pecados de Vejez” en su estancia parisina. Una interesante
transcripción de Eliodoro Sollima, da el pie a Dindo para lucirse en una sentida
interpretación, en la que dejó fluir sus
sentimientos, mostrándonos todos los
estados de ánimo que Rossini deja traslucir en su partitura. El grupo volvió a mostrar homogénea sonoridad y plena
integración con el Conductor y cellísta, quién desde su taburete solista
marcaba con movimientos de su arco en todos los momentos en los que no tenía participación. Una versión muy
impactante de “Crisantemi” de Puccini, cerró la primera parte, en donde la
sombría parte final de la obra fue expuesta de manera conmovedora.
Ya en la segunda
parte, escuchamos al mejor Dindo en el referido concierto del mayor de los
exponentes entre los descendientes del gran Johann Sebastian. Aquí se lo notó muy
cómodo, enérgico, consustanciado en lo suyo, con muy buen sonido y un notable
sentido de la musicalidad en el “Largo mesto” central, que arrancó la primera
ovación fuerte de la noche. Quedará para la polémica si debió prescindirse así
del Clave, que en estas obras es sostén fundamental. El cierre tuvo una
excelente versión de “Le Grand Tango”, en la que Dindo fue mucho mas efectivo
que el mismísimo Yo-Yo-Ma en su última visita al Colón con la misma obra. Mas
allá del “ropaje” que le brinda la excelente orquestación que el mismo Cellista
hizo de la partitura, una vez mas el apasionamiento y la garra que Dindo
entrega en cada una de sus intervenciones fue fundamental para que todos
disfrutaran de la obra.
Los aplausos fueron
retribuidos con una impactante versión del poco frecuentado “Ave María” de
Piazzolla, que sorprendió a propios y extraños y una magnífica “Sarabanda” de
Johann Sebastian Bach, como broche de Oro para una excepcional actuación.
Donato Decina
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