SEMEJANTE MARCO
VISUAL MERECIA UNA MEJOR RESPUESTA CANORA
Teatro Colón (Temporada 2015): “Don Carlo”, Opera en cuatro
actos (versión definitiva en Italiano de 1884).Música de Giuseppe Verdi,
Libreto Original en Francés de Joseph
Mery y Camille du Locle. Traducción y Adaptación Final en Italiano de Achille
de Lauziere y Angelo Zanardini. Interpretes: José Bros (Don Carlo), Tamar Iveri
(Elisabetta di Valois), Alexander Vinogradov (Filippo II), Fabián Veloz
(Roderigo, Marchese di Posa), Béatrice Uria Monzón (Principessa di Eboli), Alexei Tanovitski (Il Grande Inquisidor),
Lucas Debevec Mayer (Un Frate), Rocío Giordano (Tebaldo), Iván Maier (Il Conte
di Lerma), Darío Leoncini (Heraldo), Marisú Pavón (Voce dell Ciel). Escenógrafo
y Vestuarista Asociado: Sebastián Sabas, Iluminación: Eri Sirlin. Diseño de
Proyecciones: Abelardo Zanetti. Coro Estable del Teatro Colón, Dirección:
Miguel Martínez. Orquesta Estable del Teatro Colón, Dirección Musical: Ira
Levin. Dirección Escénica, Diseño de Escenografía y Vestuario: Eugenio Zanetti.
Teatro Colón: 20 de Setiembre de 2015. Abono Vespertino, función de estreno.
Cuándo hagamos un
ejercicio de memoria para el recuerdo de esta presentación del “Don Carlo”
verdiano, diremos que la previa fue (Gauchescamente hablando) “mas conversada
que partido de truco”. Tantas especulaciones en que Ramón Vargas sí, Ramón
Vargas no. Que Violeta Urmana viene, que Violeta Urmana no viene. ¿Y ahora que
pasará?. Y al conocerse la concreción de la convocatoria a José Bros y a Béatrice
Uria Monzón como reemplazantes el ¿estarán bien?, ¿son las voces adecuadas?. ¿Y
quien es Tamar Iveri?. De todos los protagonistas del primer elenco, las únicas
referencias concretas para semejante título eran, Alexander Vinogradov y
nuestro Fabián Veloz, siendo este último de todos el que mas franco crecimiento
positivo y mayor proyección futura tiene. Y las otras polémicas: Con todo lo
que pagamos el abono, ¿valdrá este espectáculo con los reemplazantes de los
protagonistas que cancelaron?. Sín entrar en polémicas mas pesadas, en las que
para muchos la palabra “defraudación” sonó permanentemente, por no ser mas
duros y emplear el otro vocablo que acompaña al primero para nombrar a la
división que tanto la Policía Federal como las de los Estados Autónomo y Provinciales poseen para investigar este tipo de hechos y,
que también sonó en demasía. Pues bien, la fecha llegó y con lógica ansiedad
por despejar todos estos interrogantes, mas el hecho que por producirse el
estreno un Domingo por la tarde (cosa que en lo personal me favoreció y
mucho, dado el cúmulo de obligaciones
que sumo durante los días hábiles), me alentó aun mas a concurrir a Libertad
621.
Otro punto en el que
aquí si debo públicamente reclamar al Teatro es el de la Ubicación que se me
otorgó. De no ser que pude finalmente sentarme por las mías en Platea, Esta
crónica no estaría tan pronto a la vista de Uds. En el Palco Bajo 30 que se me
otorgó, era imposible visualizar desde el centro hacia la parte derecha del
escenario. No solo vamos a juzgar el desempeño de voces, coro y orquesta. Lo visual también
forma parte de Este glorioso género que se llama Opera, por lo que invito a la
apreciada gente de prensa a recapacitar en el tema y subsanar de algún modo el asunto, de cara a
lo que vendrá.
Pasemos de lleno al
espectáculo, y hablar de lo que tanto Uds. esperan, las voces. José Bros, salvó
la función. Dudo que para un primer elenco de un “Don Carlo” se cuente en Ntro.
Medio con un elemento de valía. Cuando digo la expresión “salvo”, me refiero a
que cumplió y el espectáculo no cayó en una medianía que lo habría hecho
insalvable. Tiene bello timbre, buena línea de canto y fraseo. Actúa y expresa
bien. Pero no deja de ser un lírico, por mas seguridad y arrojo que demuestre, y ese plus que faltó en lo vocal se notó.
Alexander Vinogradov es un correcto bajo. Su desempeño vocal no pasó de eso,
dado que por momentos sus notas bajas suenan aun con timbre muy “blanco” y en
pasajes como el aria principal, “Ella Giammai m’amó”, se nota demasiado, y uno queda con las ganas de mucho mas. En cuanto a las voces
femeninas, ambas mostraron alarmantes carencias durante toda la primera parte
del espectáculo, que por ser la versión Italiana definitiva fue desde el
cortejo en San Yuste, hasta el “Auto de
Fe” y la rebeldía de Carlo. Uria Monzon con una emisión absolutamente
“engolada” y un alarmante “Vibrato”, el que por momentos resultó molesto,
fundamentalmente en la “Canción del Velo” e Iveri con mucha inseguridad en los
pasajes mas agudos del registro. Para la segunda parte ambas mejoraron
sustancialmente, Iveri con mejor prestancia escénica y buena respuesta, tanto
en la escena dramática con Filippo II
como en la parte final en “Tu che le Vanitá”, como en el dúo de
despedida con el protagonista. Uria Monzón por su parte, exhibió
fundamentalmente oficio y autoridad escénica, saliendo airosa en su “O don
fatale”, que le valió una cálida respuesta del público, mas por trayectoria, que el porque su desempeño en el rol haya
resultado convincente. Decididamente pésima fue la actuación del Bajo Ruso
Alexei Tanovitski como “El Gran Inquisidor”. Debió haber sido protestado de
inmediato. Excesivo “vibrato”, dicción espantosa, emisión engolada. Se lo vio
inclusive muy incómodo en escena. ¿Seguirá cantando en las tres funciones que
restan del primer elenco?. Aún con todas las falencias señaladas, entiendo que
no podemos armar íntegramente con elementos locales un “Don Carlo” a nivel del
que se debe presentar en un abono del Colón,
y para el precio que se cobran sus localidades. Final para la parte
vacía del vaso.
Me reservé para el final, en lo que la parte
vocal respecta, al gran triunfador de la
tarde, y que fue Fabián Veloz como el
“Marques de Posa”. Fue el único que exhibió línea verdiana genuina de canto. El
haber trabajado con muy buenos
“puestístas”, le ha permitido ir ganando en soltura escénica y su voz se
escucha perfectamente. Fue el único que en toda la tarde cantó Verdi. Y eso es
alarmante. No por El. Sino por lo que se esperaba del resto. El Coro, preparado por Miguel Martínez,
presentó un muy sólido trabajo, de lo mejor que se le ha visto en esta etapa
suya. Ira Levin ofreció nuevamente una muy buena lectura verdiana, tal como se
le elogió en aquel polémico “Ballo” de “La Fura dels Baus”. Presentó a la
Estable en un muy solido trabajo, ya desde el arranque mismo, donde el solo inicial de los cornos impacta.
Mantuvo el pulso, los “tempi” fueron aceptables, solo en breves momentos creyó
conveniente “apianar” algunos pasajes, para no exigir a las voces en demasía.
Y ahora la parte
Visual. Eugenio Zanetti hace una magnífica presentación en la sala grande del
colón con una puesta que honra a las mas grandes tradiciones de la misma .
Columnas en el contorno. Plataformas dispuestas en el Centro. Una gigantesca
reproducción de “El Jardín de las Delicias” como proyecciones del Monasterio,
Una imponente mano que se eleva sobre el sepulcro de Carlos V, con un Corazón
flameante sobre la muñeca y un gran Cristo en la escena del “Auto de Fe” (¿El
de la Puesta Oswald del 2004?) como fondo en las respectivas escenas. Uso
adecuado del disco giratorio de escenario, el que esta vez funcionó a pleno.
Buena disposición de las masas- Buena marcación actoral y adecuada ubicación y
desempeño de un buen número de figurantes. El protagonista es presentado mas
como un joven heroico que no es correspondido en el amor, que como un ser atribulado que no merece
la mayor atención, enfrentado con la
figura fuerte de un padre despótico que no resigna absolutamente ningún espacio de poder. Completan el marco un magnífico vestuario de
Epoca de propio diseño y una colosal iluminación de Eri Sirlin , justa en cada
detalle para que nada quede librado al azar, como los propios perros “de Caza”
que se exhiben en Primer y Segundo acto,
con un final en el que queda abierto el interrogante sobre la suerte corrida
por el Infante. Bienvenido a la Opera y felicitaciones por continuar la Línea
que De Ana Y Oswald trazaron en este título, haciendo honor al Colón.
Donato Decina
Hola Donato. Estuve ayer martes en la función extraordinaria, con segundo elenco. Un espectáculo que no puede presentarse de esa forma en lo que se supone es el principal teatro argentino. El director de orquesta interpretó la partitura a trazo grueso, sin matices y tapando permanentemente a los cantantes. El tenor tiene una voz débil y que en todo momento suena como velada. La mezzo no pegó ninguna coloratura en la canción del velo. Felipe II, por voz y presencia, parecía más criado que monarca. Y la marcación escénica estuvo ausente (no pudo haber sido más anodino el momento en que Don Carlo amenaza con su espada al padre y Posa lo desarma). En el otro extremo, la soprano Haydee Dabusti exhibió una bella voz en punta, bien audible, y el coro me pareció ajustadísimo. Espero que puedas concurrir a alguna función extraordinaria así comparo tus puntos de vista con los míos. Saludos!
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