sábado, 25 de julio de 2015

“MAMMA NUNZIA” LEVANTO POLVAREDA


Teatro Colón: Opera: “Cavallería Rusticana”, Melodrama en un acto con música de Pietro Mascagni, libreto de Giovanni Targioni-Tozzetti y Guido Menasci, basado en la novela homónima de Giovanni Verga. “I Pagliacci”: Opera en un prólogo y dos actos, libreto y música de Ruggiero Leoncavallo. Interpretes “Cavallería”: Guadalupe Barrientos (Santuzza), Enrique Folger (Turiddu), Leonardo Estévez (Alfio), Mariana Rewerski (Lola), Laura Domínguez (Mamma Lucía). Intérpretes “I Pagliacci”: José Cura (Canio/Pagliacci), Mónica Ferracani (Nedda/Colombina), Fabian Veloz (Prólogo/Tonio), Gustavo Ahualli (Silvio), Sergio Spina (Beppe/Arlequin), Gabriel Vacas-Reinaldo Samaniego (Paisanos).Participación de Juan Kujta (Bandoneón), Walter Amaya-Marcela Dibón (Pareja de Bailarines de Tango). Coro Estable del Teatro Colón: Director: Miguel Martínez. Coro de Niños del Teatro Colón: Director: César Bustamante. Orquesta Estable del Teatro Colón. Dirección de Escena, Escenografía e Iluminación: José Cura. Vestuario: Fernando Ruíz. Dirección Musical: Roberto Paternostro. Función del 17 de Julio de 2015.


  Cuando uno recibió el programa de mano completo en el pupitre de prensa, la cubierta indicaba “Cavallería Rusticana” e “I Pagliacci”. Al abrir el mismo y comenzar a leer, ya en la Página 3 al frente rezaba: “Cavallería Rusticana e I Pagliacci en Caminito (Homenaje a la Inmigración Italiana)” y casi a mas de la mitad del programa en los comentarios del propio José Cura, referidos al sentido de su trabajo, vemos que tras la invitación de la polémica gestión del Dr. Horacio Sanguinetti en el año 2008,  para cantar y dirigir escénicamente el par tradicional, inmediatamente vino a su mente, la Boca y Caminito y se decidió a ambientar esta puesta en ese lugar. Luego agrega que escribió una novela que lleva por título “Mamma Nunzia” en el año 2010, en donde hace una aproximación a la versión teatral del propio Verga de “Cavallería” (que es la que toma Doménico Monleone para “Su” versión musical) y en donde se van entrelazando los personajes con los de “I Pagliacci” que llegan nuevamente al barrio cinco meses después de la muerte de Turiddu en el duelo,  y ahí descubrimos que Silvio es el mozo del bar de “Mamma Lucía” (o Nunzia), el que es adoptado por la mujer como un hijo y que volverá a sufrir inmensamente al verlo caer apuñalado en la función de los payasos, también presenciada por Santuzza embarazada,  y visto por Lola y Alfio en los ventanales de su vivienda. Rituales  con códigos de sangre.  Costumbres como las  del encuentro en el café el Domingo a la mañana, tan caros a los gustos de Ntros. ancestros masculinos. La Voz de Gardel con ruido a púa de fondo entonando “Caminito” (cada día canta mejor). La reconstrucción del lugar, ya casi al final de las década del 20. El vigilante de la cuadra. El mendigo. La bandera de Boca en el Café. Los negocios de la cuadra.  Los conventillos de chapa y madera (muchos de los cuales aún hoy perduran allí y en Dock Sud/Isla Maciel en la otra orilla).   En fin,  la película de la vida de la familia de muchos fue plasmada allí (novela y puesta). Cierra en muchos casos y tiene falencias en algunos otros, como que al inicio de “I Pagliacci”, la procesión sale de la Iglesia portando el féretro de Turiddu con Santuzza acompañando detrás del mismo junto al cura (recuérdese que la acción sigue cinco meses después). La presencia de un Bandoneonista que desafinadamente reemplazó al órgano en el “Intermezzo” de “Cavallería”, continuó tocando durante el intervalo y, en ambos casos, una pareja de Baile amenizó el momento. Todo esto se podría extender mas a riesgo de aburrirlos, pero lo que no cabe duda es que aún aunque a muchos no cierre ese enfoque, no puede dudarse de la honestidad, el trabajo, las reconstrucciones precisas de vistas y sitios (el mural de la murga de Parque Lezama fue totalmente reproducido en una de las paredes y allí, dentro de los componentes,  surge nítida la presencia de Alfredo L. Palacios, primer Diputado Socialista de Argentina, justamente representando a La Boca, del que mi Abuelo fue elector). Ni puede dudarse tampoco que dadas las historias planteadas en ambos títulos, estas perfectamente pudieron plantearse en la vida cotidiana en esos tiempos y en ese lugar. Respeto profundamente a quienes disienten y tienen todo su derecho. A mí no me ha molestado en general la propuesta,  y los reparos que puedo hacer son mas de forma que de fondo. Solo que creo que este espectáculo debió haberse llamado “Mamma Nunzia” (basado en las dos óperas),  y no ponerlo como “Cavallería y Pagliacci “, en donde muchos se enardecieron solo por ello.

  Vayamos entonces a la parte vocal. En “Cav”, Guadalupe Barrientos, mas allá de estar aquejada por un fuerte estado gripal, fue la mejor de un elenco con notorios altibajos. Solvencia, apasionamiento y convicción. Enrique Folger, al límite, trazó un Turiddu que logró conmover en “Mamma qual Vino E’Generoso”,  y terminó saliendo airoso de su compromiso. Leonardo Estevez, muy esforzado, cantó su Alfio, llegando con lo justo, sin sobrarle nada. Mariana Rewerski, fue sensual Lola, con buen decir e impactante presencia. Laura Domínguez fue una discreta “Mamma Lucia”. Otro detalle de color, fue la presencia de un actor caracterizado  como Mascagni joven, quien es el primero en exclamar que ha sido muerto Turiddu, repetido luego por Santuzza y, finalmente por Lola desde el balcón de su vivienda. Permaneció en el intervalo en el escenario escuchando los tangos y acompañó a un caracterizado Leoncavallo (en este caso el propio Fabián Veloz), quien cantó el prólogo, para luego ambos abrazados retirarse del escenario y dar paso a la acción. Y aquí vocalmente hablando, un giro de 180 grados porque Sergio Spina fue un notable Beppe, con gloriosa entonación de la “Serenata”.  Gustavo Ahualli fue un muy buen Silvio, actuando de Mozo en “Cavallería”,  y revelándose como amante de Nedda al salir de comprar en la verdulería, en un encuentro fortuito en la calle, haciendo lo suyo de muy buena manera. Fabián Veloz estuvo sencillamente magnífico. Actuó muy bien y tuvo canto supremo en las tres partes en las que se dividió su actuación. Mónica Ferracani fue una muy buena Nedda. Mostró toda la carga dramática que su rol marca,  y convicción en el decir. Y arriba de todos, José Cura. El mejor Canio que Yo escuché en vivo en los últimos tiempos. Su sola presencia está varios escalones mas arriba del resto, Bastó  la máscara, el Jacquet y el Bastón para imponer presencia. Su “Vesti la Giubba” fue sencillamente descomunal, y como actor, mostró toda la desesperación y vulnerabilidad del personaje. El Coro, correcto en ambos títulos, actuando muy bien y perfectamente distribuidos, como vecinos y parroquianos. El Coro de Niños cumplió en Pagliacci aceptable papel. Y en esa desesperación, “Mamma Lucia”, abatida al ver al “Segundo hijo” muerto,  cinco meses después de perder a su hijo natural, es quien dice “La Commedia e’Finita”.

 Párrafo aparte, la ajustada pero muy insípida concertación de Roberto Paternostro. Nada de ideas y cero vuelo. Ni siquiera para acoplar al bandoneón en Cavallería, para que al menos estuviera afinado y bien.

  He aquí el comentario,  y sigo insistiendo, debió llamarse “Mamma Nunzia”. Ahora bien, el Colón deberá replantearse, seguir o no  apostando a estas producciones,  y  cobrar esos valores en el precio de entradas, con elencos (salvo Cura) a los que en otros Teatros de Capital y La Plata apreciamos con entradas a precios significativamente mas inferiores que en su sala. Para esos precios, se exige muchísimo mas.

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