sábado, 25 de julio de 2015

ESPECIALIDAD DE LA CASA

“Juventus Lyrica”: “Las Bodas de Fígaro”, Opera en Cuatro Actos, música de Wolfang Amadeus Mozart con Libreto de Lorenzo Da Ponte,  basada en la obra teatral homónima de Pierre Caron de Beaumarchais. Interpretes: Juan Salvador Trupia y Rodríguez (Fígaro), María Goso (Susanna), Fernando Grassi (Conde de Almaviva), Oriana Favaro (Condesa Rosina), Cecilia Pastawski (Cherubino), Walter Schuartz (Bartolo/Antonio), Sabrina Cirera (Marcellina), Norberto Lara (Don Basilio/Don Curzio), Julieta Fernández Alfaro (Barbarina). Puesta en Escena y Vestuario: María Jaunarena, Escenografía e Iluminación: Gonzalo Córdova, Coreografía del Tercer Acto: Igor Gopkalo, Coro de Juventus Lyrica: Preparador: Hernán Sánchez Arteaga. Orquesta de Instrumentos a la Usanza de Epoca, Preparador y Director Musical: Hernán Schvartzman . Teatro Avenida: 16 de Julio de 2015.


  Trabajo en Equipo. Ni mas, ni menos. Y eso es lo que desde el primer momento percibí desde la apertura misma del telón del Avenida. Una demostración de calidad, buen gusto, capacidad de trabajo y, fundamentalmente, ganas de hacer. Una interesante realización de marcación actoral, fruto de la persistencia de María Jaunarena, apoyada en un sobrio vestuario de época, sumado al realce de una efectiva iluminación , de Gonzalo Córdova, responsable también de dotar al escenario de un austero y muy efectivo marco escénico, despojado, delimitado por tabiques de fresca madera (el aroma de la misma era percibido por Mí en las primeras filas de la sala) y muebles antiguos,  que mostraron inteligencia y buen gusto al momento de la elección. El tercer acto mostró también una simpática coreografía de Igor Gopkalo en realce de la acción. En lo vocal, debo decir que hay que colocarle un sobresaliente a quien eligió las voces. Un reparto parejo, homogéneo, en donde todos tiraron para adelante, disfrutaron haciendo la función (se notó sobremanera), jugaron haciendo la comedia y tuvieron (todos) soltura escénica, lo que hizo que el barco llegara a feliz puerto.  Juan Salvador Trupia y Rodríguez fue extraordinario protagonista. Tuvo buen decir y magnífica línea de canto. María Goso fue una revelación. Tiene fresca voz y grato timbre. Tuvo lucimiento en sus pasajes, juego de comedia con Cherubino, el Conde y la Condesa. Hablar de Fernando Grassi es decir que es la continuación de la línea que su padre iniciara en papeles de comedia y bufos. Extraordinaria presencia, actuación formidable. Supo pasar de un “canchero” a un atribulado, desde el momento mismo en que cree en la supuesta infidelidad de Rosina. Oriana Favaro aportó muy buen canto, además de estar agraciada con  singular belleza física, lo que le aportó mas en la composición del rol. “Dove Sono” en su voz,  fue el momento mas celebrado de la noche por el público. Su juego de seducción con Cherubino fue magnífico. Y hablando de ello, Cecilia Pastawski fue “El” Cherubino, mostró frescura, desenfado, adolescente en todo el sentido de la palabra. Junto con Franco Faggioli en la recordadísima puesta de los hermanos Tolcachir en el Xirgu, en la que confiaron en El para el rol, cambiando el papel a cuerda masculina en registro equivalente, Pastawski es la otra voz que mejor recreó al simpático personaje  en los últimos tiempos. “Voi, che sapete” fue punto culminante para una actuación magnífica. Sabrina Cirera sigue superándose en cada presentación. Después de la estupenda Magdalena que realizó para la misma asociación, mostró gracia y desenfado en su recreación de Marcellina, sostenida por un magnífico Walter Schuartz como Don Bartolo,  complementándose ambos en los roles y el segundo dando vida también a un notable Antonio (El Jardinero). Y en desdobles, Norberto Lara una vez mas mostró sus condiciones histriónicas, recreando formidables criaturas tanto en Don Basilio, un picante instigador, como el simpático y cómplice Don Curzio, el Notario. Julieta Fernández Alfaro, fue una simpática y fresca Barbarina, con bellísima voz y muy buen decir. Solvente el pequeño Coro, preparado por Hernán Sánchez Arteaga. Y todo ello fue sazonado en su justo punto por Hernán Schvartzman, quien haciendo un magnífico trabajo  de revisionismo utilizando instrumentos a la usanza de época, hizo una concertación estupenda. Se podrá disentir con algún “tempi” elegido, como con la obertura (un poco más lenta de lo habitual, aún en Orquestas de instrumentos actuales), como en la parte final donde las escenas sigilosas del Jardín también ayudan a aletargar el ritmo. De cualquier forma, en nada invalida la categoría y calidad de la labor ofrecida. Mozart ha sido puntal fundamental de las programaciones de “Juventus Lyrica”,  y siempre ha sido objeto de muy buenas labores de parte de Ella.  Una vez mas ha sido la norma. Podemos decir: ya es “Especialidad de la Casa”.


Donato Decina

1 comentario:

  1. Hola Donato. A mí no me gustó la ejecución. No encontré bodas sino divorcio con la teatralidad. Creo que la mayor falla estuvo por el lado del director musical, Hernán Schvartzman, quien dispuso una orquesta de apenas 25 músicos y sonó todo muy pequeño, plano y rutinario. Sobre las tablas encontré un montaje parco y una dirección escénica que recurrentemente enfatizó los aspectos cómicos de la partitura lindando a veces con lo grotesco. Difícil destacar algo, tal vez la Rosina de Oriana Favaro que tiene bello timbre y graciosa línea de canto, aunque su voz es pequeña y con poco metal.

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