sábado, 27 de junio de 2015

SU TEATRALIDAD LA PONE A SALVO

Teatro Colón, temporada 2015: “Quartett”, Opera épica en trece escenas. Música y Libreto de Luca Francesconi sobre la pieza teatral homónima de Heiner Müller, a su vez basada en la novela “Las Relaciones Peligrosas” de Pierre Chordelos de Laclos. Interpretes: Allison Cooke (Marquesa de Merteuil), Robin Adams (Vizconde de Valmont). Orquesta Estable del Teatro Colón, Director: Brad Lubman. Puesta en Escena: Alex Ollé para “La Fura Dels Baus”, Escenografía: Alfons Flores, Vestuario: Lluc Castells, Iluminación: Marco Filibeck, Proyecciones: Franc Aleu, Colaboración Escénica: Valentina Carrasco. Co-producción entre el Teatro Alla Scala de Milán y el IRCAM de París. Teatro Colón: 19 de Junio de 2015.

  Semejante puesta en escena merecía una música mas imaginativa, o mejor dicho, mayor riqueza de ideas musicales. Es que luego de ver, fundamentalmente, el despliegue escénico que llevaron a cabo ambos protagonistas y comparar con la música escuchada, el balance final es ese. Un producto que Alex Ollé imaginó para “La Fura dels Baus”, situado de forma atemporal (porque el tema lo permite), que bién podría trasladarse a Ntros. días,  y que describe lo que muchas personas hoy en día viven (y que muchas veces pasa a diario a Ntro. Alrededor): La Insatisfacción. Esa que mal llevada, desemboca en algo mas fuerte que se llama frustración. Insatisfacción,  porque el amante que se tiene no es el ideal y mucho menos satisface las expectativas. Insatisfacción,  porque el perverso cambio de roles al que se someten los amantes, desembocará en que el hombre aumente en el deseo por la sobrina de la mujer, el “objeto” al que ambos remiten. Frustración perversa, que llevará a que la mujer,  finalmente, decida asesinar a su amante. Corolario: la autodestrucción, simbolizada en derribar los muebles del habitáculo en donde se produjo el perverso encuentro. Como se ve, peligrosas ideas y peligroso final. Tal vez si Ud. vio la película, imagine muy bien y compare el desarrollo de la misma, con la excelente presentación que el equipo de “La Fura” puso en escena, en lo que fue, hasta ahora, su mejor aporte para el escenario del Colón. Una “caja escénica” que merced a su montaje parecía “Suspendida” en el Aire, muy profunda ella, en donde los interpretes “se suben para no bajar”, una iluminación de primera que no dejó nada librado al azar. Un  sobrio vestuario. Una justa apoyatura fílmica para sostener la acción SOLO CUANDO SE LA NECESITA y, parte imprescindible para todo esto, una solida marcación actoral de los cantantes, quienes poseyeron el “physique du rol”, mostraron compenetración y compromiso en todo momento y salieron airosos luego de una hora y veinte minutos sin tregua alguna.

  En cambio la música no aportó nada novedoso, subraya pasajes pero no siempre mantiene la tensión, de ahí lo fundamental de la realización visual, ya que sin ella, la obra cae irremediablemente en baches que no siempre se pueden superar. Recurre a micrófono para ambos interpretes, a grabaciones para efectos sonoros y una orquesta que debe remarla y mucho con la partitura. Brad Lubman condujo de manera extraordinaria a la estable, la que cada vez suena mejor. Allison Cooke y Robin Adams son muy buenos cantantes y es evidente que por algo la vienen haciendo desde el estreno en la “Scala” milanesa. Entregaron todo y sería una severa injusticia si uno pone a alguno de los dos por sobre el otro. La partitura es correcta, pero mucho de su lenguaje, a mi juicio, ha sido superado por el tiempo. Le encuentro puntos de similitud con Marco Tutino, contemporáneo de Francesconi, de quién conociéramos “The Servant”, en el foyer del  Colón, en la puesta que Eugenio Zanetti realizara para el C.E.T.C.. Sín embargo, como siempre manifestamos con Roberto Blanco Villalba, hay una extensa lista de Compositores y Títulos a los que el Colón les debería rendir un mayor homenaje.


Donato Decina 

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