jueves, 4 de diciembre de 2014


UN PROGRAMA ARMADO CON INGENIO

Orquesta Sinfónica Nacional, Director: Pedro Ignacio Calderón. Programa:  Rodion Shchedrin: Música para el Ballet “Carmen”, basada en la música Original de la Opera homónima de Georges Bizet, para Orquesta de Cuerdas y Percusión. Dimitri Shostakovich: Sinfonía Nº 10 en Mi menor Op. 93. Auditorio de Belgrano,  31/10/14.


  Un muy acertado comentario de Daniel Varacalli Costas para el, ahora sí, muy buen programa de mano que el Ministerio de Cultura imprime para estos conciertos de la Sinfónica Nacional, explicita que el primer contacto que Prosper Merimee tuvo con la cultura gitana, fue el poema : “Los Gitanos” de Alexander Pushkin. Ahí sobrevino la inspiración para la novela “Carmen”, la que termina moviendo a Georges Bizet a componer su mayor éxito musical, y, a su vez, motivando a la gran Maia Plissetskaya a solicitarle a Aram Khatchaturian, armar para el Ballet  una obra basada en el personaje central de la opera. Al no tener éxito en el intento, convenció a su esposo, el también compositor Rodion Shchedrin  para la realización del trabajo y a Alberto Alonso, coreógrafo cubano ( hermano de la no menos célebre Alicia, bailarina como Maia, a quienes aún en etapa de declinación, este cronista tuvo el privilegio de verlas sobre un escenario), la realización de la coreografía. Como se vé la unión de dos disciplinadas bailarinas, familiares (artistas ellos también) y la potencia emblemática del lado oriental del mundo y su principal país asistido,  en plena guerra fría.  La obra vio la luz, el arreglo tiene aristas como la inclusión de la “Farandole” de “La Arlesiana” e inclusión de música del propio Shchedrin, y ambas divas a su modo,  la incorporaron a sus respectivos repertorios. Otros bailarines como Alexander Godunov la interpretaron de igual forma. Pero no está completa la historia,  si no decimos que la Ministra de Cultura Rusa de esa época, la consideró no solo una burla a la opera de Bizet, sino que contenía una fuerte carga erótica, inaceptable para el régimen. Y aquí el eslabón que faltaba, la intervención de Dimitri Shostakovich, quien logró revertir la medida y que este ballet, siguiera su camino por el mundo. Si se tiene en cuenta que la obra de fondo fue la Sinfonía Nº 10 del gran compositor, surgida luego de la muerte de Stalin, cuestionador de “Lady Machbeth de Mtensk” y la Sinfonía Nº 4, es claro que el programa se armó en dos  obras rusas que, cada una a su modo, expresaron temas de inmediata relación con la censura. Sin decirlo, la sinfónica continuó,  de alguna manera, con la línea trazada en los programas de “Música Prohibida”, que mostraron los trabajos de compositores perseguidos por el Nazismo.

  En “Carmen”, encontramos una sección de cuerdas muy afiatada y una percusión con pleno equilibrio. Calderón condujo a la fuerza instrumental con mano maestra,  recordándonos de alguna forma, la pericia con la que condujo aquellas recordadas funciones en donde la Orquesta fue el soporte instrumental del “Ballet Argentino”, durante la plenitud artística de Julio Bocca. Si bien, Shchedrin, no ha sido una luminaria de “Alto Vuelo”, debe reconocérsele lo ingenioso de la adaptación, la buena instrumentación donde la cuerda sostiene la tensión del discurso y la percusión acentúa los detalles. Todo estuvo delicadamente expuesto y la interpretación muy bien recibida.


  La “Decima” por su parte, fue objeto de una interpretación muy eficiente. Obra de atmósfera densa, tuvo en el Calderón de hoy día un interprete que la aborda a “tempi” un poco mas lento de lo usual, pero que le trae hoy a sus ochenta años mas beneficios,  ya que le permite tener un mayor control sobre la muy importante masa orquestal que la partitura dispone sobre el escenario. Faena memorable para todos los instrumentistas de viento de la Nacional, con pasajes resaltados de manera justa. Un muy buen equilibrio en los bronces (fundamentalmente los cornos en el célebre tema del anagrama, con cada nota del mismo que forma las iniciales del compositor en alemán). Buen desempeño de percusión y un notable trabajo de cuerdas. Calderón logró del conjunto un muy buen desempeño y tuvo ingenio para formular el muy buen programa propuesto.

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