PATERNOSTRO ENTREGO
SU MEJOR TRABAJO
Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Director: Roberto
Paternostro. Solistas: Alejandra Malvino (Mezzosoprano), Enrique Folger
(Tenor), Fernando Chiappero (Corno). Programa: Benjamín Britten: Serenata para
Tenor, Corno y Orquesta de Cuerdas. Gustav Mahler. “La Canción de la Tierra”.
Teatro Colón, 30/10/14.
En esta penúltima
entrega del año (parece mentira, pero es real), la Filarmónica ofreció un
programa de concepción extraordinaria, dado la calidad de los compositores
abordados, como las obras de ellos elegidas. Se puede decir que Benjamín
Britten es, en cierto modo, un continuador de la obra de Gustav Mahler, en la
que indudablemente abrevó, hasta refinar y mejorar aún mas el repertorio que
para la Voz y Orquesta se refiere. Y la prueba fehaciente la da el hecho que
tanto la Serenata del compositor Inglés, como “La Canción de la Tierra”, son obras que recrean los mismos climas y que,
hechas de manera extraordinaria como
sucedió en el Colón, mantienen la atención del oyente de punta a punta.
La Serenata de
Britten, es una obra que cautiva desde un principio, dado el instrumento
solista elegido (que al comienzo y al final de la obra es para corno antiguo de
sonido natural, en el que el interprete debe realizar un “solo”), la asignación
para la voz de tenor (es una obviedad decir que Peter Pears, pareja del
compositor Inglés, fue el motivador del trabajo) y el fondo de cuerdas,
tratadas maravillosamente. Los poemas abordados de autores ingleses, que van
desde el siglo 17 al 19 (a diferencia de
la Sinfonía “Primavera” escuchada la semana anterior por la Sinfónica
Nacional que son mas antiguos), contribuyen con sus textos a la generación del
clima de intimidad que la obra pide. El trabajo tanto de Enrique Folger en la
parte cantada, como de Fernando Chiappero en la parte solista instrumental, fue sencillamente irreprochable. El primero en
plenitud de sus medios vocales, tuvo puro refinamiento en su intervención,
matices y exquisitez en el decir. El segundo con una técnica impecable, dando
en la tecla en todo momento con el sentido de la música, y saliendo airoso en la nada fácil tarea de la
interpretación de un instrumento antiguo. Paternostro en la línea de trazo
grueso que se le conoce, pero aún así, gracias a la impecable tarea de las
cuerdas de la Filarmónica que sonaron magníficas, logró redondear un trabajo
convincente.
El plato fuerte de la
noche fue la espectacular versión ofrecida de “La Canción de la Tierra”, y aquí si, honor al Director Austríaco, quien
demostró tener conocimiento y
consustanciación con la obra, mostrándola casi al nivel que el inolvidable
Franz Paul Decker lo hiciera dos décadas atrás. La formidable instrumentación
de Mahler, quien toma traducidos al alemán poemas de cuatro autores chinos (incluidos en la
antología “La Flauta China” de Hans Bethge, traductor de los mismos), logrando
un producto con colores, detalles y hasta climas propios de Oriente (amén de
citas de su propia cosecha), fue amalgamada por Paternostro de manera
increíble. Enrique Folger, con una faena memorable en el poema inicial
“Brindis a las Miserias Terrenales”, y
un desempeño magnífico en las otras dos canciones y una Alejandra Malvino
formidable, conmoviendo hasta al mas insensible con “La Despedida”, dándole
énfasis, saber decir y una lección de buen gusto interpretativo. La Filarmónica
tuvo una noche para el mejor recuerdo y Paternostro será también recordado, con
este Mahler que aporta y mucho.
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