jueves, 4 de diciembre de 2014

PATERNOSTRO ENTREGO SU MEJOR TRABAJO

Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Director: Roberto Paternostro. Solistas: Alejandra Malvino (Mezzosoprano), Enrique Folger (Tenor), Fernando Chiappero (Corno). Programa: Benjamín Britten: Serenata para Tenor, Corno y Orquesta de Cuerdas. Gustav Mahler. “La Canción de la Tierra”. Teatro Colón, 30/10/14.

  En esta penúltima entrega del año (parece mentira, pero es real), la Filarmónica ofreció un programa de concepción extraordinaria, dado la calidad de los compositores abordados, como las obras de ellos elegidas. Se puede decir que Benjamín Britten es, en cierto modo, un continuador de la obra de Gustav Mahler, en la que indudablemente abrevó, hasta refinar y mejorar aún mas el repertorio que para la Voz y Orquesta se refiere. Y la prueba fehaciente la da el hecho que tanto la Serenata del compositor Inglés, como “La Canción de la Tierra”,  son obras que recrean los mismos climas y que,  hechas de manera extraordinaria como sucedió en el Colón, mantienen la atención del oyente de punta a punta.

  La Serenata de Britten, es una obra que cautiva desde un principio, dado el instrumento solista elegido (que al comienzo y al final de la obra es para corno antiguo de sonido natural, en el que el interprete debe realizar un “solo”), la asignación para la voz de tenor (es una obviedad decir que Peter Pears, pareja del compositor Inglés, fue el motivador del trabajo) y el fondo de cuerdas, tratadas maravillosamente. Los poemas abordados de autores ingleses, que van desde el siglo 17 al 19 (a diferencia de  la Sinfonía “Primavera” escuchada la semana anterior por la Sinfónica Nacional que son mas antiguos), contribuyen con sus textos a la generación del clima de intimidad que la obra pide. El trabajo tanto de Enrique Folger en la parte cantada, como de Fernando Chiappero en la parte solista instrumental,  fue sencillamente irreprochable. El primero en plenitud de sus medios vocales, tuvo puro refinamiento en su intervención, matices y exquisitez en el decir. El segundo con una técnica impecable, dando en la tecla en todo momento con el sentido de la música,  y saliendo airoso en la nada fácil tarea de la interpretación de un instrumento antiguo. Paternostro en la línea de trazo grueso que se le conoce, pero aún así, gracias a la impecable tarea de las cuerdas de la Filarmónica que sonaron magníficas, logró redondear un trabajo convincente.

  El plato fuerte de la noche fue la espectacular versión ofrecida de “La Canción de la Tierra”,  y aquí si, honor al Director Austríaco, quien demostró  tener conocimiento y consustanciación con la obra, mostrándola casi al nivel que el inolvidable Franz Paul Decker lo hiciera dos décadas atrás. La formidable instrumentación de Mahler, quien toma traducidos al alemán poemas de  cuatro autores chinos (incluidos en la antología “La Flauta China” de Hans Bethge, traductor de los mismos), logrando un producto con colores, detalles y hasta climas propios de Oriente (amén de citas de su propia cosecha), fue amalgamada por Paternostro de manera increíble.  Enrique Folger,  con una faena memorable en el poema inicial “Brindis a las Miserias Terrenales”,  y un desempeño magnífico en las otras dos canciones y una Alejandra Malvino formidable, conmoviendo hasta al mas insensible con “La Despedida”, dándole énfasis, saber decir y una lección de buen gusto interpretativo. La Filarmónica tuvo una noche para el mejor recuerdo y Paternostro será también recordado, con este Mahler que aporta y mucho.


Donato Decina

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