viernes, 3 de octubre de 2014

BELLO BRAHMS PARA EL REENCUENTRO



Festivales Musicales de Buenos Aires: Actuación de la Orquesta Sinfónica Nacional, Director: Pedro Ignacio Calderón. Solista: Carmen Piazzini (Piano). Programa: Ludwig Van Beethoven: Sinfonía Nº 6 en Fa mayor Op. 68 “Pastoral”. Johannes Brahms: Concierto para Piano y Orquesta Nº 1 en Re menor Op.15. Teatro Coliseo, 01/10/14.

  En una sala sorprendentemente “raleada”,  teniendo en cuenta antecedentes y capacidad de los intérpretes convocados, Festivales Musicales entregó otra de sus propuestas de la presente temporada.  Grato fue reencontrar dentro del abono de este año a la Sinfónica Nacional y a Pedro Ignacio Calderón después de mucho tiempo, y celebrar la reaparición como solista de Carmen Piazzini, en una obra que semeja a un monumento como el primero de los conciertos para piano y orquesta de Brahms. Si la apertura corrió por cuenta de la “Pastoral” de Beethoven, redondeamos un magnífico programa.
  La sinfonía, que ya había sido abordada por los intérpretes dentro de la integral Beethoven que llevaron a cabo en Belgrano en la presente temporada, tuvo una versión muy digna, con una interesante concertación por parte del Director, el que guió con buen pulso y tempi sostenido. Buen lucimiento tuvieron algunos instrumentistas de vientos con pasajes de destaque en Flautas, Piccolo y Clarinete. A un buen movimiento de apertura, siguió un Andante que fue de lo mas expresivo que se la haya escuchado a Calderón en los últimos tiempos. Llamó la atención sin embargo dos desinteligencias con la primera fila de violines en los inicios tanto del cuarto movimiento (escena de la tormenta) como del quinto (comienzo del canto de gloria), aunque de ninguna manera opacaron la labor del conjunto.
  La segunda parte nos encontró con una magnífica simbiosis solista/director para una de las mas interesantes versiones del primer concierto para piano y orquesta de Brahms que se hayan escuchado últimamente. Carmen Piazzini mostró toda su valía con una interpretación de mucha enjundia. Tuvo firmeza, refinamiento, canto, magnífico sonido, seguridad, precisión en los ataques y entrega absoluta. Calderón fue un magnífico complemento,  demostrando todo su oficio y su conocimiento de la obra, guiando al conjunto con sabiduría, entradas precisas y permanente seguimiento de la solista, regalándonos ambos a todos los presentes un muy buen trabajo en equipo como pocas veces se ha visto en este tipo de abonos de concierto. Bravo a ambos y a Festivales Musicales que supo armar con inteligencia la propuesta.

Donato Decina

  

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