Festivales Musicales de Buenos Aires: Actuación de la
Orquesta Sinfónica Nacional, Director: Pedro Ignacio Calderón. Solista: Carmen
Piazzini (Piano). Programa: Ludwig Van Beethoven: Sinfonía Nº 6 en Fa mayor Op.
68 “Pastoral”. Johannes Brahms: Concierto para Piano y Orquesta Nº 1 en Re
menor Op.15. Teatro Coliseo, 01/10/14.
En una sala
sorprendentemente “raleada”, teniendo en
cuenta antecedentes y capacidad de los intérpretes convocados, Festivales
Musicales entregó otra de sus propuestas de la presente temporada. Grato fue reencontrar dentro del abono de
este año a la Sinfónica Nacional y a Pedro Ignacio Calderón después de mucho
tiempo, y celebrar la reaparición como solista de Carmen Piazzini, en una obra
que semeja a un monumento como el primero de los conciertos para piano y
orquesta de Brahms. Si la apertura corrió por cuenta de la “Pastoral” de
Beethoven, redondeamos un magnífico programa.
La sinfonía, que ya
había sido abordada por los intérpretes dentro de la integral Beethoven que
llevaron a cabo en Belgrano en la presente temporada, tuvo una versión muy
digna, con una interesante concertación por parte del Director, el que guió con
buen pulso y tempi sostenido. Buen lucimiento tuvieron algunos instrumentistas
de vientos con pasajes de destaque en Flautas, Piccolo y Clarinete. A un buen
movimiento de apertura, siguió un Andante que fue de lo mas expresivo que se la
haya escuchado a Calderón en los últimos tiempos. Llamó la atención sin embargo
dos desinteligencias con la primera fila de violines en los inicios tanto del
cuarto movimiento (escena de la tormenta) como del quinto (comienzo del canto
de gloria), aunque de ninguna manera opacaron la labor del conjunto.
La segunda parte nos
encontró con una magnífica simbiosis solista/director para una de las mas
interesantes versiones del primer concierto para piano y orquesta de Brahms que
se hayan escuchado últimamente. Carmen Piazzini mostró toda su valía con una
interpretación de mucha enjundia. Tuvo firmeza, refinamiento, canto, magnífico
sonido, seguridad, precisión en los ataques y entrega absoluta. Calderón fue un
magnífico complemento, demostrando todo
su oficio y su conocimiento de la obra, guiando al conjunto con sabiduría,
entradas precisas y permanente seguimiento de la solista, regalándonos ambos a
todos los presentes un muy buen trabajo en equipo como pocas veces se ha visto
en este tipo de abonos de concierto. Bravo a ambos y a Festivales Musicales que
supo armar con inteligencia la propuesta.
Donato Decina
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