“Nuova Harmonía 2014”: Actuación del “Sestetto Stradivari”
(Roma-Italia), Músico Invitado: Eduardo Hubert (Piano). Programa: Antonín
Dvorak: Quinteto para Piano y Cuerdas Nº 2 en La mayor Op.81; Johannes Brahms:
Sexteto para Cuerdas en Si bemol mayor Op. 18. Teatro Coliseo (22/05/14).
Dentro de una
temporada caracterizada por la renovación de autoridades tanto en la Fundación
Cultural Coliseum como en el propio Teatro Coliseo (Esto último propiciado por
la propia Sra. Embajadora de Italia en la Argentina) y , como consecuencia de
ello, una renovación en la sala de la calle Marcelo T. de Alvear ( vea el hall
de ingreso y compare), “Nuova Harmonía” presentó en su ciclo al “Sestetto
Stradivari” de Roma, integrado según nos dice el programa de mano por primeros
atriles de la Orquesta Nacional de la Academia Santa Cecilia de Roma, de los
que quisiéramos conocer sus identidades, ya que de forma absolutamente
inexplicable, el programa de mano no ofrece ningún nombre, solo que fueron
convocados por el luthier Claude Lebet, para la feria internacional “L’Arte del
Violino” del año 2001 y desde allí echaron a recorrer el mundo. Loable fue la
conformación del programa para Esta velada con dos obras de excepción. Hablar
del Quinteto para Piano y Cuerdas Nº2 de Dvorak, es ofrecer una de las obras
capitales del repertorio camaristico y ni que hablar del Sexteto para Cuerdas
de Brahms, todo un desafío en Sí mismo. Bienvenida sea la propuesta. Voy
entonces a dar mi opinión al respecto.
Pocas obras concitan
tanta expectativa y tienen tanta belleza como el Quinteto para Piano y Cuerdas
Nº 2 de Dvorak. Su fuerte contenido musical es una apuesta para demostrar la solidez de la formación y
el entendimiento entre los ejecutantes. La amalgama lograda entre Eduardo
Hubert y los demás intérpretes fue contundente. Desde la introducción inicial
del piano, pasando al nutrido desarrollo de ese primer movimiento, siguiendo
por la “Dumka” que expone el segundo movimiento, el Furiant, que nos recuerda al similar no menos
famoso que encontramos en la Sinfonía Nº 6 y el Allegro final, nos mostraron a
una agrupación de sonido refinadísimo y a un Eduardo Hubert totalmente
consustanciado con los demás colegas, logrando una versión exquisita de pulcro
sonido, con momentos cumbres como en el segundo y cuarto movimientos.
Sobresaliente el Violoncello (para la próxima nombres ¡Por Favor!) y el final
que todos expresaron de elocuente manera.
Los visitantes
mostraron toda su valía en la segunda parte con otra refinada versión, en este
caso del sexteto para cuerdas Op. 18 de Brahms. La consistencia, la amalgama en
el sonido, la pulcritud, los matices, todo estuvo entrelazado de manera
formidable, logrando del público una sostenida ovación, que se vio retribuida
con dos bises para los que nuevamente se contó con el concurso de Hubert en el
piano, en dos arreglos de obras que le pertenecen al pianista argentino:
“Fauretango” (dedicada al “Cuarteto Faure”, cuyos integrantes fueron alumnos de
Hubert en Stuttgart) y “Martulango” (dedicada a su amiga Martha Argerich y
estrenada por Ella en sus recordados festivales en el Colón, junto a Hubert y
la Orquesta “Juan de Dios Filiberto”). Broche de Oro final para una sesión
exquisita.
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