sábado, 15 de marzo de 2014

UNA APERTURA APENAS DISCRETA




Teatro Colón: Concierto Nº 1 del Abono 2014 a cargo de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Director: Ira Levin, Solista: Karin Lechner (Piano). Programa: Wagner: Obertura “Fausto”,  Mendelsohn: Concierto para Piano y Orquesta Nº 1, Brahms: Sinfonía Nº 2 en Re mayor Op.73 (Teatro Colón: 13/03/14).

  Al ir llegando a la sala, recordaba que muchos años atrás a esta altura del año recién terminaban de “desperezarse” los cuerpos estables del Teatro. Sea porque estaba terminando la función de Opera (generalmente el título Boom de la temporada anterior, repuesto con elenco nacional o alguna Opereta) o algún concierto (que se podía repetir en plazas, parques o anfiteatros de la Ciudad o algún ballet popularísimo (recuerdan la coreografía de José Zartmann del Bolero Raveliano en el balcón de Libertad). Después venia el turno de la pretemporada otoñal (básicamente conciertos) y para alrededor de fines de Abril o principios de Mayo, se iniciaba la temporada oficial propiamente dicha. Vaya uno a saber por cuales razones, pero lo cierto es que desde antes de la actual gestión que para Marzo, casi en frío, se comienza directamente por la temporada oficial. Aquí se comenzó con corrección, pero parece arriesgada la jugada. La primera sorpresa estuvo dada al subir la escalera del Foyer. Una mesa ocupada por una de las acomodadoras de sala y un cartel que decía ·Venta de Programas”, ¿el general de la temporada?, ¡No!, el de mano que siempre se le daba al público, que ahora comenzará a venderse nuevamente. ¿A cuanto?. ¡$50!, casi una entrada a paraíso de pié. Saque cada cuál sus conclusiones, la mía es una sola: disparate.

  Dentro de lo estrictamente musical, fue una grata sorpresa encontrar a la Orquesta armada con una disposición igual a la de las mejores agrupaciones en su tipo. Situar a los violines a cada lado del escenario. Cellos y contrabajo a la izquierda, violas al centro y buen reparto de vientos, bronce y percusión, dio como resultado un sonido mas profundo., que se notó y mucho durante a segunda de Brahms. Tal vez haya sido idea de Levin, no lo sabemos, el próximo concierto que marcará el retorno de Diemecke al podio, nos dará la respuesta. En cuanto al programa y haciendo la salvedad que el sonido del conjunto fue “inmaculado”, nos cabe destacar la buena técnica de Karin Lechner en el concierto de Mendelsohn, teniendo momentos de valía. El público fue acrecentando de a poco el aplauso como tributo a su actuación y prefirió repetir el tercer movimiento completo, aunque en realidad fue en el segundo, de clima sutil e intensamente intimista el que para mí mostró su mejor nivel.  En cuanto al trabajo de Levin, comenzó con una desabrida versión  de la Obertura “Fausto” de Wagner, ausente de los atriles por mucho tiempo y que evidentemente lo estará mas aún después de una interpretación anodina y falta de recursos para una obra que pide mucho más. No pasó de lo correcto en el acompañamiento del Concierto y la segunda de Brahms tuvo de su parte una lectura correcta, carente de mayor enfasis en algunos pasajes y una alarmante ausencia de matices en muchos momentos, lo que hizo que se hiciera muy “pesada” de llevar para Este cronista. Como se ve demasiado poco y encima cosas “extra musicales”, que ponen mas tenso al auditorio.


Donato Decina


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