Nuova Harmonía: Actuación de Zukerman Chamber Players
(Pinchas Zukerman (Violín), Amanda Forsyth (Violoncello), Angela Cheng (Piano).
Programa: Beethoven: Allegretto en Si Bemol Mayor Wo0 39, Félix Mendelsohn
Bartholdy: Trío N° 1 en Re Menor Op.49, Beethoven: Trío N° 6 en Si Bemol Mayor
“Archiduque”. Teatro Colón: 12/08/13.
Es un clásico que
con cierta frecuencia se repite en los últimos 26 años aproximadamente, las
visitas a Ntro. País de Pinchas Zukerman en diferentes roles, aunque aún le
falta añadir entre Nosotros el de conductor sinfónico, como ya la ha hecho acá
su colega italiano Salvatore Accardo para la misma entidad organizadora (a
tomar nota de ello). Siempre que ha hecho música de cámara, abordó diferentes
repertorios con diferentes formaciones, recordemos las sesiones en el Coliseo
con Pinchas Zukerman and Friends, cuyos miembros eran primeros atriles de la
New York Philarmonic (Recordemos por caso a la notable violista Carla María Rodrigues),
También en su visita anterior con la misma denominación actual, lo hizo en
formato de cuarteto. Hoy, teniendo en la actualidad en Canadá el epicentro de
su actividad, conformó un trío con dos
instrumentistas oriundas de ese país, Amanda Forsyth (Violoncellista que ya
viniera en la anterior visita y actual esposa del intérprete) y Angela Cheng,
una pianista de ascendencia china que nos sorprendería gratamente a lo largo de
la sesión. La velada comenzó con una simpática rareza beethoveniana, el “Allegretto
en Sí Bemol Mayor”, pieza compuesta en 1812, de carácter simple que sirvió a
los intérpretes como buen precalentamiento para lo que vendría a posteriori, el
Trío N° 1 de Mendelsohn y aquí encontramos características que se mantendrían
inalterables a lo largo de la noche. Lo señalado respecto de Angela Cheng que
se erige en Columna Vertebral del conjunto, es el sostén, quien permanentemente
balancea entre la calidad de Zukerman y las vibrantes intervenciones de
Forsyth, sosteniendo el andamiaje con sonido justo y toque preciso. El rasgo
saliente de toda la sesión, es que el
trío transformó el Colón en una virtual sala de cámara, con un sonido chico muy
justo, que no cabe duda que se expandió a todos los sectores del mismo y que ha
hecho partícipe al público de una sesión de música hecha “como en casa”. Si en
Mendelsohn se logró el objetivo, sín por ello afectar la música del compositor,
la que fluyó de la manera en que lo expresé líneas más arriba, sorprendió, sí,
que el mismo tratamiento se aplicara en
el Trío “Archiduque” de Beethoven, hasta transformarlo en una pieza
diametralmente opuesta comparando esta versión ofrecida con la que meses atrás
escucháramos en la misma sala por el Athos Piano Trío de Alemania para
Mozarteum. Mientras en la versión del Athos, la garra y el fuego
Beethovenianos, estuvieron siempre expuestos, casi como una marca a fuego, aquí
el enfoque intimista llevó a convertir la obra en una pieza casi expresionista
y eso hace a que Yo defina a esta experiencia como “hacer música como en casa”,
como muchas veces lo dijimos respecto a aquellos desaparecidos festivales que
Martha Argerich hacía entre nosotros. Hubo lugar para un bis, aunque es
comprensible la reacción casi fría del público, que evidentemente tardó en
reaccionar ante la sorpresa con que recibió la interpretación del “Archiduque”
y fue una marcha de Fritz Kreisler en
donde ahí sí, Zukerman y sus acompañantes pudieron por fin meterse al público
en el bolsillo.
DONATO DECINA
No hay comentarios:
Publicar un comentario