viernes, 16 de agosto de 2013

ZUKERMAN+CHAMBER PLAYERS=MUSICA EN LA INTIMIDAD



Nuova Harmonía: Actuación de Zukerman Chamber Players (Pinchas Zukerman (Violín), Amanda Forsyth (Violoncello), Angela Cheng (Piano). Programa: Beethoven: Allegretto en Si Bemol Mayor Wo0 39, Félix Mendelsohn Bartholdy: Trío N° 1 en Re Menor Op.49, Beethoven: Trío N° 6 en Si Bemol Mayor “Archiduque”. Teatro Colón: 12/08/13.

   Es un clásico que con cierta frecuencia se repite en los últimos 26 años aproximadamente, las visitas a Ntro. País de Pinchas Zukerman en diferentes roles, aunque aún le falta añadir entre Nosotros el de conductor sinfónico, como ya la ha hecho acá su colega italiano Salvatore Accardo para la misma entidad organizadora (a tomar nota de ello). Siempre que ha hecho música de cámara, abordó diferentes repertorios con diferentes formaciones, recordemos las sesiones en el Coliseo con Pinchas Zukerman and Friends, cuyos miembros eran primeros atriles de la New York Philarmonic (Recordemos por caso a la notable violista Carla María Rodrigues), También en su visita anterior con la misma denominación actual, lo hizo en formato de cuarteto. Hoy, teniendo en la actualidad en Canadá el epicentro de su actividad,  conformó un trío con dos instrumentistas oriundas de ese país, Amanda Forsyth (Violoncellista que ya viniera en la anterior visita y actual esposa del intérprete) y Angela Cheng, una pianista de ascendencia china que nos sorprendería gratamente a lo largo de la sesión. La velada comenzó con una simpática rareza beethoveniana, el “Allegretto en Sí Bemol Mayor”, pieza compuesta en 1812, de carácter simple que sirvió a los intérpretes como buen precalentamiento para lo que vendría a posteriori, el Trío N° 1 de Mendelsohn y aquí encontramos características que se mantendrían inalterables a lo largo de la noche. Lo señalado respecto de Angela Cheng que se erige en Columna Vertebral del conjunto, es el sostén, quien permanentemente balancea entre la calidad de Zukerman y las vibrantes intervenciones de Forsyth, sosteniendo el andamiaje con sonido justo y toque preciso. El rasgo saliente de toda la sesión,  es que el trío transformó el Colón en una virtual sala de cámara, con un sonido chico muy justo, que no cabe duda que se expandió a todos los sectores del mismo y que ha hecho partícipe al público de una sesión de música hecha “como en casa”. Si en Mendelsohn se logró el objetivo, sín por ello afectar la música del compositor, la que fluyó de la manera en que lo expresé líneas más arriba, sorprendió, sí, que el mismo tratamiento  se aplicara en el Trío “Archiduque” de Beethoven, hasta transformarlo en una pieza diametralmente opuesta comparando esta versión ofrecida con la que meses atrás escucháramos en la misma sala por el Athos Piano Trío de Alemania para Mozarteum. Mientras en la versión del Athos, la garra y el fuego Beethovenianos, estuvieron siempre expuestos, casi como una marca a fuego, aquí el enfoque intimista llevó a convertir la obra en una pieza casi expresionista y eso hace a que Yo defina a esta experiencia como “hacer música como en casa”, como muchas veces lo dijimos respecto a aquellos desaparecidos festivales que Martha Argerich hacía entre nosotros. Hubo lugar para un bis, aunque es comprensible la reacción casi fría del público, que evidentemente tardó en reaccionar ante la sorpresa con que recibió la interpretación del “Archiduque” y fue una marcha de Fritz Kreisler  en donde ahí sí, Zukerman y sus acompañantes pudieron por fin meterse al público en el bolsillo.


DONATO DECINA

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