DESPEDIDA
El 31 de diciembre de 2016, será el último programa de OPERA CLUB,luego de 26 años en el aire y luego del fallecimiento de su creador, Roberto Blanco Villalba, el 30 de octubre pasado.
Con ello,y por voluntad de los herederos de Roberto,también llegará a su fin este Blog.
Los compañeros de equipo de Roberto,que continuamos con su legado por 2 meses,agradecemos a los lectores de todo el mundo y nos despedimos, prometiendo volvernos a encontrar próximamente en una nueva página web en la que seguiremos comentando todo lo relativo al mundo de la música.
viernes, 30 de diciembre de 2016
martes, 20 de diciembre de 2016
SOLISTA INMEJORABLE
+ DIRECTOR INMEJORABLE = MUSICA PARA LOS DIOSES
Orquesta Filarmónica de Buenos Aires: Director Invitado: Carl
St. Clair. Solista: Nelson Goerner (Piano). Programa: Leonard Bernstein:
“Slava” (Obertura Política). Piotr Illich Tchaickovsky: Concierto para Piano y
Orquesta en Si bemol menor, Op. 23. Dimitri Shostakovich: Sinfonía Nº 10 en Mi
menor, Op. 93. Teatro Colón: 15 de Diciembre de 2016.
Así como el
desorganizado futbol Ntro. de cada día tiene sus calendarios de disputa “Alla
Europea”, el Colón en general y la Filarmónica en particular parecieran correr
en idéntico sentido, sino no hay forma de entender como puede ser posible que
en pleno Diciembre, con un factor climático que preanuncia el que puede ser un
rígido verano (y a pesar de la refrigeración de sala), estén pendientes dos conciertos de abono de la
Filarmónica, con el último a ofrecerse a escasas cuarenta y ocho horas de la
Nochebuena. Jamás en mis treinta y tres años de permanente concurrencia a la
sala de la calle Libertad (y mas de uno de Uds. con mas años que Yo también) me
tocó presenciar un desaguisado semejante. Y revisando la programación del
próximo año, si bien la Orquesta tendrá mas conciertos y culminará alrededor de
Noviembre su temporada (lo que significa
una vuelta casi a lo normal), será el “Andrea Chenier” de Marcelo Alvarez el
que en pleno Diciembre culmine la actividad. Es cierto que para estas fechas
existía un “Ciclo de Primavera” menos formal. Entonces debemos volver a esas
fuentes y, como la programación próxima, navegar en el tema fechas hacia aguas
mas calmas.
Mas allá del anterior
comentario, quienes asistimos a esta velada hemos tenido el privilegio de
escuchar la mejor versión que un pianista argentino haya ofrecido del Nº 1 de
Tchaickovsky y a Nelson Goerner le ha cabido semejante honor. Versión intensa,
plena de lirismo, toque prolijo, llena de sutilezas y energía perfectamente
administrada sin abuso alguno del pedal.
Compenetración total con la obra y espectacular diálogo con la orquesta.
También es responsable de ello Carl St. Clair, conductor Norteamericano
discípulo de Leonard Bernstein, titular de la Sinfónica del Pacífico en su país
y de la Sinfónica Nacional de Costa Rica, quien además ostenta una interesante
foja de servicios en su país y Europa, dueño de una muy pulida técnica
interpretativa que logró de la Filarmónica un superlativo rendimiento. La atención de la sala fue única, con un
pulcro silencio que logró hacer callar hasta a los impertinentes celulares. Y
el estallido de júbilo que hubo al final de la obra fue disparador de un bis
para la mas exquisita “cosecha Goerner”: un Nocturno de Chopin en el que creó
una atmósfera maravillosa, plena de apasionamiento, canto y belleza tímbrica.
En cuanto al
Director, ya desde el mismo comienzo impresionó de buena forma al abordar
“Slava” de Leonard Bernstein. Tempi justo, versión “chispeante”, animada y
plena de color. Al explicar a posteriori el formato del programa y las
particularidades de la Décima de Shostakovich, nos explicaba su relación con el
gran compositor y Director de Orquesta Norteamericano, la amistad de este
último con “Slava” Rostropovich (de hecho el título de la obra de Bernstein
lleva el sobrenombre del genial violoncelista ruso [desertor de su país] y fue
compuesta para celebrar la llegada del interprete a Washington para hacerse
cargo de la Sinfónica Nacional de esa ciudad) y la de “Slava” con Dimitri
Shostakovich (bien conocida por todos Ntros.), y por ello la inclusión de la
Decima en el programa.
La versión que
escuche en el Colón, se inscribe dentro de las tres mejores que uno haya
escuchado, aclarando que no tuve la fortuna de estar presente en la de Yuri
Temirkanov con la Filarmónica de San Petersburgo para el Mozarteum en el Colón,
que al decir de todos fue la mas perfecta. Entonces la ubicamos junto a la de
Stanislaw Skrowaczewsky y la Halle de Manchester, y a la primera versión de Pedro Ignacio
Calderón con la Sinfónica Nacional en el Auditorio de Belgrano en el año 2005
(cuando por ese entonces en un reportaje concedido a este cronista le
manifestaba que ese era el tiempo en que debía abordar este repertorio). Tuvo pasión, intensidad, fuerza, tensión
dramática en una progresión que dejó al auditorio sin aliento. Para ello contó con
la inestimable colaboración del Clarinetista Jorge Caldelari quien ofició de
traductor al público y sin dejar de manifestar que el celebre tema que lleva en
cada nota cada inicial del nombre de Shostakovich en idioma alemán sería
interpretado por el solista Fernando Chiappero, con lo que logró además ganarse
el favor de la agrupación toda que respondió de manera formidable y se ganó la
merecida ovación de la concurrencia.
Para la próxima
semana esta anunciada la presentación de Leonid Grín como Director Invitado. Bienvenido.
Tanto El, como St. Clair, como Roberto Minczuk (Que el día anterior guiará a la
Estable, a pedido de la misma), son Maestros que deberán ser convocados con
mayor frecuencia para ayudar al que el Trabajo de Enrique Arturo Diemecke sea
perfeccionado aún mas.
Donato Fabián Decina
miércoles, 14 de diciembre de 2016
UNA GRIETA QUE
TARDARA MUCHO TIEMPO EN CERRARSE
Teatro Colón, temporada 2016: “Porgy and Bess”, Opera en tres
actos, música de George Gershwin con libro de
Dubose y Dorothy Heyward e Ira Gershwin. Interpretes: Xolela Sixaba
(Porgy), Nonhlanhla Yende (Bess), Mandisinde Mbuyazwe (Crown), Lukhanyo Moyake
(Sportin’Life), Siphamandla Yakupa (Clara), Goitsemang Lehobye (Serena) Miranda
Tini (María), Mthunzi Mbombela (Robbins), Mandla Mndebele (Sepulturero), Owen
Metsileng (Jake), Lindile Kula, Jr. (Jim), Lusindiso Dubula (Mingo), Andile
Tshoni (Peter), Bukelwa Velem (Lilly), Noluvuyiso Mpofu (Vendedora de
Frutillas), Nkululeko Masuku (Vendedor de Cangrejos), Nkosana Sitimela
(Frazier), Thando Mjandana (Nelson), Brian Notcutt (Archdale y Coronel), Gideon
Lombard (Detective), Niel Roux-Roy Hunter (Policías), Luthando Tsodo-Shaun Oelf
(Bailarines), Renaldo Wales (Trompetísta), Enzo Daniel Viviani-Guadalupe
Fustinoni (Hijos de Serena). Coro de la Opera de Ciudad del Cabo, Director:
Marvin Kernell. Orquesta Estable del Teatro Colón. Escenografía y Vestuario:
Michael Mitchell. Iluminación y Dirección Técnica: Kobus Rossouw, Coreografía:
Sibonakaliso Ndaba. Dirección de Orquesta: Tim Murray, Dirección Escénica:
Christine Crouse. Función del 06 de Diciembre de 2016.
A dos décadas de producirse su estreno en la
recordada producción de la Opera de Virginia, “Porgy and Bess” retornó al
escenario del Colón como cierre de la presente temporada lírica y esta vez con
otra producción igualmente foránea, en este caso de la opera de Ciudad del Cabo
(Sudáfrica), la que lleva la firma de Christine
Crouse, quien se desempeño también hasta hace dos años atrás como
Directora Artística de esa casa.
Si bien en las
acciones se denota un innegable respeto por la esencia de la obra, la
ambientación, tal como reza en el programa de mano, transcurre en los años del
“Apartheid” Sudafricano en los tiempos en que Don Nelson Mandela sufría la
cárcel. Quizás sin proponérselo, Darío
Lopérfido no alcanzaba a dimensionar el tipo de puesta que traía al escenario
del Colón, mas aún, si tenemos en cuenta que parte de la gente que ha venido
aquí para este espectáculo estuvo entre Ntros. para el F.I.B.A. del año pasado
en aquella memorable adaptación del Macbeth Verdiano ( el que también
transcurría por esas latitudes con un final de “mas de lo mismo”) , casi al
igual que en la puesta de este año de Marcelo Lombardero, solo que en la Ntra. la
partitura se respetó tal cuál y en la Africana se repetía dramáticamente el
cierre con “Patria Opressa”. Este año en la época actual, cuestionado como está
en el tema Derechos Humanos, con el recordado conato producido en el
espectáculo fuera de abono del doble programa Dallapiccola, en donde la puesta
abordaba esa temática y en donde enmascarados protestaron en su contra a la
salida de la función del Día Domingo por la tarde , previo arrojar minutos
antes volantes en el mismo sentido
dentro de la sala con la misma en penumbras (hubiese sido saludable que lo
hicieran a cara limpia e identificándose, es inadmisible que en plena
democracia se proteste de esa manera), esta puesta trae a la luz el tema de las
grietas, ya que si Ntros. a treinta y tres años de recuperada la Democracia,
seguimos en la disyuntiva de los desaparecidos y no lo hemos superado hasta el
presente, con mas razón Sudáfrica que ha padecido odio racial, se expresa de
esta manera en un espectáculo como este, con una puesta a lo “Broadway” que
recuerda por momentos a “West Side Story” (las escenas del accionar policial
por ejemplo), aprovechando la versatilidad de los interpretes que cantan,
bailan y se mueven como peces en el agua en la actuación, aún cuando la
historia haya corrido el riesgo de verse desnaturalizada. El debate seguirá por
supuesto vigente y seguramente escucharemos todas las voces. De todos modos y
mas allá del resultado artístico final, sería bueno que comencemos a encontrar
instancias superadoras y una mayor
creatividad artística a la hora de encomendar los títulos a representarse. Para
mi gusto, me quedo con la anterior de la Opera de Virginia, fiel al original y
a la música de Gershwin, que en esa era definitivamente la protagonista
principal. Mas allá de todo lo por mi expuesto, el nivel de realización
escénica fue sobria y expuesta con inteligencia, los estereotipos de los personajes
fueron respetados escrupulosamente y de allí surgieron las mejores actuaciones.
Es así que los puntales fundamentales de la función fueron Mandisinde Mbuyazwe
como el recio Crown quien desata parte de la siniestra trama y Lukhanyo Moyake
como el siniestro Sportin’Life, ambos totalmente compenetrados con sus
personajes, en el actuar y en el cantar. Otro tanto ocurre con Miranda Tini en
el rol de María, la dueña de la tienda. Siphamandia Yakupa como Clara, tuvo una
correcta actuación, aún cuando en la célebre “Summertime” llegó con lo justo a
las notas mas agudas y otro tanto le cabe a Goitsemang Lehobye en el rol de
Serena, con las mismas características interpretativas de su otra colega. En
cuanto a la pareja protagónica, Nonhlanhla Yende como Bess tiene una su favor una figura ideal para el
papel, correcta entonación y buena dicción en las zonas graves y medias pero
algunas muy tirantes en el pasaje agudo. De la misma forma que Xolela Sixaba
como Porgy con imponente presencia y voz cavernosa casi como un Yanqui mas pero
al que también la zona aguda lo lleva a un timbre desparejo. Ambos muy buenos
actores con solidas composiciones. El
resto de los roles co-primarios fueron asignados a muy buenos elementos, los
que se movieron con total dominio de la escena y un meritorio desempeño de Enzo
Daniel Viviani y Guadalupe Fustinoni como los hijos de Serena y Robbins con
simpático desempeño actoral. El Coro, preparado por Marvin Kernelle tuvo un
destacadísimo desempeño en las escenas de conjunto. Cantaron, bailaron y
desplegaron su arte por todo el escenario marcando uno de los logros de este
trabajo. Y Ntra. Estable redondeo en esta prestación un año de muy buenos
desempeños, con puntos notorios en “Die Soldaten”, “Beatrix Cenci”, “Macbeth”,
la “Sinfonía de los Mil” y esta buena perfomance, aún cuando la lectura de Tim
Murray haya sido mas bien narrativa que descriptiva y por tanto adoleció de
mayor profundidad.
Se cerro de modo
correcto una controvertida temporada. A la Luz de lo anunciado, nos
dirigiríamos a aguas mas calmas. El Publico lo está pidiendo así (al menos en
las opiniones que Sábado a Sábado recogemos en el programa radial) y es hora de
que se lo escuche.
Donato
Decina
sábado, 10 de diciembre de 2016
UN TALLER QUE CRECE
AÑO TRAS AÑO
Taller de Integración Operística del Instituto Superior de
Arte del Teatro Colón de Buenos Aires: “Trouble In Tahiti” (Problema en
Tahiti), Opera en un acto y siete escenas, Libreto y Música de Leonard
Bernstein (1917-1990). Interpretes: Vanesa Aguado Benítez (Dinah), Hernán Vuga
(Sam), Milagros Burga (Muchacha), German Polón (Muchacho I), Rodrigo Villani
(Muchacho II), Milagros Andaluz, Francisco Cruzans, Edgar Ocampo Orozco
(Actores). Orquesta Integrada por Alumnos, Docentes, Colaboradores y Ex
Docentes de la Academia Orquestal del Instituto Superior de Arte del Teatro
Colón, dirigida por Emmanuel Siffert. Diseño Escenográfico: Josefina
Nigro-Romina Stein. Vestuario: Luciano Parente Ormachea, Iluminación: Sebastián
Evangelísta, Diseño Audiovisual: Luciano Moreno, Diseño Gráfico: Elio Osés,
Director Técnico del Circuito Audiovisual de Televisión: Mariano Asseff,
Caracterizadora en Escena: Florencia Saraceni, Vestuarista en Escena: Ana Paula
Fernández, Stage Manager en Escena: Aldana Gerez Gigena, Composición
Coreográfica: Rodrigo Villani, Dirección Escénica: Romina Almirón. Teatro 25 de
Mayo, función del 04/12/16.
Una de las
iniciativas mas interesantes que año tras año desarrolla el Instituto Superior
de Arte del Teatro Colón (y que mas crecimiento demuestra), es el Taller de
Integración Operística, el que en cada muestra se va superando. Luego de la
interesante Perfomance del año pasado con el doble programa dedicado a Gian
Carlo Menotti, que integraron “El Teléfono” y “Amahl y los Visitantes de la
Noche”, llega la muestra de Este año con
un reto muy interesante: “Trouble In
Tahiti” (Problemas en Tahiti) de Leonard Bernstein, una obra de 1951, que aún
mantiene su vigencia. Podrán pasar de moda los ritmos o las formas de
composición, lo que no pasa de moda es la temática. Una pareja integrada por
dos seres que piensan de manera individual y no en la pareja y menos en el hijo
de ambos. Un ejecutivo triunfador que no
es feliz, una mujer que se siente sola. Se mienten a si mismos, evitan ir al
grano y la verdad sobrevuela la casa pero nunca se la enfrenta. La acción puede
transcurrir en cualquier ciudad de Estados Unidos que tenga zonas
residenciales. La rutina indica, desayuno temprano, el viaje diario en tren para
ir a trabajar, el lance con la secretaria de turno, el partido de Handball por
sobre la actuación del hijo en una obra de teatro en el colegio, el almuerzo de
negocios. Para la mujer, el Psicólogo, el colegio del hijo, el encuentro con
las amigas, hasta que el hastío desata la tormenta y entonces un encuentro
fortuito entre los cónyuges revela que ninguno de los dos desea prolongar ese
momento y las excusas están a la orden del día. Una ida al cine en solitario
por parte de Ella para ver la comedia “Trouble in Tahiti”, da el pie para una
crítica ácida y feróz, casi como un anticipo de la que a posteriori se viera en
“West Side Story” (por caso la canción al jefe policial por parte de la
pandilla de Tom), a la idiosincrasia Norteamericana y su sistema y a los
espectáculos “pasatistas” como forma de evasión. Luego de evadir una vez mas e
ir al grano con los problemas, la iniciativa del hombre será llevar a su mujer
al cine para ver……”Trouble in Tahiti”, para resignación de la mujer.
Todo el trabajo fue
asignado a través de un riguroso concurso. Romina Almirón fue la ganadora de la
selección. Su visión fue magnífica. Ambientarla en un Set de T.V. blanco y
negro, en donde cámaras actuales se encontraban revestidas por armazones que
las transformaban en las legendarias cámaras de T.V. que tanto admirábamos
desde 1951 a 1980, las que llevaban la imagen a Ntros. venerados armatostes a
válvulas, representados por una pantalla de proyección . La acción forma parte
de un capítulo de la novela, en donde el pequeño coro hace las veces de Maestro
de Ceremonias. Es por ello, que en los momentos de interludio veremos a la Vestuarista, a la
Caracterizadora y al “Stage Manager” en escena, integrados al espectáculo. Dos
Paneles dan vida a dos diferentes ambientes: la Casa y la Oficina, recreados al
estilo de la época. Tres actores van haciendo las veces de Extras: Milagros
Andaluz como la secretaria y la asistente que con el cartel de aplausos,
solicitará los mismos al público, como si todos formáramos parte del set. Francisco
Cruzans será el Psicólogo que ingresará a la casa desde adentro de la heladera
en una acción desopilante y Edgar Ocampo Orozco en el rol de Linyera que mora
en el parque en el que se cruzarán los protagonistas con una actuación muda
fantástica. Josefina Nigro y Romina Stein desarrollaron con acierto la
ambientación, la que en el vestuario de Luciano Parente Ormachea encontró
realce. Una muy buena iluminación de Sebastián Evangelista también permitió que
pudiera visualizarse de manera adecuada el trabajo televisivo muy importante a
cargo de Mariano Asseff. Hubo momentos en los que también se recurrió a
proyecciones que mostraban el movimiento
de la época en las grandes ciudades, tal cual como ocurría en los programas
televisivos de ese entonces, las que
fueron elegidas con acierto por Luciano Moreno, cumplimentadas por la gráfica
de Elio Osés. Milagros Burga y Germán Polón hicieron el coro de escena, en
donde cantaron y bailaron de manera estupenda. Debió haber intervenido un
tercer cantante, el que por una indisposición no pudo hacerlo. Fue suplantado
en forma muda por Rodrigo Villani, coreógrafo del espectáculo, que lo hizo con
envidiable soltura para lograr que ese percance pasara desapercibido. Sus coreografías
fueron oportunas y plenas de “swing” correspondiendo a la música.
La pareja protagónica
mostró seguridad, solvencia y estupendo desempeño. Vanesa Aguado Benítez como
la atribulada esposa dio en el “Physique du Rol” ideal, mostrando una cuidada línea de canto,
muy buena emisión y buena dicción. Actuó de manera convincente. Hernán Vuga fue
un estupendo Sam mostrando todas las miserias que esta criatura musical exhibe.
Tuvo gratísimo timbre, muy buena emisión y excelente actuación.
Otro acierto lo
constituyó la convocatoria al Suizo Emmanuel Siffert para la concertación del
espectáculo al frente de músicos seleccionados entre los actuales alumnos de la
Academia Orquestal del Instituto, ex integrantes, docentes y colaboradores que
sonó amalgamada, muy bien balanceada, con plena comunicación con el palco
escénico. Tuvo “swing” y plena
consustanciación con la música de Bernstein, por lo cual su desempeño fue
laudatorio.
La intención es
mejorar año tras año la calidad de estos talleres. Hay planes ambiciosos para
el año próximo. Esperemos que tengan la debida continuidad.
Donato Decina
OTRO SI Y DIGO
Complemento de mi
comentario sobre la interpretación de la Sinfonía Nº 2 “Resurrección” de Gustav
Mahler por la Orquesta Sinfónica Juvenil “José de San Martín”.
La memoria tiene
nichos que a veces no se activan como es debido. Por eso y desde ya con el
debido pedido de disculpas por adelantado, quiero agregar a la reseña que
efectué en el comentario sobre las interpretaciones desde 1988 hasta el
presente de la Sinfonía “Resurrección” de Mahler, dos versiones mas que
involuntariamente no fueron detalladas por Mí y que cada cual tiene variantes
importantes, imposibles de omisión.
El hecho mas
importante entre Ntros. respecto a las interpretaciones de Esta Sinfonía tuvo
lugar en el año 2000, y fue la versión ofrecida por Javier Logioia Orbe al frente de la Estable del Argentino de la
Plata, su Coro Estable y las solistas María Bugallo y Cecilia Jakubowicz.
Fueron en total cuatro conciertos, el primero en la Facultad de Derecho de
Buenos Aires, el segundo en la Catedral de La Plata (el Argentino se hallaba
poniendo a punto su sala actual para su apertura definitiva, lo que ocurriría
unos meses después), luego en el Auditorium de Mar del Plata, el Municipal de
Bahía Blanca y el mas importante, en Sao Paulo (Brasil) en el auditorium de la
Sinfónica del Estado de Sao Paulo. Fue una interpretación muy emotiva, con
puntos sobresalientes y digna de ser llevada al Brasil.
La otra, la que Luís
Gorelik llevó a cabo en Salta al frente de la Sinfónica local, la que desde su
creación y a lo largo de las gestiones de todos sus titulares se caracterizó
por un compromiso de interpretación formidable. Dicha versión fue escuchada en
el Auditorio “Juan Carlos Davalos”, primitiva sede de la Orquesta hasta la
inauguración del actual auditorio.
Hecha la corrección y
pidiendo disculpas por el “lapsus”, ahora sí está completa la reseña de
versiones ofrecidas.
Donato Decina
viernes, 9 de diciembre de 2016
MUCHO MAS QUE UN
DIRECTOR, MUCHO MAS QUE UNA JOVEN ORQUESTA
Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil José de San Martín:
Director: Mario Benzecry. Asociación Coral “Lagun Onak”, Coro de la Facultad de
Derecho de la Universidad de Buenos Aires, Director de Ambas Agrupaciones:
Miguel Angel Pesce. Solistas: Jaquelina Livieri (Soprano), Alejandra Malvino
(Mezzosoprano). Programa: Gustav Mahler: Sinfonía Nº 2 en Do menor
“Resurrección”. CCK-Sala Sinfónica, 04/12/16.
Desde que en 1965
(mas precisamente un 9 de Julio, en función de Gala presidida en el Colón por
Don Arturo Umberto Illia) Aristóbulo Carlos Paita estrenó esta partitura al
frente de la legendaria Orquesta Sinfónica de Radio Nacional (desaparecida poco
menos de un año después por la troglodita “Revolución Argentina”), debieron
pasar largos períodos para que alguien se acordara de desempolvar la partitura
y animarse a dirigirla. La historia dice entonces: Jacques Bodmer (recordado
Director Suízo) en 1972 al Frente de la Sinfónica Nacional (de la que por
entonces era su titular), Pedro Ignacio Calderón en 1978 al frente de la
Filarmónica de Buenos Aires en el Colón. Precisamente fue Pedro Ignacio
Calderón, quien logró que este inmenso trabajo de Mahler comenzara a ser
revalorado en su justa dimensión. Lo hizo en 1988, en ocasión de celebrarse los
ochenta años de la inauguración del Colón que hoy todos conocemos, en cinco
ocasiones, una de ellas la de honor, en
presencia de otro Presidente de la Nación
de cuño Radical, Don Raúl Ricardo Alfonsín. A partir de allí, es notable
la cantidad de veces que en forma vertiginosa comenzó su recorrido
interpretativo entre Ntros.: Zubin Mehta y la Filarmónica de Israel en 1992,
junto al Coro Estable del Colón preparado por Vittorio Sicuri y Faith Esham y
Nancy Maultsby como solistas. Una versión de Franz Paul Decker un año después
con la Filarmónica y el mismo Coro Estable en la fallida integral del
inolvidable conductor Alemán. Guido Guida se animó a hacerla en el Argentino
platense cuando aún Este tenía su sede provisoria en el Cine Teatro Rocha
(¿1994?), en el que acaso haya sido el punto de partida de su Orquesta Estable
para la interpretación de obras sinfónicas de gran envergadura. Nuevamente
Calderón, ahora con la Sinfónica Nacional en dos ocasiones 1999 (Auditorio de
Belgrano) y luego en 2008 (Facultad de Derecho [Esta última junto a las de
Mehta y la posterior de Diemecke, las tres mas imponentes por igual que este
cronista haya escuchado hasta el presente]). Francisco Rettig, para la
Asociación Wagneriana en el Colón con la Nacional y el Coro de la entidad Organizadora (1998). Luís
Gorelik en el Argentino (2009), al igual que Alejo Pérez (2012) y sin olvidar
de que Dante Anzolini estrenó allí en forma absoluta para la Argentina
“Totenfeier”, poema sinfónico de Mahler el que casi en su totalidad se
convirtió en el primer movimiento de Esta Sinfonía (2008). Lo dicho en cuanto a
Enrique Arturo Diemecke, dos ocasiones, 2010 (Filarmónica) y la imponente de
2015 en la por entonces recién inaugurada “Ballena Azul” (10 de julio de 2015,
un día después de cumplirse el quincuagésimo aniversario de su estreno entre
Ntros.), con los Cuerpos Estables de la Nación (Sinfónica-Polifónico) y dando a
conocer “Totenfeier” en el Colón por primera vez entre ambas versiones de la Segunda.
Lo mas reciente nos indica que Carlos Vieu la concertó Este año en el Argentino
y que David del Pino Klinge se ha animado a ofrecerla en Rosario, dentro de su
integral Mahler (al que cuando se concrete, le cabrá el altísimo honor de ser la primera plaza
del Interior de Ntro. País en la que se interprete el ciclo completo de
sinfonías del genial compositor Bohemio). Y por fin lo que faltaba después de
larguísimos años de lucha. Que una Sinfónica Juvenil Argentina la interprete.
Hace mas de 24 años que Mario Benzecry viene luchando y sosteniendo su proyecto
mas querido, la Sinfónica Juvenil “José de San Martín”, partiendo de la
base de la experiencia de José Antonio
Abreu en Venezuela y su “sistema”, haciéndolo en un principio con aportes privados y luego, en la
que tal vez haya sido uno de los méritos mas importantes de la pasada y
controvertida gestión nacional, nacionalizada, también gracias a la
intervención de Abreu, que como nadie vio el trabajo que su colega Argentino
realizaba. Siempre envidié sanamente el
que Orquestas Juveniles realizaran estas obras de gran magnitud en todo el
mundo, menos aquí. El que los jóvenes, no solo venezolanos (Que se foguearon no
solo con Abreu, Dudamel o Mateus, sino que lo hicieron también entre otros como
Mata, Sinópoli, Abbado y Rattle), también Europeos (Juvenil Mahler y Juvenil
Mozart con Abbado, la Filarmónica
Juvenil de Berlín con Johnatan Nott) y de Norteamérica (La juvenil de las
Américas con Carlos Miguel Prieto), hayan logrado ingresar a este repertorio
y hacerlo en un nivel que pone los pelos
de punta a mas de alguna Orquesta Profesional. Siempre desee que la Argentina
tuviera un organismo así. Cuando Benzecry inició su camino, la controvertida
gestión Maharbiz le cerraba las puertas por así decirlo al organismo que había
fogueado mas que ningún otro en el País a los Jóvenes Músicos: la Juvenil de
Radio Nacional, tantos años llevada adelante por el “Venerable” Don Ljerko
Spiller y que tuviera como último titular a Juan Carlos Zorzi. También por ese
entonces tuvo lugar la creación de la Orquesta Académica del Teatro Colón, pero
desde el vamos su impronta intentó ser siempre la que había dejado vacante la
Juvenil de Radio Nacional. Otro tanto vale para la Camerata Académica del
Argentino de La Plata. Hubo serios compromisos para intentar imponer estas
obras en este tipo de conjuntos. No
puedo olvidar a Carlos Calleja y su Orquesta Académica de Buenos Aires y a Alejo Pérez con la Orquesta Juvenil del
Bicentenario, ambos abordando la Primera Sinfonía “ El Titán”. Pero es Benzecry
el que con tesón y persistencia fue andando de a poco, y así, tuvimos en
progresión: La Primera, con la que celebró los veinte años del Conjunto. La
Quinta, con la cual los Organismos Musicales de la Nación se despedían después
de treinta y cuatro años del Auditorio de Belgrano, y que además sirviera en su
ensayo general para la prueba acústica de la “Ballena Azul”. Aquí se juntan los
caminos de la historia. La del recorrido de la partitura entre Ntros, y la del
recorrido de la Juvenil “José de San Martín”. Que nunca dejó de actuar en la
Facultad de Derecho (lugar físico de su nacimiento), pero que ya también desde
el segundo semestre del año pasado tiene como sede a la “Ballena” y hacia allí me dirigí, ávido de escucharla.
Mario Benzecry, con
ochenta gloriosos y juveniles años, sigue evolucionando cada día como
interprete. Su visión de la Segunda es absolutamente irreprochable. Hay unos
pocos Directores que trazan verdaderas líneas interpretativas. Algunos muy
personales: Zubin Mahta y el desaparecido Lorin Maazel se hallan aquí. En
cambio en esta obra hay dos tendencias (a las que podríamos denominar
habituales) que les han dado la forma para abordarla. Una es la de Leonard
Bernstein, en la que veo a Diemecke claramente enrolado y otra la de Georg
Solti, en la que Calderón y Benzecry se encuentran. Ambas formas de interpretación son absolutamente
válidas, ambas conmueven. Bernstein va hacia la profundidad de manera
progresiva, Solti lo hace de manera un poco mas dinámica, pero sin sacrificar
en modo alguno el fondo. Y esto es lo
que precisamente escuchamos en la “Ballena”. Tensión permanente, dinámica, canto orquestal, empaste perfecto, secciones
instrumentales con destacada actuación, Todo un trabajo de “Orfebrería” al que
Benzecry le extrajo el mejor producto, contagiando a los Jóvenes que se
prodigaron con entrega y entusiasmo. Por fortuna lo podemos escuchar, solo que
lamento que recién ahora el Maestro haya podido abordar este repertorio.
Otro tanto me cabe
decir para la formidable preparación y ajuste que Miguel Angel Pesce le brindó
a dos de las agrupaciones corales de las que es titular: El Legendario “Lagun
Onak” y el Coro de la Facultad de Derecho de la U.B.A., los que cantaron con
plena seguridad, e impecable afinación.
Y en las partes
solistas, Jaquelina Livieri ratificó en muy pocos días que en este repertorio
se mueve con solvencia, como lo hiciera en la Octava del Colón. Impecable
colocación de la Voz, correcta emisión y muy buen decir. Alejandra Malvino se
movió a sus anchas y una vez mas se ha hecho merecedora de mi mayor elogio,
fantástica de punta a punta.
Y seguiré bregando
por todo esto. Porque se pudo y porque se hará. La “San Martín” ya es mucho mas
que una Orquesta, porque su mentor es
mucho mas que un Director.
Donato Fabián Decina
sábado, 3 de diciembre de 2016
DIEZ AÑOS NO ES NADA
(PERO SON MUCHOS)
Actuación de “MusicaQuantica”, Voces de Cámara, Director:
Camilo Santostéfano. Programa: Obras de Vaughan Williams, Dallapiccola,
Pizetti, Monteverdi, Petrassi y la “Misa Brevis” de Zoltan Kodaly.
Participación: Tomás Alfaro (Organo). CCK, sala Sinfónica: 01 de Diciembre de
2016.
Diez años no es nada
(al decir de Le Pera, al que Gardel musicalizó para inmortalizar la frase),
pero sin embargo son muchos. Cuantiosos en crecimiento, en experiencia, en
enriquecimiento de un conjunto (aclaro que musical y espiritual, no de otra
clase en estos tiempos que corren). Y eso es lo que “MusicaQuantica”, las Voces
de Cámara a las que Camilo Santostéfano amalgama desde hace una década nos
propone y que para celebrarlo, se dieron cita (las actuales y algunas de las
que participaron en alguna etapa de Este camino) en la “Ballena Azul”, con un
concierto de extraordinaria factura.
Camilo Santostéfano
es un formidable músico que tiene la virtud de evolucionar y superarse a sí mismo
en cada emprendimiento que aborda. Este conjunto, obra toda suya, lleva su
impronta. Sorprende en la formulación de sus programas y aquí, el detalle: la
primera parte fue básicamente dedicada a una forma musical que toda formación
que se precie de ser de categoría aborda: “El Madrigal”. De ayer y de ahora.
Por eso la presencia de Dallapiccola, musicalizando dos poemas de Michelangelo
Buonaroti (Il Giovine), sobrino del inmortal creador, sobre las quejas de las
esposas y también los esposos. Simpáticas en su forma y vertidas con mucha
expresividad, soltura y delicadeza. Dos poemas musicalizados por Ildebrando
Pizetti (de tanta presencia en Ntro. programa radial a través de sus óperas):
“Il Giardino di Afrodite” y “Piena Sorgeva La Luna”, temas de Amor y de
Belleza, plenas en sutileza, demostrando riqueza interpretativa. Y llegamos al
pasado. Monteverdi, maestro del madrigal, en dos hermosísimas composiciones:
“Ecco mormorar l’Onde”, en una versión plena de frescura y “Zefiro torna e’i
Bel Tempo Rimena”, del que según el Director, dado que Monteverdi lo compone al
poco tiempo del fallecimiento de su esposa, leyendo su texto es lógico creer
que lo hizo a modo de maravillosa despedida. Y en el cierre, Goffredo Petrassi (Gran formador de músicos argentinos
en las décadas del sesenta y setenta en la Accademia Chigiana di Siena), nombre
fundamental de la vanguardia italiana en los cuarentas y cincuentas, con cinco
madrigales que conforman los “Nonsense Madrigals”, satíricos, mordaces,
divertidos que mostraron la actualidad del conjunto, el que comenzó su
actuación con “Silence and Music” de Ralph Vaughan Williams, de inocultable
sabor Inglés e ideal para abrir una actuación.
La segunda parte
mostró a la agrupación a la que se sumaron coreutas que a lo largo de estos
diez años formaron parte de Ella, para entonar todos juntos, sumados al órgano
(No el de sala sino uno mas chico) la “Misa Brevis” de Zoltan Kodaly, obra poco
frecuentada entre Nosotros y que en mi caso, mi única referencia ha sido la
grabación de Janos Ferencsic para el sello “Hungaroton” hace mas de treinta
años y que acompañaba a una maravillosa versión del “Te Deum de Budavar” del
mismo compositor. Obra de muchos detalles y matices, todos resaltados, voces
muy interesantes que conformaron el terceto solista (Mezzosoprano, Tenor y
bajo), todos ellos integrantes de la agrupación y un formidable trabajo de
Tomas Alfaro en el Organo al que le extrajo sonidos envidiables.
Actuaciones, giras,
programas siempre interesantes, resultados artísticos, todos debidos al
sostenido y magnífico trabajo de Camilo Santostéfano. Por muchísimos años mas y
que sean bien merecidos. Y por si fuera poco, un electrizante Britten a modo de
bis coronó la actuación.
Donato Decina