De lejos, pero muy de lejos, la mejor Myrtha (por sobre Fontenla) y Gitana de rojo que jamás haya visto en vivo. Tenía una fuerza increíble. Además era muy agradable con los no aún veinteañeros que la esperábamos en Cerrito. La recuerdo como una mujer muy cálida -al menos en las charlas, algunas no muy breves, que manteníamos con ellas- y no sé definir si atractiva o fascinante.
Realmente me apenó mucho la noticia. Sin muchas esperanzas (los bailarines, no se ocupan demasiado de estas cosas) y para mi sorpresa encontré este fragmento de "Don Quijote" de sus últimos años pero aún con su innegable autoridad.
Roberto Blanco Villaba
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