Teatro Colón – Temporada lírica 2014: “Calígula”, Opera en
cuatro actos basada en la obra de Albert Camus. Libreto de Hans-Ulrich
Treichel, Música de Detlev Glanert. Producción de la English National Opera,
Director de Escena; Benedict Andrews,
Escenografía: Ralph Myers, Vestuario: Alice Babidge, Iluminación: Jon Clark.
Orquesta Estable del Teatro Colón:
Director: Ira Levin. Coro Estable del Teatro Colón: Dir: Miguel Martínez.
Interpretes: Calígula: Peter Coleman- Wright, Cesonia: Yvonne Howard, Helicón:
Martin Wölfel, Quereas: Héctor Guedes, Escipión: Jurgita Adamonyté, Mucio:
Fernando Chalabe, Mereia/Lépido: Víctor Torres, Livia: Marisú Pavón, Drusila:
Lara Tressens, Poetas: Nazarteh Aufe, Marcelo Monzani, Cristian Maldonado,
Cristian De Marco. Función Estreno: 1/04/2014.
En el inicio de la
sexta temporada programada por la gestión García Caffi (quinta a partir de la reapertura de la sala),
se ha apostado a un producto contemporáneo para iniciarla. Y en este caso, la
elección no ha podido ser, a Mi juicio,
mas feliz, ya que “Calígula” ha demostrado ser un trabajo de amplia
jerarquía, perfectamente incorporado a una sala como el Colón, con mucha
sustentación, muy buena estética y nos ha permitido conocer a Detlev Glanert un
compositor alemán, quién ha trabajado junto a Hans Werner Henze mucho
tiempo y que se nos revela como un gran
“hacedor”, que ha plasmado en el pentagrama una música de alto impacto como
hace mucho tiempo no se escuchaba por aquí. Basada en la obra de Albert Camus,
adaptada a la opera por Hans-Ulrich Treichel con una teatralidad sin fisuras,
la música va describiendo, lugares, situaciones, estados de animo, y logra
introducir al espectador en esa atmósfera opresiva en la que se desarrolla la
historia, sin perder ritmo e intensidad. Podrá decirse que por momentos el
lenguaje musical es “demodé” (hay mucha influencia de compositores conocidos,
Stravinsky es un ejemplo), o que no será
una partitura con mayor tendencia a la “atonalidad”, sin embargo ha sido
fascinante ver la reacción del público de Gran Abono, permaneciendo en la sala,
aún cuando no ha sido del gusto de muchos y aplaudiendo generosa y
respetuosamente al final de la función, reconociendo a los protagonistas, cuerpo
técnico y al propio compositor, presente en la sala. Y eso ya es un punto muy
importante para adelante lo que el Colón ha ganado. La puesta que Benedict
Andrews ha firmado para la English National Opera y que es la que aquí se
emplea, es práctica, sencilla, pero muy contundente. El diseño de Ralph Myers
es una Platea teatral dispuesta como una grada de Teatro Griego, donde se
aprovecha el espacio para el desplazamiento de los intérpretes, a los que
Andrews los hace mover de manera formidable, un pequeño escenario para el
segundo acto en donde “Calígula” se traviste para asumir la personalidad de
Venus. Un proscenio en donde se desarrollará gran parte del drama. Vestuario
actual, muy logrado por Alice Babidge, mas acorde a la época de Camus, que no
agrede visualmente en lo más mínimo y una muy buena iluminación de Jon Clark,
atenta a los mínimos detalles (la escena intima entre Calígula y Cesonia previo
al asesinato de Esta última es una prueba). Las escenas de masas tuvieron
fantásticas resoluciones en lo que a movimientos se refiere, las marcaciones
actorales fueron formidables y en esto destaco la versatilidad de los cantantes
argentinos, que no le fueron en saga a la de los extranjeros y conformaron un
conjunto sólido. La Orquesta Estable, dirigida por Ira Levin, tuvo una vez mas
una actuación de punto muy alto. Levin firmó una vez mas como concertador, un
trabajo sólido, convincente que extrajo de la partitura todo lo posible,
matices, ritmo, justeza en los detalles y la Estable se asienta mas en cada
compromiso. El Coro estable lució muy bien preparado por Miguel Martínez y
vamos entonces a lo vocal. Esta vez iré
desde la base a la punta de la pirámide y entonces mis sinceras felicitaciones
a los cantantes del coro que tuvieron lucimiento en sus breves intervenciones
como los poetas, Nazareth Aufe, Marcelo Monzani, Cristian Maldonado y Cristian
Demarco, a quienes se los escuchó muy bien. Marisú Pavón como Livia con nobles
recursos vocales y actorales, sobre todo en la escena en que el protagonista la
viola, con una caracterización excelente. Víctor Torres hizo gala de sus
condiciones en sus roles de Mereia y Lépido, sobre todo en el primero. Fernando
Chalabe una vez mas excelente, destacándose en el rol de Mucio. Héctor Guedes,
quien cantó la obra en su estreno mundial, mostró su oficio y solidez dando
vida a Quereas y, entrando en los cuatro personajes con mayor
nivel de exposición, Jurgita Adamonyte en su debut y primero de los dos
trabajos de este año para el Colón, trazó un formidable Escipión, dándole la
frescura de juventud del personaje, calzando exactamente en la psiquis de su
personaje, dueña de una voz fresca, muy
bien colocada, buena elección. Martín
Wölfel, un contratenor de muy buena presencia y grata voz, dando vida a un
creíble Helicón, ladero permanente de Calígula. Yvonne Howard tuvo a su cargo
el difícil papel de Cesonia, esposa del emperador. Mostró todas las facetas del
rol, atribulada, sabiéndose victima de adulterio, aun así junto a su marido,
amándolo hasta el fin y decidida a irse del mundo junto e El, una composición
vocal y actoralmente formidable. Por último Yo no sé si habrá algún intérprete
que se cargue semejante rol a sus espaldas como Peter Coleman-Wright, tal vez
con un timbre baritonal raro, pero actoralmente irreprochable. En todo momento,
mostró todas las facetas atribuladas de su personaje, con una presencia sólida
en todo momento y con un nivel de exposición casi permanente desde el momento
en que irrumpe en escena. Por último, la presencia de Lara Tressens, una actriz
que afronta un desnudo total en escena en forma permanente, al natural en el
primer acto y plateada, tipo una estatua
viviente como la luna inalcanzable que Calígula busca en el segundo, con un
refinamiento y una belleza pocas veces vista, que en ningún momento ofende.
Un inicio prometedor
de temporada, con un producto contemporáneo de altísima calidad, digno del
Colón, que nos ha hecho descubrir otra de las innumerables facetas del Género.
Donato Decina
FOTO: gentileza A, Colombaroli
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