Mundo Clasico" (11/9/2013)
La New York City Opera, fundada en 1943 con el objetivo de facilitar el acceso a la ópera a un público que no podía asistir a la Metropolitan Opera de Nueva York, se enfrenta a graves problemas económicos que pueden obligarle a cancelar parte de la temporada que ahora empieza y a suprimir la temporada 2014-15.
El equpo económico de la New York City Opera ha anunciado que si antes de fin de año no consiguen 20 millones de dólares, la compañía dejará de ser viable. Según George Steel, gerente y director artístico de la New York City Opera, los problemas se vienen arrastrando desde hace ya varios años y no es posible solventarlos definitivamente sin una importante inyección de capital: "Los dos últimos años hemos tenido presupuestos equilibrados y hemos estado haciendo -creo- un increíble trabajo sobre el escenario. Pero no podemos seguir adelante sin una inyección importante de capital."
Como saben, la New York City Opera no tiene un teatro propio y se vió obligada en 2011 a abandonar su sede en el Lincoln Theater, donde llegaron a ofrecer más de cien funciones anuales en sus mejores momentos, debido a las dificultades económicas. Desde entonces alquilan diversos teatros de Nueva York y su temporada se ha reducido a unas veinte funciones por año que -aunque suelen ser interesantes y con una buena calidad media- no llegan para sostener una compañía.
De hecho, dentro de unos días estrenarán la ópera Anna Nicole de Mark-Anthony Turnage, en coproducción con la Brooklyn Academy of Music, en lo que será su estreno en Norteamerica. Corren peligro en cambio las próximas óperas programadas -Endimione de Johann Christian Bach, El castillo de Barbazul de Bartók y Las bodas de Fígaro de Mozart- si no se consiguen 7 millones de dólares antes del 30 de septiembre. Y según Steel, si antes del 31 de diciembre de este año no han comprometido los 13 millones restantes, no habrá temporada 2014-15.
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